Días atrás me propuso un buen amigo que escribiera algo acerca del mundillo que se mueve alrededor de la Semana Santa más allá de lo que es la propia Semana Santa, concretamente sobre esos figurantes que por querer figurar mas de lo que pueden figurar terminan desfigurando.
Uno a uno empezaron a desfilar por mi libreta de cuadritos los semidioses del costal, los globetrotters de las cornetas, las sillitas de los chinos, los trajecitos blancos, los móviles grabando a ritmo de silbido, los inevitables cangrejeros, los concursillos de saetas….
Como es un poco exagerado empezar a cabrearse cuando ni siquiera huele a azahar, te pido disculpas querido Javi, pero teniendo en cuenta que me estaba encendiendo demasiado en la entrada y que, según dicen, una imagen vale más que mil palabras, creo que te resumo mis pensamientos aquí abajo.
Comprendo tu cabreo y lo comparto. La imagen habla por sí misma.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues no estaría de más que los que conocemos y amamos las actividades de los tiempos que nos llegan, dijésemos alguna cosita de los figurantes y figurones que la pueblan.
ResponderEliminarEn tus manos y desde tu punto de vista, siempre tan certero, seguro que daría para mucho.
Un abrazo.
Pues me ha quedado clara tu opinión, aunque como dice no cogé ventaja, mirma, también me gustaría que te explayaras.
ResponderEliminarUn abrazo
Claro como el agua...
ResponderEliminarAsí andamos todos hartos de veletas y botines....
Un abrazo y la tardanza en un encuentro cervecero es verdaderamente para cabrearse. Entono el mea culpa.
Antonio
Perdón por lo perdido que estoy, de hecho las entradas las tengo programadas y apenas me meto en los blogs, pero aclaro a Verdial que es un montaje, vamos, una interpretación que he hecho.
ResponderEliminarRespecto al tema de hablar de los figurantes, recojo el guante, jeje.
Saludos y gracias por estar ahí, aunque ande desaparecido.
Jajajajajaja, ¡qué buenos son tus cabreos!
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