16 de febrero de 2013

La Casa de la Torre

A mediados del siglo XV Sevilla era un campo de batalla.
Las dos familias nobiliarias más importantes del momento, los Duques de Arcos y los de Medina Sidonia, estaban enfrascadas en una guerra sin cuartel para hacerse con el control de la ciudad, una de las más prósperas e importantes de Castilla donde su rey, el débil Enrique IV, hacía honor a su apodo asistiendo “impotente” a las continuas refriegas. 
Conforme avanzaba la contienda la situación se agravaba, y en pocos años prácticamente todos los nobles habían tomado partido por uno u otro bando, viviéndose escenas realmente dramáticas como, por ejemplo, el incendio que en 1478 redujo a escombros la iglesia de San Marcos
Cuenta Félix González de León que muchas familias convirtieron entonces sus residencias en auténticas fortalezas, llenándose Sevilla de edificios amurallados y de torres defensivas desde las que se protegían los barrios y las zonas residenciales de los ataques enemigos. 

Iglesia de San Marcos
Calle Castellar; al fondo la iglesia de San Marcos

Con el paso del tiempo las aguas volvieron a su cauce, los dos linajes enfrentados sellaron una paz más o menos estable y la maquinaria bélica hispalense se empleó en otros enemigos más alejados de sus murallas, como los nazaríes granadinos, los piratas berberiscos o, con el cambio de siglo, los indígenas del Nuevo Mundo.
Aprovechando esta circunstancia, los Reyes Católicos ordenaron derribar esas torres defensivas para debilitar en la medida de lo posible a los dos bandos y, de paso, aliviar el clima bélico que aún se respiraba en la ciudad.
Sin embargo no todas fueron desmanteladas; alguna que otra sobrevivió e incluso ha llegado hasta nuestros días, como la que se sitúa en la esquina de las calles Jesús de la Vera-Cruz con Virgen de los Buenos Libros: la Casa de la Torre.

Virgen de los Buenos Libros
Casa de la Torre

Según L. Santa María, los orígenes de este edificio se remontan al siglo XIV, siendo una de las muchas propiedades que tenían los duques de Medina Sidonia por la zona, entre las que por supuesto destacaba el Palacio de los Guzmanes, en la Plaza del Duque
A esta familia perteneció la Casa de la Torre hasta finales del siglo XVIII, cuando fue vendida a un rico comerciante, cambiando desde ese momento varias veces de mano. 
Una de sus inquilinas más famosas fue la escritora Cecilia Bolh de Faber, Fernán Caballero, ya en el siglo XIX
A principios de los años 20 del siglo pasado, siendo propiedad de los marqueses de Gómez de la Barreda, la Casa se encontraba al parecer en unas condiciones bastante precarias, por lo que fue intervenida por Antonio Gómez Millán, uno de los arquitectos más reconocidos del momento, que le dio la forma y trazas con que ha llegado a nuestros días. 

Fachada a Jesús de la Veracruz
Casa de la Torre - Fachada a Jesús de la Vera Cruz

Curiosamente esta Torre pudo ser derribada en los años 50 al abrirse la calle Virgen de los Buenos Libros, dentro de uno de los planes de reforma interior mas nocivos y dañinos para el patrimonio sevillano que se ha realizado nunca, lo cual ya es decir.
Este Plan, gestado siendo alcalde el Marqués de Contadero, hizo caer bajo la piqueta el Picadero Militar (01) y, sobre todo, el antiguo Cuartel de San Hermenegildo (02), a pesar de estar incluido en el Catálogo de Edificios y Lugares artísticos de Sevilla, del que sólo sobreviviría la capilla (03), salvada porque la Hermandad del Gran Poder estaba interesada en situar allí su sede. 

Picadero Militar
Cuartel de San Hermenegildo. Fototeca Municipal

En su lugar se creó la Plaza de la Concordia (01), se levantó la Comisaría de la Gavidia (02), algunos bloques de pisos y se abrió una calle, Virgen de los Buenos Libros (03), que descongestionaría el tráfico de Alfonso XII aliviando de paso a los vecinos del barrio de San Vicente
Pero había un problema a la hora de aperturar esa calle, que pasaba por el centro mismo de lo que fue el Picadero Militar: su salida hacia Cardenal Cisneros, taponada por el 10 de la calle Jesús de la Vera-Cruz (04)

calle Virgen de los Buenos Libros
Plaza de la Concordia y apertura de Virgen de los Buenos Libros

Expropiación, indemnización y derribo, la solución fue tan rápida como eficiente: la casa desaparece en pocos días pero otro problema surge, y es que la nueva calle no tiene amplitud suficiente que diera continuidad a las adyacentes. 
Pero no pasa nada... ahora se adquiere parte de las fincas laterales, la 8 y la 12, ocupadas por el Colegio de las Esclavas y nuestra Casa de la Torre, que afortunadamente quedaba en el mismo límite
De hecho, si hubiera estado situada medio metro más hacia el lado, no es de extrañar que hubiera ido a parar este edificio del siglo XV a la escombrera municipal junto a los restos del Cuartel de San Hermenegildo, de la Aduana y de tantísimos edificios derribados por la época en aras de la modernidad

