Hace poco más de una semana entraba la Virgen del Carmen en su capillita de la calle Calatrava, poniendo así punto y final a su cita anual con la feligresía de la Alameda y aledaños.
Se cerraba por este año la nómina de procesiones carmelitanas que, prácticamente durante todo el mes de Julio, mantienen viva la devoción por la patrona de los marineros a lo largo y ancho de la geografía hispalense.
Del retablo cerámico que se aferra al último machón del Postigo del Carbón hasta la ojiva que nos recibe al llegar a San Gil, pasando por los Humeros, por la calle Baños, por la Cruz del Campo o por la misma Triana, la huella carmelitana está profundamente arraigada en una ciudad que no tiene mar, pero sí un Río que le dio la vida, esa vida cuya protección encomendaban los pescadores y navegantes que se aventuraban en sus aguas.
Posiblemente una de las imágenes menos conocida con la advocación de la Virgen del Carmen es la que se encuentra en uno de los altares laterales del antiguo convento de San Buenaventura, en la calle Carlos Cañal.
Templo franciscano mutilado y destrozadísimo por los avatares del destino, que ha hecho las veces de cuadra en tiempos de los franceses o de Museo cuando la ciudad se plegaba a los designios liberales en los primeros años 20 del siglo XIX, San Buenaventura guarda en su interior un patrimonio de un valor artístico e histórico incalculable, destacando por supuesto su retablo mayor, joya del barroco traído en los años 50 desde Osuna para sustituir a otro que procedía de la desamortizada Casa Grande de la Merced, hoy día Museo de Bellas Artes.
Menos grandiosidad pero iguales trazas barrocas presenta el altar donde se rinde culto a la Virgen del Carmen que protagoniza esta entrada, un altar labrado junto al muro que selló los arcos aparecidos tras la demolición de una de las 3 naves que conformaban el templo para abrir la actual calle Bilbao, arcos aún visibles desde el exterior.
No se ponen de acuerdo los autores a la hora de atribuir la autoría de la imagen, que para algunos pertenece al círculo de Astorga, de cuya gubia salió su “vecina” Virgen de la Soledad; mientras que para otros es anterior, posiblemente del siglo XVIII, coetánea de la Inmaculada que ocupa su otro flanco. Más antiguo parece ser el Niño Jesús, que posiblemente estuvo antes en brazos de otra talla desaparecida dentro de ese túnel oscuro que es muchas veces la historia.
Donde no cabe duda es en la procedencia de esta Virgen del Carmen, que al parecer se encontraba en una pequeña capilla aledaña al Postigo del Aceite, capilla de la que ya no queda ni rastro, ni siquiera una vaga referencia donde situarla. O al menos yo no la he encontrado.
Se encargaba de rendirle culto una humilde cofradía formada por los hortelanos y pescadores que se ganaban la vida en el mercadillo de diario improvisado desde hacía siglos entre las calles Almirantazgo (antigua plaza de San Andrés) y el ensanche donde se encontraban Dos de Mayo y Arfe; una cofradía que al parecer llegaba a un nivel tal de austeridad que para sufragar sus funciones no tenían mas remedio que rifar las verduras, hortalizas y pescados de sus puestecillos.
Por ese motivo la voz popular, siempre tan predispuesta a la guasa por estos lares, pasó a llamarla “Virgen de la Batata”, tubérculo al parecer erigido en la estrella de estos sorteos comestibles.
Mercadillo del Postigo en 1896, imagen del blog Azahares de Recuerdo
Se celebraba este mercadillo del Postigo al aire libre, como tantos otros que desde la misma Reconquista ocupaban las calles y plazoletas de la ciudad, algunos de los cuales como el de la Alfalfa o El Jueves han llegado casi hasta nuestros días.
Entre el bullicio y la algarabía, en el caos organizado de tenderetes y puestos, bajo el griterío de los pregones o las preguntas de los curiosos, tanto la Pura y Limpia como, posiblemente extramuros, la Virgen del Carmen, veían como ante sus capillas se postraban los pescadores antes de aventurarse en las todavía incontroladas aguas del Guadalquivir en busca de albures y barbos; o los hortelanos que desde la Puerta de Jerez llegaban para vender a la gente del Arenal los frutos de sus terruños; o los trabajadores de la Fábrica de Artillería, o el personal del Colegio de San Miguel, o los maleantes que entre el gentío buscaban el anonimato para cometer sus fechorías.
