Ya ha llegado. Como todos los años, con los primeros compases de la Primavera la ciudad recupera otra de esas estampas que suelen remontarnos a una niñez que por desgracia cada vez se encuentra mas lejana.
Fiel a su cita anual, de la misma forma que los naranjos se llenan de azahar o las gitanillas de florecitas rojas, las farolas de cualquier avenida que se precie lucen carteles a doble cara del que durante años se vino en llamar “el mayor espectáculo del mundo”. Porque, aunque no lo parezca, hubo una época en la que no había fútbol, ni Madrid-Barça… ni siquiera había prensa deportiva, aunque resulte increíble….
Pero no nos desviemos: ya ha llegado el Circo a Sevilla. El Circo Mundial en concreto, que otros están todo el año montados.
Saltimbanquis, domadores, payasos, fieras… todos están de vuelta, aunque si uno observa detenidamente los carteles da la sensación de que algo ha cambiado respecto a otras primaveras, de que hay algo distinto, algo mucho más suave, bucólico, light…
Aparentemente podría decirse que la crisis también ha hecho mella en el mundo circense, que no hay dinero para comprar animales exóticos en Kenia o cañones para meter hombres-bala. Pero, en mi opinión, la respuesta es mucho más sencilla y simple: en la actualidad las fieras no interesan ni impresionan a nadie.
Cuando los niños maldecíamos a Adela Cantalapiedra porque alargaba el Avance del Telediario algunos minutos mas allá de las seis de la tarde, hora en la que un erizo rosa cantaba canciones a dúo con Don Pimpón y Ruth Gabriel, un león o un cocodrilo podían infundir respeto. Pero claro, teniendo en cuenta que hoy día, a la misma hora, lo mas infantil que puedes encontrar en la televisión es a Lidia Lozano bailando un politono o una niña de quince años diciendo en el Diario de Patricia que el hijo del vecino le ha hecho un bombo, a ver quién es el guapo que encuentra un tigre que meta miedo.
Así, todo indica que el Circo se ha reinventado para hacer frente al otro Circo que tenemos montado en el salón de casa durante todo el año: la televisión. Y el reinvento ha sido profundo, no en vano debe ser complicado atraer niños y adultos a una carpa con los tiempos que corren. Porque claro, competir en igualdad de condiciones con el Circo televisivo es tarea imposible, ¿o acaso existe algún rugido en el reino animal capaz de superar los gritos de María Patiño y demás tertulianos de la prensa rosa?
La solución que han tomado es bien simple: darle la vuelta a la tortilla. Sólo hay que echar un vistazo al cartel en el que sale el domador. Si no fuera porque la melena del león lo hace fácilmente identificable, cualquiera diría que el buen hombre está en el parque rodeado de gatitos de angora. Ni rastro de fiereza: al contrario, los animales aparecen dóciles, tranquilos, educados.
Saben que la partida de la agresividad está de antemano perdida con la televisión y lo mejor es transmitir lo contrario: si usted quiere ver animales salvajes en acción, seguro que en la TDT están repitiendo Sálvame Deluxe o el DEC del viernes pasado. Si por el contrario quiere estar en un sitio apacible, disfrutar de un momento relajado, amable, levántese del sofá y venga al Circo. El mundo al revés.
Como el año pasado, la estrella del Circo Mundial vuelve a ser Aurori. A primera vista también se reinventa la mujer barbuda, como la Bestia del cuento, y se vuelve sexy, autosuficiente, moderna.
Es la reina de los carteles, pero la principal baza de Aurori radica en haber captado la esencia del éxito patrio, ese cuya máxima dice que para estar en el candelabro nada mejor que montar todo lo que se te ponga por delante, no importa sexo ni cantidad: mujeres, hombres y viceversa. Si son famosos mejor, y si son muchos mejor que mejor. Lo importante es el número, y Aurori lo sabe, por eso demuestra sus dotes de amazona a lomos de un elefante, de un caballo blanco o de lo que le echen.
Lo importante es cabalgar. Ahora, que cada una lo haga como sepa y pueda.
Pero la gran atracción no es otra que el Oso Humano, un plantígrado que, según el cartel, es capaz de comprender más de 200 palabras. Nada más y nada menos.... Si hicieran un estudio estoy convencido de que en los cientos de horas que dura una edición completa de Gran Hermano sus concursantes no llegarían a pronunciar mas de 200 palabras distintas. Es mas, el vocabulario del actual icono de la televisión, Belén Esteban, dudo que llegue a la mitad. Por eso, lo de este Oso Humano es todo un logro, más aún, un auténtico desafío a los tiempos que corren.
Tanto es así que en el Circo televisivo para ver un fenómeno con tal repertorio de palabras habría que tragarse concursos del tipo Saber y Ganar o 50x15, asumiendo las graves consecuencias que Jordi Hurtado o Carlos Sobera podrían tener para nuestra salud mental. En el Circo Mundial un Oso lo hace todo y encima es hasta obediente….
En fin, renovarse o morir; y el Circo, espectáculo superviviente a todo tipo de avatares desde lamas remota antigüedad, precisamente ha basado su éxito milenario en la adaptación a los nuevos tiempos. Esperemos que, una vez más, le salga bien. Y que dentro de poco vuelva la agresividad a los carteles, señal de que la televisión puede volver a verse.
Y ahí están viendo pasar el tiempo, la de caminos que llevan andados.
ResponderEliminarUn abrazo general
Ahora para que salga diciendo que él, por su osito, ma-ta.
ResponderEliminarSaludos.
Jajajaja, qué bueno, lo de Jordi Hurtado, ahora que lo pienso, también es buena penitencia para redimir pecados.
ResponderEliminarEl año pasado llevamos a mi sobrina a ver a Aurori y lo que más llamó su atención fue la actuación de Carapincho y Caralarga, los payasos del circo. Cada vez estoy más convencida de que hay que preservar como sea la infancia pues son los únicos que siguen mirando el mundo con inocencia.
Un beso.
Esto te sorprenderá pero además de aficionada taurina estoy en contra de los zoos, y tampoco me gustan especialmente este tipo de circos, partamos de la base de que no me gustan demasiado los payasos…
ResponderEliminarMiss Aurori es un clásico, eso si, aunque después de haber ido al Circo del Sol estas cosas ya… como que molan menos.
El circo televisivo es mejor tomárselo a coña, porque si lo analizamos en serio lloramos.
Últimamente me entretiene mucho ver a del Nido declarando, es un espectáculo eso…
Kisses
Alguien se acuerda del ligre? Fue todo un mito
ResponderEliminarA pesar de que siempre se habla de la magia del circo, a mí nunca me ha gustado. Ya de niña era rreacia a ir. Nunca he visto esa magia en él, sino más bien tristeza y abandono...
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buena critica, con sentido de humor, de todas maneras espero que dure muchos años el circo, es especial.
ResponderEliminarBesos, hasta pronto.