Posiblemente una de las esculturas más interesantes legadas a Sevilla tras la Expo'92 sea el mural Verbo América, del artista chileno Roberto Matta.
Situado en la Puerta de la Barqueta, con permiso de la de Triana la más importante y concurrida de la Exposición, desde que ésta se clausurara ha sufrido repetidos daños provocados una veces por el cotidiano vandalismo y otras, simplemente, por la desidia municipal.
Mural Verbo América. Fuente: Sevilla Daily Photo |
Matta, el último surrealista, es considerado uno de los artistas más importantes del siglo XX tanto por los críticos y entendidos en la materia como por los coleccionistas, y así lo corroboran esos más de 5 millones de dólares en que fue subastada su obra “La Revolución de los Contrarios” el pasado 22 de Mayo en la neoyorquina casa Christie´s.
En nuestro "Verbo América", porque hay otro mural realizado posteriormente con el mismo nombre que se expone en la estación Quinta Normal del Metro de Santiago de Chile, Roberto Matta dio rienda suelta a un universo mágico donde convivían elementos propios de su cultura natal con otros fruto de su imaginación o de la propia Expo, como la mascota Curro.
Un mundo fantástico, un mundo onírico, una obra maravillosa en definitiva que, las cosas de Sevilla, suele pasar desapercibido y apenas valorarse.
Pero no es el “Verbo América” la única obra de Matta que estuvo presente en Sevilla durante la Exposición Universal de 1992.
Justo a la entrada del Pabellón de Chile un esbelto Tótem recibía a los visitantes; un esbelto Tótem labrado en bronce que, siguiendo el que parece ser el sino de Matta en esta ciudad, era eclipsado completamente por el famoso iceberg y las figurillas de lapislázuli que se exponían dentro.
Este Tótem se llamaba ToloMiro-TodoMiro, nombre recibido en honor a un árbol ya extinto de la isla de Pascua, y representaba a las distintas etnias chilenas, siempre presentes en la creación del artista.
ToloMiro-TodoMiro. Fuente: Nuevo Andén |
Una vez acabada la muestra el Gobierno chileno llevó de vuelta al ToroMiro a su país, instalándolo primero en los jardines del edificio de la Cancillería y más tarde en el Patio de los Naranjos del Palacio de la Moneda, sede del Presidente de la República.
Y allí permanece el Tótem en nuestros días, en ese Patio de los Naranjos cuyo nombre evoca curiosamente uno de los rincones más bellos de Sevilla, la ciudad para la que Roberto Matta lo concibiera hace ya 20 años y donde, por desgracia, apenas es valorado el "Verbo América", esa otra obra que nos regalara la imaginación del genial artista chileno.
Patio de los Naranjos del Palacio de la Moneda Fuente: Eca-historiaygeografia.blogspot.com |
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