27 de marzo de 2011

En torno al entorno de la Encarnación

A pesar de todo lo que se está diciendo y escribiendo estos últimos días sobre Metropol Parasol, mantengo mi opinión de que el proyecto de Jurgen Meyer no altera en ningún momento el entorno en que se ubica, la Plaza de la Encarnación, porque ese entorno no existe o, mas exactamente, es un desastre total y absoluto desde un punto de vista urbanístico, estético y si me apuran incluso ético.

Si Metropol se hubiera colocado en la Plaza de Doña Elvira o en la Plaza de San Francisco el que escribe sería el primero en encadenarse a una farola, pero la Encarnación… salvo que el interés de esa plaza esté en considerarla como un catálogo de fachadas; solo hay que echar un vistazo a las imágenes que he colocado bajo estas líneas, que perfectamente podrían estar tomadas en calles y zonas de Sevilla distintas. Así pues... ¿qué estilo hay que respetar en la Encarnación?

Para servidor destrozar un entorno es lo que se ha hecho en el cruce de Fabiola con Ximenez de Enciso, donde todo aquel que desde la Puerta de la Carne decide adentrarse hacia el barrio de Santa Cruz es recibido por un edificio que se ha terminado de una forma, cuando menos, desafortunada.

Pero vayamos paso a paso, no para deleitarnos porque la cosa me parece indignante, sino para conocer la evolución de este disparate.

En primer lugar tenemos una esquina que denominaremos “antigua”, donde destaca un caserón fechado en 1880 según reza en su reja de entrada, una de esas entradas que suelen hacer las delicias de los turistas deseosos de fotografiar el estereotipado patio andaluz, con sus geranios, su fuente y su zocalito de azulejos.

Cierra dicha esquina un edificio de viviendas levantado sobre unos socorridos soportales que no desentonan con la estética del resto del barrio, a pesar de haber sido construido a mediados de los años 80.

La esquina opuesta, para ser original, la denominaré “moderna”. De mayor anchura, se organiza alrededor de un intento de plazoletilla que ocupaba hace algunas décadas una edificación derribada para ganar espacio a la calle y de paso facilitar el giro y salida de los coches que desde Mateos Gago buscan la Puerta de la Carne o lo que es lo mismo, salir del Centro.

Adoquines y naranjos pretenden hacer algo discretos los horribles contenedores de recogida neumática de basura que “adornan” la plazuela, bastante diferentes por cierto de los que se encuentran a escasos metros en Santa María la Blanca. El intento, como podemos observar, es en vano.

Cierran esa esquina dos edificios recientemente rehabilitados, uno de ellos totalmente acabado en el que se han remarcado los arcos de la medianera como si fuera un guiño a los soportales de enfrente mientras el otro aún se encontraba en obras cuando tomé estas imágenes, hará cuestión de dos años.

Hasta aquí todo correcto, ya que a pesar de las reducidas dimensiones del lugar podemos afirmar que tenemos un entorno: tres edificios construidos en diferentes épocas, incluso con diferentes estilos, pero que guardan una clara relación entre ellos y, de paso, con el resto del barrio.

Todo hace indicar que el edificio en rehabilitación debería cerrar la plaza respetando ese estilo, ese entorno, esa calle y ese barrio. Respetándose a sí mismo, si nos ponemos. Es lo lógico, lo normal, incluso lo fácil…. pero no.

Hete aquí que un buen día, una luminosa mañana de las que cantaba Triana, aparece la fachada recubierta de una magnifica y oxidada plancha de acero corten al mas puro estilo Posada del Lucero.

Una magnífica y oxidada plancha de acero corten que no tiene nada que ver con el barrio de Santa Cruz, ni con Mateos Gago, ni con los soportales de la calle Fabiola, ni con el patio del caserón en el que se hacen fotos los guiris ni, si me apuran, con la misma ciudad de Sevilla.

Una magnífica y oxidada plancha de acero corten que perfectamente podría estar en Rochelambert que en Albacete que en el jardín de la casa que David Bisbal (por poner un hortera universalmente reconocido) tiene en Miami.

Pues bien, eso para mi es romper un entorno; eso es no respetar un estilo claro y definido, destrozar un contexto urbano, un espacio definido: colocar algo que simplemente sobra.

Por eso cuando veo que en la Encarnación hay un edificio regionalista que hace esquina con el ensanche de Regina; una fachada de azulejitos y mosaicosadornando” ese mismo lugar; una castiza casita blanca con tejado cerca de Alcázares; una medianera barroca en la Anunciación; pérgolas y soportales modernistas junto a la calle Imagen o el adefesio racionalista en la esquina de Puente y Pellón, pienso que Metropol no puede romper ningún entorno porque nos hemos encargado de hacerlo los sevillanos durante décadas.

