28 de octubre de 2012

Buscando los orígenes de la Giralda

Volvemos a poner en estas Sevillanadas nuestra mirada en la Giralda, esta vez con objeto de indagar acerca de las causas que pudieron llevar a su construcción y los criterios artísticos que se siguieron durante la misma. 
Para ello realizaremos un largo viaje a través de las montañas del Alto Atlas marroquí en busca de Tin Mal, una recóndita aldea donde se levanta orgullosa una mezquita que, a simple vista, bien podría pasar por un castillo gracias a las esbeltas murallas que la rodean, recuerdo sin duda de otros tiempos belicosos e inciertos. 
Una mezquita simple y sobria, sin apenas adornos ni ornato, cuya sencillez compositiva únicamente altera el imponente alminar que se adelanta del muro que la cierra, como si intentara llamar la atención, lo cual estaría totalmente justificado no en vano fue el modelo a seguir por todos los alminares construidos durante el Imperio Almohade

Mezquita y alminar de Tin Mal
Fuente: http://www.moroccoembassybangkok.org

21 de octubre de 2012

Una Estación de tren en el Patio de Banderas

A finales del siglo XIX Sevilla vive una de las etapas más convulsas de toda su historia
La ciudad quiere despertar del larguísimo letargo en que está sumida desde que se alejara Guadalquivir abajo ese sueño dorado llamado América y para ello hace todo lo posible por atraer el maná de la revolución industrial que había llevado la prosperidad a buena parte de Europa
Todo vale, o más bien nada de lo que había hasta ahora vale, y por ello no se duda en ningunear y, prácticamente, renegar del vasto patrimonio cultural heredado del pasado. 
Lo que hasta entonces había sido motivo de orgullo ahora parecía no tener valor, todo es susceptible de ser demolido si se justifica desde un punto de vista industrial, urbanístico e incluso higiénico

La Puerta de Triana hacia 1865. Imagen ABC

14 de octubre de 2012

Una Sevilla de Oro

Posiblemente la del Niño de Praga sea la iglesia sevillana más alta del mundo. 
No porque su espadaña supere al campanario renacentista con que Hernán Ruiz rematara la Giralda en el siglo XVI; es más, ni siquiera creo que llegue a sobresalir más que ninguna de las torres que se alzan en la calle San Luis. 
Este curioso récord lo ostenta porque se encuentra situada a 2347 metros de altura sobre el nivel del mar, en las estribaciones de la cordillera de los Andes y a pocos kilómetros de la Amazonia
Y es que la iglesia del Niño de Praga es, junto a la de la Virgen del Rosario, la de San Vicente de Palmas o la de San José de Chalacay, uno de los templos de Sevilla de Oro, un pequeño cantón ecuatoriano oculto entre montañas de difícil accesibilidad, selvas impenetrables y acantilados imposibles. 

Imagen: Perfil Panoramio de Enrique Rodas

7 de octubre de 2012

Las Giraldas de América

Sin duda alguna la Giralda es el edificio sevillano, y posiblemente español, del que más imitaciones y réplicas se han construido a lo largo del mundo. 
La mayoría se levantan en el primer tercio del siglo XX, cuando el Regionalismo se encuentra en pleno apogeo y Sevilla tiene un sello arquitectónico propio capaz de ser exportado al exterior, siendo la Giralda su principal embajadora
De hecho en esta entrada repasaremos sólo las que se levantaron en Estados Unidos, donde ciudades como Nueva York, Chicago o Miami crecieron en altura tomando muchas veces como referente el antiguo minarete almohade que rematara Hernán Ruiz en el siglo XVI


1 de octubre de 2012

La Plaza de los Desafíos

Son dos las calles sevillanas con el nombre de San Diego
La más popular discurre paralela a Arfe en el viejo arrabal de la Carretería, muy cerca del Postigo del Aceite
La otra, un callejón sin salida, apenas es conocida, de hecho podría incluso decirse que ha sido olvidada, a pesar de encontrarse en la plaza de Los Venerables, en pleno corazón del barrio de Santa Cruz y a escasos metros de la casa en la que, según cuenta la tradición, naciera don Juan Tenorio


Desapercibida entre veladores de restaurantes, delantales de flamenca, colecciones de postales e hileras de turistas ávidos por captar hasta el último detalle de la fiesta de los sentidos que se abre ante sus ojos en la antigua Judería, esta estrecha y sombría callejuela, posiblemente resto olvidado de algún viejo adarve musulmán, guarda una historia tan fascinante como trágica, ya que era el único punto por el que se podía acceder al lugar donde se celebraban los duelos a muerte en la Sevilla del Setecientos: la Plaza de los Desafíos