Serían las 2 de la tarde. Unos temas de papeleo, la lluvia, el frío y la curiosidad me habían llevado a buscar refugio tras las puertas de San Román junto a dos hombres que fumaban sin parar y una Ester oculta bajo varias capas de abrigos, guantes y bufandas.
- ¡Nieve!– Grita una niña desde la esquina de El Uno extendiendo la mano hacia el cielo - ¡Está nevando! – Vocifera mientras la madre, con esa agilidad innata en las madres cuando ejercen de madre, la engancha del otro brazo a la vez que la tapa con el paraguas, la abronca y la mete de nuevo en el bar.
- ¡Pero mamá, está nevando! – Protesta la niña, que ya se veía amasando un muñeco en el cruce de Matahacas.
Sin darme cuenta mi mano se ha extendido fuera de la puerta, como la de la niña, buscando la misma nieve que buscaba la niña. Los dos hombres que fumaban sin parar han hecho lo mismo. Ester no, había sonado Amaral y bajo las capas de abrigo se las ingeniaba para hablar por el móvil.
- Está nevando en Los Príncipes – retransmite.
Miro de nuevo hacia el cielo. Pensándolo bien, esta lluvia es un poco rara, tiene un tono blanquecino, la veo hasta sólida. Los dos hombres que fumaban sin parar parece que piensan lo mismo.
- Es aguanieve – asegura uno de ellos, dándoselas de entendido.
Una persiana se levanta y asoma el brazo de una anciana, que se extiende hacia el cielo buscando la misma nieve que buscaba la niña, la que buscaba yo, los dos hombres que fumaban sin parar y la amiga de Ester que la llama desde la calle Cantalobos.
En el foro del Sevilla donde horas antes había puesto verde a Manolo Jiménez se olvida a Sergio Canales: la nieve es el tema estrella. En el Viso, en Mairena, en Tomares, en Lora… Pues va a ser que sí, que nieva en Sevilla.
En Betisweb se ahuyentan Los Pajaritos, hasta Lopera queda en un segundo plano. Mercedes por fin escribe un mensaje alegre en su muro del Facebook, Antonio prepara su cámara para atrapar copos blancos en la Ranilla y Manolo Rabones esquiva la resaca con unos hielos distintos a los que tenían los cubatas que tomó la noche anterior.
La nieve lo cubre todo, nos hace soñar a todos y despierta la curiosidad de todos. Desde las monjitas de Santa Isabel a los okupas de la Fábrica de Vidrios; desde los perroflautas de la Alameda a los que esperan la llegada de la primera igualá; desde las limpiadoras del Metro al campanero de la Giralda.
Por fin hay algo capaz de poner a todas las Sevillas de acuerdo. A mediodía no estaba acabando la Navidad, ni el Solsticio de Invierno, ni las Saturnales ni el Año del Buey. Estaba nevando.
Sonrío, calado hasta los huesos, camino de casa. Me hace gracia imaginar que mientras esa niña esperaba que un manto blanco cubriera la plaza de San Román, los Antonio Burgos, Torrijos, Zoido y Monteseirín podían estar asomados a sus ventanas, como media ciudad, buscando copos de nieve entre las gotas de lluvia.
Que sí, que mañana llegarían las protestas, las quejas: que si el carril-bici no es apto para trineos, que si las losetas de la Avenida no resisten las heladas, que si no hay forma de descongelar los langostinos de MercaSevilla con este frío. No importa: por una vez toda la ciudad miraba en una sola dirección.
Sigo sonriendo; con la afición que tenemos aquí a pasear bordeando los extremos seguramente algunos habrán pasado la mañana en una Baqueira-Beret hispalense mientras otros estarán decepcionados con el chirimiri del mediodía. La mayoría se habrá olvidado ya de todo.
Pero bueno, al menos saco en claro que en My Fair Lady estaban equivocados, que la maravilla en Sevilla no era la lluvia, ni mucho menos: la verdadera maravilla es la nieve, lo único capaz de ponernos a todos de acuerdo, aunque sólo sea durante unas horas.
Quizás, por eso, nunca nieva de verdad…
yo a esa hora estaba alcanzando la calle Recaredo, e iba sin paraguas y pensaba qué rara la lluvia, pero ni imaginé por un momento que fuese nieve; así que no he tenido esa ilusión, porque yo "no la vi" ... otra ocasión tal vez ...
ResponderEliminarBuenas noches!!