Si acaso lo crea

11 comentarios:

  1. El sábado, preparandose para la inauguración, vi lo espectacular que queda...de dia y de noche con esa iluminación tan especial...y cantidad de gente mirando...si hubiesen puesto una maquina de voto automático, seria muy a favor. Porque lo del entorno horroroso no tiene precio...salvo la antigua Universidad, con la que combina perfectamente, igual que en una casa un aparador de caoba con un mueble de IKEA. Lo sigo diciendo, ¿que habia aparte de ratas e historia enterrada? Muchos catetos que no han viajado ni han visto revistas ni documentales de viajes, pensaran que mejor hacer un pastiche imitando lo clásico ( como esos muebles castellanos de los pisos de playas)que la mezcla de clasico y moderno como Berlin, Paris, Amsterdam, Londres,etc.etc.

    Me ha encantado tu entrada.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Vayamos por partes mi estimado General: En vuestro comentario sobre la plancha de acero corten de la calle Ximenez de Enciso, no puedo estar más de acuerdo con vuestros comentarios; este material es totalmente inadecuado para casi cualquier lugar del Casco histórico de Sevilla.Opino muy diferente en el peliagudo tema Metropol-Parasol. Antes de culminar el engendro de Meyer y los lumbreras de nuestro Ayuntamiento, cada vez que pasaba por calle Imagén, y parte del entorno Encarnación-Regina, tenia uno irrefrenables deseos de hacer allí lo que Guido Fawkes, intento con el Parlamento Ingles, ahora, busco como un loco quien me venda la dinamita. Sin bromas, lo que han plantado allí hace bueno el dicho “cualquier situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar”.Y ya no solo me duele a la vista , amigo Du Gluescin, sino también al bolsillo, estamos hablando de 160 millones de Euros, cuando solo se tenia que haber hecho, y más en la situación de crisis que estamos es un simple, cómodo y funcional, dentro de un orden estético Mercado de Abastos (vamos a ver cuanto duran allí los placeros).Al comentario de la Srta., creo, Mer, amiga, viajar no mejora el gusto, muchos “viajados” van a Francia a ver Euridisney, a Italia para hacerse la manida fotito agarrando la torre de Pisa o a Bélgica para ver el Estadio Heysel, y de un Museo del Louvre,, Academia, Ufizzi, Magritte, etc, nanai de la China. Sevilla, no lo olvides, es la ciudad de la novelería, y aquí nos gusta una tontería tela marinera. Perdón por el tochazo, y abrazos para ambos.

    ResponderEliminar
  3. Me encantan las setas, quizás con menos volumen, quizás pero hay cosas que hay que hacerlas. Lo que no me gusta es el despilfarro pero con las setas y otras muchas cosas estoy encantado. Y repito ni el despilfarro ni la pésima gestion de casi todos los proyectos municipales me gustan... pero las setas sí, me gustan. ¡hala!

    Saludos
    Antonio

    ResponderEliminar
  4. Estéticamente gustarán más o menos, igual que otras muchas obras -unas más afortunadas que otras- que se han llevado a cabo en los últimos años pero nadie podrá decir que Sevilla no ha evolucionado en estos años y ya es algo tener que contentarnos por ello, pero así son las cosas. Esta ciudad llevaba estancada desde 1992 y hasta hace poco más de un lustro no ha llegado alguien con ganas de transformar cosas en pro de esta ciudad.

    Pero como aquí somos como somos lo primero es llevarse las manos a la cabeza por todo y criticar a diestro y siniestro y ya si las obras cuajan -véase el ejemplo de las diferentes peatonalizaciones- empezamos a quitarle hierro al asunto.

    Aún no he podido acercarme a ver la obra despejada y no sé realmente si será de mi gusto o no pero los que ponen el grito en el cielo con el argumento del entorno o son tontos o tienen el gusto en el culo porque la calle Imagen es un esperpento.

    ResponderEliminar
  5. Lo primero que hay que decir respecto a las setas es que, efectivamente, no dejan indiferente a nadie. Y van a cambiar la historia de la plaza de la Encarnación, nos guste o no.
    Personalmente, aunque me parece una obra muy atractiva y con una funcionalidad muy válida, las setas no son muy de mi agrado. Y lo que no apruebo en absoluto es el momento de acometer un proyecto de semejante envergadura, aunque no me cabe duda de que en unos años eso no será lo que quede y serán un referente mundial.
    Sin ánimo de entrar en polémicas, no veo la necesidad de tachar de cateto a nadie, tenga el gusto que tenga. Y Zapateiro, yo aplaudo este afán innovador, pero no me negarás que se hacen cosas incomprensibles. Y no siempre el fin justifica los medios. Dínoslo a los que llevamos casi año y medio soportando las obras en Bueno Monreal, por ponerte un ejemplo...

