Posiblemente la magia de este rincón se deba a que su belleza fue usada como paño de lágrimas con que aliviar el llanto de aquellos que la vivieron.
Llantos de impotencia, la que sintieron los Fuentes al ver como las llamas devoraban la fernandina iglesia de San Marcos durante las disputas nobiliarias de finales del siglo XV.
Llantos de desamparo, el único equipaje que llevaban las monjas sanjuanistas camino de las Dueñas tras verse desamortizadas de la que fue su casa durante casi 300 años.
Llantos de tristeza, bajo la que se consumían las presas de la cárcel que se instaló en el antiguo convento a mediados del XIX.
Llantos de arrepentimiento, con el que confiaban expiar sus penas y desgracias las mujeres acogidas por las filipenses de la Madre Dolores en pos de los sueños del Padre Tejero.
Llantos de dolor, el que se mezcló con las cenizas que volvió a ser la iglesia de San Marcos cuando las madres de uno y otro bando despidieron a sus hijos camino de una sinrazón fratricida.
Llantos que ocultan otros llantos, lágrimas que limpian otras lágrimas, suspiros que se esconden entre las desnudas ramas de los árboles. Quién sabe, quizás sea ese el motivo por el que no deja nunca de manar agua de su fuente, corazón de la plaza: para acallar con su murmullo los ecos y plegarias que aún quedan entre sus piedras.
Algún que otro Sábado Santo he transitado por esa plaza, ya de recogida, bajo un hermoso palio. Gracias por recordármelo.
ResponderEliminarUn abrazo
Lugar y epílogo de mi particular Semana Santa, querido amigo. No puede haber mejor dosel, mejor sonido, mejor aroma y mejor luz para despedir algo que se quiere tanto.
ResponderEliminarUn saludo.
La primera frase de esta preciosa entrada lo resume TODO. Y más para aquellos que, como yo, jugamos y crecimos en este entorno. Aquellos que sufrimos y disfrutamos de los avatares de este lugar mágico. Aquellos que vimos nacer la cofradía que la recorre en los últimos momentos del Sábado Santo.
ResponderEliminarHoy volveré a pasar por la Plaza de Santa Isabel, de nuevo, volveré a pasar por un Recuerdo.
Mil gracias por esta entrada.
Una entrada para la eternidad; llanto dificil el más puro y auténtico. Deslumbrante amigo.
ResponderEliminarPues es una pena cómo está la plaza a diario: pintadas, botellas, canis, droga durante el día y sintechos es la crónica actual ...
ResponderEliminarBsos!
Cuanta historia contenida en el hermoso espacio de la plaza. Estar en ella es colmarse de la fuerza que se concentra en ella.
ResponderEliminarDesconocía tantos datos. Me ha encantado.
Un abrazo
Ya te lo dije esta mañana en el facebook; estás que te sales. Se nota que andas inspirado últimamente.
ResponderEliminarEl tema está chungo. Si no fuera por tus verdades...
ResponderEliminarAntonio
QUe de recuerdos entre esas piedras, no sabes lo adentro que has tocao
ResponderEliminarUn abrazo General
Es una plaza que frecuento, cuando paseo a Waki, y me gusta mucho. Sin embargo, coincidiendo con Rosalía, es una lastima lo descuidada y sucia que está en la mayoría de las ocasiones.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias a tu por compartir tus recuerdos, Tato.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Diego, aunque en mi caso suele ser la antesala de ese epílogo.
Muchas gracias a ti, Dawidh.
Este tema, el de los recuerdos, es el que mas me llama la atención y mas valoro de esta plaza, Sevalber. Y es que cuando estás sentado en uno de sus bancos se tiene la sensación de que tus abuelos o los abuelos de éstos pudieron estas en ese mismo banco sentados hace 50 o 100 años. La eternidad. Y eso que me consta que en los 50 la bordeaban los coches, pero no importa, ahora mismo es eterna.
Muy agradecido por tus palabras, natural de sevilla.
Afortunadamente lleva unos meses bastante decente, Rosalía, aunque en Octubre asistí en directo a un concierto de la Niña Pastori en el borde la fuente por parte de una mala imitadora. Hay cosas que... mejor me callo...
Pues sí, verdial, es fascinante la historia de esta plaza y de los que han pasado por ella.
ResponderEliminarJeje, zapateiro, como se suele decir, a falta de pan....
Después de este fin de semana nada puede estar chungo, Antonio, que por fin hemos tenido sol. Chungo era hace un mes, con el dichoso temporal. A mi el buen tiempo me motivo, y mas si no hace calor.
Todo un placer, Luz de Gas.
No puede quejarse Waki, no cogñe ventaja, de sus lugares de paseo, jeje.
Saludos.
Es el mejor lugar para besarse de Sevilla.
ResponderEliminarMucha belleza tiene esta coqueta plaza, de amargo pasado como bien nos cuentas y futuro incierto.
ResponderEliminarEsperamos continúe en la línea actual y no vuelva a llenarse de pintadas y residuos; en caso contrario, los que vamos a llorar somos nosotros...
¡Un saludo!
Hay lugares con música y en ese lugar siempre permanecerá.
ResponderEliminar...Llanto por esa plaza y toda esa zona, del Pelícano hasta el Pumarejo,preciosa,degradada y olvidada por todos los que han podido poner orden, tomada por canis, trafico de drogas y más gente de mal vivir que ahuyenta a la gente de bien. Evito pasar por toda esa zona con lo que me gusta
ResponderEliminarEx-vecina