13 de junio de 2011

Ciudad de Pájaros

Sevilla es ciudad de pájaros.

Quizás se deba a que el sevillano, desde niño, es apresado por el deseo irrefrenable de subir las escaleras y rampas de la Giralda hasta el punto más alto al que pueda, y le dejen, para perder su mirada en el horizonte buscando su casa entre calles y edificios en miniatura; para ver su ciudad con los mismos ojos que lo lleva haciendo Santa Juana desde hace siglos, los mismos ojos con los que seguramente la vieron antes sus padres y abuelos.

Es ciudad de pájaros, de jilgueros que se ocultan en retablos de ánimas y tradiciones casaderas a los pies de San Pedro; de águilas pétreas que vigilan la calle a la que dan nombre y el pórtico de un palacete olvidado; de cigüeñas que anidan en la espadaña de Montesión; de golondrinas cuya silueta esbozada en el horizonte inspira poemas, leyendas y amoríos.

De pájaros que al caer la tarde, cuando los comercios del Centro cierran sus puertas y los autobuses dan comienzo a la diástole humana hacia barriadas y pueblos, se reúnen en los árboles del palacio del Marqués de la Motilla o alrededor del ciprés del antiguo Convento de la Paz para despedir con su algarabía los últimos rayos de sol.

Es ciudad de pájaros y pajaritos, como los que se vendían en la Alfalfa hasta que la Piel Sensible y una sensibilidad contradictoria los relegó a las páginas de animales del Cambalache.

De pajaritos que tienen calle, barrio y acordeón en los tablaos de velás y cruces de Mayo; pajaritos que en Triana llenan los veladores de Casa Ruperto, en el barrio de Santa Cruz azulejos de casas escondidas y en la capillita de San José el balcón que vigila sus cuatro esquinas.

Y es que no hay duda ni puede haberla: Sevilla es ciudad de pájaros y por eso, quizás por eso, no es de extrañar que de vez en cuando nos topemos en sus calles con algún que otro pajarraco.

3 comentarios:

  1. Yo te iba a decir que el Ayuntamiento está lleno, pero me parecía tan facilón que vamos a dejarlo ahí…
    Además, es injusto decir Ayuntamiento sin nombrar algunas redacciones de periódicos, despachos de ciertos abogados y… un no parar de lugares…
    Ojalá se siga haciendo una limpia de palomas, ya es difícil recoger algo del tendedero sin un recuerdo de que estamos rodeados de aves fastidiosas….

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  2. Impresiona la imagen final, dá miedo.

    Un abrazo.

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Comentarios: