La Puerta de Carmona estaba situada en lo que hoy es el cruce de la calle San Esteban con el Muro de los Navarros, debiendo su nombre a que de ella partía el camino o calzada que, pasando por la Cruz del Campo primero y por Carmona después, unía Sevilla con el resto del país.
Atardecer en la Puerta de Carmona |
Era la puerta más grande de la ciudad y una de las más antiguas, posiblemente de origen romano, aunque la forma y trazas con que llegó al siglo XIX se las dio el granadino Asensio Maeda en 1578, al sustituir el viejo postigo musulmán por otro más acorde al estilo renacentista propio de su época.
Fue en la época en que era Asistente de Sevilla el conde de Barajas, Francisco Zapata, a quien también debemos por cierto creación de la Alameda de Hércules.
La Puerta de Carmona. Imagen de Sevillapedia |
Reedificada por tanto según los cánones de la arquitectura renacentista, era presidida por el escudo de armas de los duques de Alcalá (01), encargados de la cárcel de caballeros que se situaba en su segundo nivel (02).
En el interior de una de sus jambas había un retablo de la Piedad (03) mientras en la otra estaba colocada una Cruz (04) que señalaba la quinta estación del Via Crucis que desde la Casa de Pilatos se dirigía a la Cruz del Campo.
Esta Cruz fue sustituida posteriormente por el actual azulejo del Señor del Gran Poder que se sitúa en la esquina con el Muro de los Navarros.
Por último, señalar que a sus pies moría el acueducto que abastecía de agua a Sevilla desde Alcalá de Guadaira, los populares Caños de Carmona (05).
Derribada en Diciembre de 1868 con un presupuesto de 8198 maravedíes, desde entonces no queda de ella absolutamente nada.
A esta Puerta llegaban dos lienzos de muralla, uno desde la Puerta de la Carne y otro desde Osario.
Curiosamente el primero de ellos, desde el cruce de la calle Estella hasta el lugar donde se encontraba la misma Puerta, aún se mantiene en pie ya que hace de medianera entre las viviendas que conforman los pares de la calle Tintes y los impares de Menéndez Pelayo.
Sin duda este hecho, el ser medianero y por tanto formar parte de las mismas viviendas ha permitido la conservación de este tramo que debe tener más de 50 metros de longitud y del que quedan incluso torreones.
En rojo, trayecto que seguía la muralla de la Puerta de Carmona |
En la actualidad, el único resto accesible de este lienzo de muralla se encuentra tras una verja en plena calle San Esteban, en pésimo estado de conservación por cierto.
De hecho cuesta adivinar que ese montón de piedras sucias fue testigo, entre muchos otros acontecimientos, del último combate que libraron las tropas derrotadas de Napoleón al abandonar Sevilla, allá por 1812.
Restos de la muralla de la Puerta de Carmona |
El otro lienzo de muralla venía desde la Puerta Osario por lo que hoy es la acera de los pares del Muro de los Navarros continuando hasta el actual cruce con la calle Guadalupe, antiguamente llamada de las Torres porque al estar a un nivel más bajo los torreones de la muralla ofrecían una vista espectacular. Hoy no queda ni uno.
Originalmente en esta acera de los pares no había casas, era como su propio nombre indica, un muro; para que podamos hacernos una idea, similar a lo que hoy podemos ver en la calle Macarena.
Muro de los Navarros |
Sin embargo el muro de los Navarros corrió distinta suerte, ya que se parcelaron los lotes adyacentes y el Ayuntamiento apremió a los propietarios que labraran la fachada de su casa a esta calle, es decir, que demolieran el lienzo de muralla.
De esta forma a mediados del siglo XX sólo queda un pequeño tramo que, según testigos directos, se correspondía con la zona que hoy ocupa el Hotel Giralda y que, una mañana cualquiera, desapareció sin dejar huella alguna.
Porque en efecto, hoy no queda nada, al menos visible, de ese muro que en su día dio nombre a esta calle de los Navarros.
Al menos queda el nombre que, teniendo en cuenta el percal, nos debe servir incluso de consuelo.
ResponderEliminarHistoria para pisar y pasear. Tan cerca...
ResponderEliminarHola Sergio. En esta aportación has tocado un sitio histórico al que le estoy dando vueltas en la cabeza (el otro es la calle abades, pero eso es otra historia).
ResponderEliminarParece increible o curioso al menos que apenas sepamos de la situación de las murallas romanas de Hispalis. Hasta hace relativamente poco se vendía las murallas de la macarena como murallas romanas. Hoy al menos hablamos de que las murallas romanas tenían como puertas una en la puerta carmona y otra en Santa Catalina. Si consideramos esto nos podría dar una idea del por qué de ese extraño quiebro que tiene el muro de los navarros. Podríamos pensar que la parte más cercana a la puerta carmona fuera de muralla romana y que la muralla almohade se uniera a los restos de aquella muralla romana, y de ahí ese quiebro.
Curiosamente, el tramo de la fotografía, si se prolonga en línea recta, pasa justo por la torre de la iglesia de santa catalina. Al final, piensas que en la antigua isbiliyya aprovecharon los antiguos torreones, o más bien, la cimentación de los antiguos torreones de la muralla romana para ser parte de la base de los minaretes de sus mezquitas, y posteriormente, de los campanarios de las parroquias.
Es bastante curioso que siguiendo la posible línea de las murallas romanas desde la puerta carmona, nos encontremos estratégicamente colocados los campanarios de Santiago, Santa Catalina, San Juan de la Palma, San Martín y haciendo un giro, San Andrés.
Y en algunos casos, podemos ver sillares que no sabemos si su origen fue romano o fue posterior.
Actualmente se está haciendo obras en la calle Viriato y no he tenido la oportunidad de seguirlas y ver si aparece algo que sugiera esas murallas romanas. Quizás esté equivocado en el trazado que atribuyo a dichas murallas si con estas obras nada ha aparecido. Pero nadie puede negar que es una parte apasionante y desconocida de la historia de Sevilla.