Plaza de la Concordia
Derribo del Cuartel de San Hermenegildo

Pero estaba donde estaba… y se quedó.
Por cierto, estas demoliciones, alineaciones y aperturas explican la horrorosa fachada de la Casa de la Torre a Virgen de los Buenos Libros, o mas exactamente que sea una simple medianera, con alguna que otra ventana abierta con el paso de los años, pero sin el realce o elegancia que se presupone a un edificio de su antigüedad

calle Virgen de los Buenos Libros
Fachada de la Casa de la Torre a Virgen de los Buenos Libros 

Más elegante o, al menos, acorde a su historia, es la fachada a la calle Jesús de la Vera-Cruz, desde donde se accede a este viejo caserón y a su Torre, esa Torre que le dio nombre, aunque el paso de los años lo haya relegado al olvido
Una Torre de planta rectangular levantada en tres alturas, una de las cuales sobresale al resto del edificio, no coronada por merlones o almenas que denoten ese posible pasado bélico, ya que la cierra un simple pretil de fábrica. 


En el nivel intermedio se abre uno de los elementos arquitectónicos más interesantes de la Torre: un balcón protegido por guardapolvo de pizarra en su parte superior y por una interesante reja de forja en el piso.
Flanqueándolo, dos hachones con velas simuladas que se repite en el resto de huecos de la fachada de esa planta. 
Esos hachones quizás estén ahí desde finales del siglo XVIII, cuando Larrumbe y otros asistentes de Sevilla ordenaban a los dueños de los edificios más importantes colocar lámparas, antorchas o luces en las fachadas para iluminar la ciudad de noche. 


En la planta baja se sitúa la entrada del caserón, un hueco sencillo y simple, alejado de la monumentalidad de la arquitectura renacentista, barroca o incluso neoclásica, que es protegido por dos columnitas de mármol
Pero la austeridad de esta puerta queda relegada a un segundo plano ante uno de los elementos más curiosos de esta Casa: la colección de ruedas de molino que conforma el zócalo a lo largo de toda su fachada a la calle Jesús de la Vera Cruz

Planta Baja

Estas ruedas de molino, a modo de guardacantón, protegían los bajos del caserón de las ruedas de carruajes que transitaban por la estrechez de la calle y pueden verse en otros edificios antiguos de Sevilla, como la Casa de los Pinelo.
Según parece, el propio Antonio Gómez Millán los rescató de varias capas de enfoscado que desde hacía bastante tiempo los tenían ocultos. 

Calle Jesús de la Vera Cruz

En la actualidad este zócalo es una de esas estampas curiosas que pueden verse en las calles de Sevilla, toda vez que la Torre pasa desapercibida entre los edificios modernos de más altura que levantaron en el entorno al derribarse el Cuartel de San Hermenegildo
Afortunadamente aún sigue en pie, siglos después, como un viejo guardián de la memoria de una época oscura y terrible de nuestra historia que, afortunadamente, nunca más ha vuelto a repetirse. 
Hoy, las Torres, por suerte o por desgracia, se levantan para otros menesteres….



6 comentarios:

  1. Muchas gracias por mostrarlo , es muy agradable para mi,besos

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  2. sergio, qué fenomenal curro que te has marcao, qué interesante. Sorprende que Juan Talavera no tenga el reconocimiento público que merecería.¿sorprende? No sorprende nada.En Barcelona, mueves un buzon de correos de la esquina de tu calle y se monta una manifestación de aúpa.Que se venga Piqué de teniente alcalde y su señora de alcalde. Las destrucciones del patrimonio en Sevilla no tienen igual en lo que conozco de España. Y ahora, además, un parque de atracciones en la Encarnación. A ver si voy por allí y pego un soplío y lo derrumbo, joé.

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    1. Jeje, en la Escuela de Arquitectos ni se nombra a Juan Talavera en los 3 años de Historia de la Arquitectura... ¿qué vamos a pedirle a un político? Lo de siempre...
      Un abrazo Pepe

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  3. muchas gracias x la historia de mi casa la he estado leyendo y veo q te has informado bien aunque te dire una cosa se q dijiste q la fachada se toco y pusieron lo q hay hoy en dia xo tambien achicaron la casa ya q yo conoci un cuarto de la tercera planta de esa casa q solo media un metro de ancho y me dijeron q se empequeñecio x culpa de la hacera y segun tengo entendido la calla llegaba a la esquina de la calle santa teresa maria

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    1. Es todo un placer, anónimo. Efectivamente, la Casa según tengo entendido se disminuyó para abrir la calle Virgen de los Buenos Libros, por eso la fachada a esa calle es una medianera.
      Me alegro mucho que le haya gustado, saludos!

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Comentarios: