De nuevo retomo una sección que últimamente tenía algo abandonada por motivos de diversa y variada índole: las recreaciones virtuales de lugares y rincones que, desgraciadamente, han pasado a engrosar la necrológica de “ilustres desaparecidos” de nuestro callejero.
En esta ocasión esbozo una adaptación al escenario actual de una imagen procedente de la Fototeca de la Universidad en la que se reflejan los últimos tiempos de la casa del Conde Luque, uno de los muchos palacetes que hasta hace pocos años ennoblecían las calles sevillanas.
Era este palacio un edificio exento que se ubicaba en la Plaza de la Magdalena (antiguamente del Pacífico y del General Franco), exactamente en la manzana delimitada por las calles Pedro Campaña, Santa Justa, Murillo y la propia plaza, es decir, donde hoy día se encuentran las tiendas de Springfield o Milano.
Encargado en 1880 por el aristócrata que le dio nombre a Manuel Portillo Navarrete, ocupaba parte del solar de la primitiva iglesia de la Magdalena, un templo neomudéjar levantado en tiempos de Pedro I el Cruel sobre una antigua mezquita y que, como no podía ser de otra forma, había sido derribado por obra y gracia del Mariscal Soult.
El templo ocupaba la zona norte de la actual plaza además de la manzana del edificio que nos ocupa y la del enfrentado, donde hoy está el Corte Inglés de muebles y decoración, esquina a O’Donell.
No debió parecerle muy bien al Consistorio este derribo y en 1817 se empieza a reedificar la iglesia sobre los escombros que habían dejado los franceses, aunque en 1842 se desiste en la empresa y el templo que se estaba levantando es otra vez demolido, trasladándose definitivamente la parroquia a la vecina iglesia del convento de San Pablo, que recientemente había sido exclaustrado. Como vemos, una historia para enmarcar en la que nos detendremos en próximas entradas.
La nueva plaza es otra vez desescombrada (se utiliza para ello a 40 presidiarios de la vecina cárcel del Pópulo) y es definitivamente alineada en 1844 mediante trazas del Arquitecto Municipal Interino, Juan Manuel Caballero, segregándose las dos manzanas antes citadas para su edificación.
Sobre una de ellas, por tanto, crea el Conde Luque su hermoso palacete, un edificio de corte historicista en el que destacaban sus preciosas balconadas y su misterioso halo romántico, como podemos apreciar en la imagen de la izquierda, una de las últimas que se conservan del mismo y que puede estar fechada perfectamente a mediados de los años 60, desapareció en 1966, ya que se encuentra totalmente vallado y protegido, lo que podríamos considerar como paso previo a su demolición.
En segundo plano asoma el edificio Cabo Persianas, recientemente incluido en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz y que curiosamente (que cada cual lo enfoque por donde quiera) suscitó en su momento todo tipo de controversias y debates por su arquitectura racionalista, demasiado moderna para la sociedad sevillana de la época.
Construido en 1938 por Rafael Arévalo y Gabriel Lupiáñez, Cabo Persianas se asienta sobre la demolición de parte del solar de uno de los primitivos edificios que levantara Caballero en 1844. El resto de la parcela fue destinado a ensanche de la calle San Pablo.
En último plano, en lo que hoy sería esquina San Pablo-Méndez Núñez, asoma entre las palmeras (también desaparecidas hoy día del paisaje urbano de la Magdalena) la segunda planta del Hotel Madrid, un establecimiento situado en el antiguo palacio de los Condes de Gelves, la Casa de los Portugales, que fue hasta la construcción del Alfonso XIII el hotel mas lujoso de la ciudad.
Hoy día es una de las sedes del Corte Inglés, aunque para ser exactos deberíamos decir que sobre su parcela se levanta esa sede, porque del Hotel evidentemente no queda nada. Aunque ese “nada” ya suena a tópico….