    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Alejandría Carmesí no creo que haya tachado de cateto innecesariamente a alguien, sólo aludo a aquéllos que usan como único argumento que tal obra rompe con el entorno que tiene ¿las inmediaciones de la Encarnación? ¡por favor!

    Yo no soy, ni mucho menos, defensora de las actuaciones del actual equipo de gobierno de la ciudad, aplaudo ideas que me gustan y critico ferozmente las que no, pero hay que admitir que ha sido el único que desde el 92 se ha planteado retos capaces de dar impulso a una ciudad aletargada. Dentro de esas ideas las ha habido buenas, malas y regulares, por supuesto, pero creo que lo que apunto es un dato objetivo.

    Y por seguir el ejemplo que citas, hasta hace un mes he vivido al lado del Porvenir y las obras de Bueno Monreal han llegado a desesperarme mil veces, sin ir más lejos el pasado viernes. Está claro que hay veces que los medios son tan importantes como los fines, no digo que no.

    ResponderEliminar
  7. Lo de la esquina de Fabiola, tristemente, pasa y ha pasado en otras muchas esquinas sevillanas hace bastantes décadas. Las calles Vírgenes, Conde Ibarra, Lirio, Levíes y algunas otras de la Judería cuentan con varios ejemplos al respecto.

    En lo otro, estoy totalmente de acuerdo contigo: el entorno no es argumento porque la gran mayoría de sevillanos vivos siempre lo hemos conocido horrible. Particularmente pienso que para nada combinan con el templo de la Anunciación (una ciudad como Sevilla, por suerte o por desgracia, no puede compararse con Berlín o París), pero a mí las "Setas" no me gustan porque me resultan feas y desproporcionadas (de su coste mejor no hablamos).

    ResponderEliminar
  8. Mer, el entorno que había era el que había, y punto. Lo que creo que queda fuera de toda duda es que el atractivo de la Encarnación por sí misma, como plaza, era nulo. Metropol al menos la pone en valor.

    Gracias Pibe57.

    Trianatrinidad, entrar en un debate sobre estética no lleva a nada, jeje. Como se suele decir, sobre gustos colores (supongo que a alguien le gustarán esas planchas de acero incluso en Fabiola).
    En el tema económico coincido plenamente: por desgracia en Sevilla nuestros consistorios, al menos desde que tengo uso de razón, están acostumbrados a derrochar el dinero público: derrocharon con el Estadio Olímpico (120 millones), ahora con las Setas. Por derrochar, han derrochado hasta el legado de la Expo... Parece que todo alcalde necesita un panteón para eternizarse.

    Coincido contigo Antonio.

    Perfecto zapateiro, pero como se suele decir: "el que mucho abarca.." (hoy estoy refranero).
    Hay cosas en las que se agradece haber cogido el toro por los cuernos, como el Metro o, en mi opinión, la Encarnación. Pero por ejemplo en temas de movilidad quizás por abarcar demasiado o no coordinar las cosas por las prisas se ha patinado mucho, muchísimo. Y así está la ciudad...

    Lo del momento es relativo, alejandría carmesí, ya que las obras se deberían haber acabado hace 4 años, cuando nadie sospechaba la dureza de la crisis. Precisamente ese retraso es el que ha inflado el presupuesto (entre otros factores).

    Enrique Henares, como dije antes, para gustos colores... Estéticamente es discutible, por supuesto, pero personalmente creo que, dado que se iba a hacer un inmenso espacio abierto en esa plaza, era necesario colocar algo que focalizara la atención, que dejara en segundo plano el catálogo de fachadas, medianeras y edificios de alrededor. Metropol lo consigue; otra cosa es que guste o no.

    Saludos y como siempre, gracias.

    ResponderEliminar
  9. Zapateiro lo del catetismo no lo dije por ti, sino por el comentario de Mer. Y de todas formas no tiene mayor importancia.
    Yo soy el primero que sostiene que no hay un entorno con el que tienen que casar las setas porque sencillamente no existe, lo único que no veo bien es el momento de acometer esta obra. Y que estéticamente, a mí en particular, no me convencen.
    Pero para gustos los colores, por supuesto. Y digo sí a la valentía a la hora de innovar y no a la improvisación o el (in)oportunismo.
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  10. Con respecto a las setas tengo mi opinión, pero prefiero opinar sobre el "adefesio" de la calle Fabiola.
    Vivo cerca de esta esquina, y me alegra encontrar por fin en algún sitio una crítica a esta esquina, tengo al respecto la misma opinión, y la misma que la mayoría de los vecinos que conozco por aquí. Efectivamente ha sido una manera muy euyropea de meter la pata en esta calle.
    Enhorabuena por el blog.

    ResponderEliminar

Comentarios: