Empieza a convertirse en una tradición que cada cierto tiempo se vuelva la vista hacia la Isla de la Cartuja, mas concretamente a ese comodín que conforma el legado de la Expo’92.
Promesas, buenas intenciones, reutilización de infraestructuras, edificios, mobiliario, incluso arbolado, los varios puentes que atravesarían el Guadalquivir para facilitar el acceso a la isla, el ya legendario autobús fluvial, la no menos legendaria reutilización del Cercanías… El baúl de recuerdos y trastos sin uso de la Exposición Universal vuelve a abrirse cada vez que se necesita dar un golpe de efecto fácil y rápido.
El por qué tiene una respuesta bastante simple: el sevillano siempre ha tenido la sensación de que la herencia de la Expo está infrautilizada y apenas se le ha sacado partido. Quizás sea un error y todo radique en que no se ha vendido bien lo que se ha hecho en estos años. Quizás sea la verdad, una triste verdad.
La última la hemos tenido esta semana, cuando tras la reinauguración 18 años después del Jardín Americano vuelve a plantearse el uso del monorraíl.
El problema es que ésto cada vez se parece mas al cuento del pastorcito y el lobo, sólo que en esta ocasión estamos inmersos en la realidad, y en la realidad el tiempo pasa y las cosas se deterioran, tanto que puede ser que el lobo no llegue porque está tan oxidado que es imposible ponerlo en marcha.
Pero claro, el problema se acentúa cuando el lobo, para colmo, ni siquiera se sabe donde está, o sí: espantando ovejas en otras ciudades. En fin, pasen, vean y juzguen.
Y de regalo la reconstrucción del pleno en el que se tomó la decisión en versión Simpsons, que estamos en Primavera y hay que tener buen humor.
Si es que en esta Sevilla está ya todo dicho, y sobre estos asuntos, poco más se puede decir ...
ResponderEliminarUn saludaso.
¡Qué artistazo estás hecho! genial entrada. Si nuestros políticos hicieran la mitad de lo que dicen que van a hacer tendríamos una ciudad que ríete tú de Londres, pero como hablar es gratis..., ¡qué poca vergünza! Me he quedado helada con la entrada que enlazas (por cierto, habrá que darle las gracias al autor de ese blog por investigar porque lo cierto es que estas cosas pasan y ni nos enteramos).
ResponderEliminarUn beso.
Dicen nuestros políticos que quieren integrar la Cartuja en la ciudad, ello a pesar de renunciar a construir viviendas, pongo el cronómetro en marcha a ver cuánto tardan en darse cuenta de lo contrario...
ResponderEliminarEl Parque Tecnológico es un éxito, la gestión municipal de la Isla de la Cartuja sigue siendo un fracaso. ¿El monorraíl? titular insidioso de prensa afín. Veamos primero si se cumple que las vallas desaparecerán del recinto...
Qué "quemaera" de políticos... :(
Allí se siguen instalando empresas en nuevos edificios, lo cual me hace pensar que como parque tecnológico no va mal del todo. Lo que no me queda claro es eso de querer integrarlo en la ciudad. No es por nada, es que por quitar unas vallas no va a estar ni más cerca ni mejor comunicado. Quizás sólo haya que mejorar la oferta de transporte público, que hasta la fecha consiste en una línea de autobús que va en un sentido y otra que va en el contrario. Y ahí es donde me entra el pánico. ¿Monorraíl? ¿Teleférico? Lo más rápido y eficiente sería el metro, no tengo ninguna duda. Mientras, alguna línea adicional de autobuses vendría francamente bien.
ResponderEliminarSaludos.
Con Monorrail o no hay que ver como esta presente esa famosa expo en la memoria colectiva,es una cosa que inmediatamente ubicamos en el recuerdo o en las alusiones a las misma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se me mezclan varios recuerdos… Coger el autobús en La Cartuja para volver a casa sobre las dos era poco menos que una locura teniendo en cuenta que pasa por tres universidades y miles de oficinas, la operación “Salir de la Cartuja” era tremenda… Y no veas la de gente desesperada que tiene que dar mil vueltas porque no quedan puestos libres para soltar las bicis del Sevici…
ResponderEliminarGente hay como para ser un distrito independiente si, lo que no hay son medios…
Recuerdo aquél día que mi madre y yo cogimos el monorail justo a tiempo para ver desde él el espectáculo de los fuegos… Sólo lo sitúo de esa manera… Si algo nos enseñaron los amigos amarillos es eso de que no es un buen sistema de trasportes…
Kisses
Pues sí, poco mas Moe, jeje.
ResponderEliminarEl autor del blog lo borda, zapateiro, por cierto, qué recuerdos me despertaron los vídeos que tiene colgados...
Eso ya es tremendo Sevalber. De hecho pensaba tratarlo en la entrada pero se me iba de extensión. Si quieren integrar la Cartuja en la ciudad, ¿cómo lo piensan hacer? ¿como piensan atraer a la gente? ¿quitando vallas?
Habrá que hacer un tejido urbano que pueda integrarse en el existente. Y eso, pienso yo, solo se consigue ampliando ese existente, con menos densidad de población, con mas cuidado, pero es que una ciudad sin viviendas, o un barrio sin viviendas, es difícil de concebor. Ahora, que lo mismo se inventa por fin aquí algo...
Mi opinión AdP es que una zona que supuestamente no va a ser residencial, con un sistema medio decente de microbuses y las infraestructuras que ya posee podría funcionar perfectamente. Otra cosa es que se termine la Torre Pelli, pero entonces ni monorraíl ni nada, habría que replantearse muchas cosas, demasiadas.
Es que la Expo fue un punto de inflexión en el desarrollo de Sevilla, América, solo que la cosa se quedó ahí.
Gata Roma, mi último recuerdo del monorraíl es de la inauguración de Cartuja 93, concierto de Silvio, Sabina y Loquillo... qué tiempos...
Saludos y gracias como siempre.
Pues sí. Quizás estaremos mucho tiempo escuchando cosas sobre la antigua Expo, por lo menos hasta que se recupere la mayoría de lo que se podía haber aprovechado y no se hizo en su momento.
ResponderEliminarDe todas formas no me parece mal que, aunque tarde y ahora cueste más dinero, se vuelva a utilizar el monorrail, al menos para el movimiento interno de personas por la isla. ¿Que no es un buen sistema de transporte? En fin no sé en que nos basamos para éso. Chicago lo tiene desde hace muuucho tiempo y evita el colapso en superficie (al igual que el metro). Supongo que lo que sí es muuuuy necesario es llevar el cercanías, aunque no hasta el antiguo apeadero, sino más adentro de la Cartuja. En cuanto a lo de las vallas, si yo fuera uno de los empresarios del recinto me pensaría muy mucho lo de quitarlas.
Saludos.