Veían, en definitiva, como la vida pasaba bajo este viejo Arco que a finales del siglo XIX era, junto al de la Macarena, el único que permanecía en pie de la Sevilla que muchos consideraban eterna.
Tampoco duraría mucho más este mercadillo, ya que por motivos de higiene y de paso para controlar un poco el género y la venta, en 1927 se levantaba en la confluencia de Arfe con Dos de Mayo el Mercado del Postigo según proyecto de Juan Talavera, espacio actualmente destinado a la venta de productos de artesanía y manualidades.
Antes había desaparecido la capillita de la Virgen del Carmen. Seguramente las rifas serían insuficientes y las penurias económicas se convertirían en un obstáculo insalvable para la austera cofradía, que desaparecía en las postrimerías del siglo XIX sin apenas dejar huella alguna.
La Virgen de la Batata se traslada al convento de San Buenaventura, donde encuentra acomodo en uno de los altares labrados en el lado del Evangelio, que como se dijo anteriormente no era sino el muro que cerraba el hueco dejado tras la demolición de una de las naves laterales del templo.
Y allí sigue, hasta nuestros días, tras haber pasado del bullicioso Postigo a las silenciosas paredes del antiguo convento franciscano; de hecho solo en 1982, con motivo de la Semana de Estudios Marianos, abandonó su altarcito barroco para dirigirse por unas horas al Salvador.
Allí sigue, junto a la Soledad, curiosa metáfora de su presente, resistiendo los envites del tiempo, ese juez implacable que relegó a los anaqueles del olvido su capillita del Postigo, su hermandad de hortelanos y pescadores y, si nadie lo remedia, el nombre por el que sus devotos la conocieron durante tantos años: Virgen de la Batata.
Preciosa entrada Sergio, esta es de las que me hizo adicto seguidor de este imprescindible blog para conocer la Sevilla que tanto queremos.
ResponderEliminarUn abrazo
Felicidades por la entada Sergio, magnífico aporte y bien documentado...
ResponderEliminarUn abrazo.
Manolo.
No hace mucho que conozco su blog, pero ahora se ha convertido en una obligación para mí el visitarle a diario por la calidad de la información que nos ofreces, y esta entrada es un claro ejemplo de ello. Enhorabuena Sergio. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por hacerme mas amena esta tarde de verano, muy interesante lo que cuentas, que por supuesto no conocía.
ResponderEliminarSaludos.
Antes de comenzar a visitar tu blog pensaba -iluso de mí- que conocía bastante a fondo la historia y las curiosidades de Sevilla. A Dios gracias, hace tiempo que abandoné esa absurda petulancia.
ResponderEliminarCada entrada de este tipo que escribes me descubre una nueva intrahistoria que ni imaginaba. Te vuelvo a dar las gracias por ello, pero también la "lata" para que estas cosas, algún día, anden encuadernadas por mi biblioteca.
Soy de la misma opinión que Enrique Henares, y muchisimas veces se lo he dicho, que debes publicar tus escritos, y de nuevo te lo vuelvo a repetir.
ResponderEliminarComo siempre, muchas gracias a todos por vuestras palabras, que no sabéis lo mucho que ayudan para seguir con ésto adelante.
ResponderEliminarLibro no hay a la vista, pero posiblemente en Septiembre salga una reseña del blog en una revista.
Ya os mantendré informados.
Un abrazo.
Amigo Sergio, Sevilla no tiene mar, pero Puerto de Indias fué y seguro que la Virgen del Carmen ayudó a miles de marineros en sus travesías.
ResponderEliminar!Salve Estrella de los Mares!
Un abrazo.
buenas tardes, nos dirigimos a usted primero para darle la enhorabuena por su blog, creo que gente como usted es lo que engrandecen nuestra sevilla de nuestra alma, y hemos visto su articulo de la virgen de la batata nos gustaria compartirlo en nuestro blog, ya que somos un grupo de costaleros de la soledad de san buenaventura que no teniamos ni idea de que esa virgen del carmen tenia esa historia. por lo que le pedimos permiso para publicar en nuestro blog, el sitado articulo, cuadrillaromantica@blogspot.com sin mas un saludo muy cordial.
ResponderEliminarPor supuesto que no hay problema ninguno, al contrario, muchas gracias por vuestras palabras y por compartirlo.
EliminarSaludos.