En San Julián, a las diez de la mañana, en el techo de los coches se veía una pequeña capita blanca.
ResponderEliminarAl menos así me lo contó mi mujer, pues yo estaba metio en la canasta de la Waki, junto al calentador, que es el sitio más caliente de la casa.
Un abrazo
¡Cómo me ha gustado tu entrada Sergio! Me has hecho sonreir imaginándote ayer en la escena junto a esa Ester cubierta de capas.
ResponderEliminarBuenísimo lo de los extremos a los que se habrá sumado la gente hoy, jajaja.
Un beso.
Uno cero, cero uno
ResponderEliminary del año 2010
se recordará seguro
por lo que ahora os diré.
Y es que ayer nevó en Sevilla
y no es que suela ocurrir
que la nieve haga visitas
por estas tierras de aquí.
Hacía cincuenta años
que no nevaba en Sevilla,
hacía cincuenta años
(o al menos eso decían).
“Cuando yo era muy pequeña
ví que nevaba en Sevilla”
“Mamá, pareces la abuela
con los cuentos de la China”.
Y es mucho tiempo pasado
para que esto se repita,
Porque los cuarenta grados
son nuestra especialidad
pero ver los cielos blancos
no es lo más habitual.
Ayer se vieron estampas
dignas ya de recordar,
todo el mundo se llamaba
para poderse avisar:
“Está nevando, ¿lo has visto?”
“¿Nevando dónde? ¿Qué dices?
“En Sevilla mismo, niño”.
“Anda ya, no me vaciles”.
“¡Asómate a la ventana!”
“¡Mira, mira, mira un copo!
“No te digo, ¡una pasada!”.
“Y allí, mira, mira otro”.
“Trae a los niños que lo vean”
“Que los lleve a dónde, dime”
“Pués tráetelos a Castilleja
o te los subes a Gines
porque es que aquí sí que nieva…
veniros que esto es un flipe”.
“Cojo el coche y salgo ya,
enciende la chimenea
que parece Navidad”.
“Mira mi madre y mi abuela.
¡Niñas, dejar de saltar!
A ver si os partís la cadera…”
La gente que se detiene
en mitad de la calzada
para tirarse la nieve
cual si fuera una batalla.
¡Qué peligro esos andenes
con la gente allí parada!.
Todos con cámara en mano
retratando la experiencia
para dentro de unos años
poder tener evidencias
(las imágenes tomadas)
y no quedarse así a medias
al relatar la nevada.
Es verdad que no cuajó
dentro de la ciudad,
es verdad que no duró
una hora ‘mal contá’…
pero es verdad que nevó
y se puede demostrar.
Cuando bajé a comprar el pan, serían las 9,30 o 10 de la mañana, los coches tenían una capa blanco por encima y en mi paraguas se oía el ruido de pequeños granizos al caer.
ResponderEliminarPero ya más entrada la mañana si pudimos contemplar algún que otro copo de nieve que al llegar al suelo se convertian en agua.
Saludos
Buena entrada amigo Sergio.Dile a Esther que no se tape tanto y enseñe ese cuerpo que dios le ha dao. Un beso
ResponderEliminarDoy fe que sobre las 10:00 de la mañana caia por la macarena algo que no era agua. Salí a pasear a Taco y el pobre venía con el lomo lleno de trocitos de hielo (nieve?). Eso si, al mediodía no quería salir :).
ResponderEliminarEn Lora cayó y cuajó. Ha sido mi primera vez, ay.
ResponderEliminarMuy bonito el final de tu entrada.
Un fuerte abrazo.
Esto si que es puro costumbrismo y no lo que escriben algunos asomados a la ventana ...
ResponderEliminar¡¡Qué me hubiera gustado haber fotografiado las palmeras blancas!!
Antonio
Esto si que es puro costumbrismo y no lo que escriben algunos asomados a la ventana ...
ResponderEliminar¡¡Qué me hubiera gustado haber fotografiado las palmeras blancas!!
Antonio
Bonitas estampas las que han quedado en muchos pueblos del Aljarafe y la Sierra Norte.
ResponderEliminarEn la Sevilla intramuros queda la espinita de no haberse repetido algo similar a lo vivido en 1954.
Un par de graditos menos y la que se hubiera liado...
Saludos!!
Lo de que "el carril bici no es apto para trineo" te ha quedado genial, porque patinar... patinaba.
ResponderEliminarMuy buena tu crónica.
Bonita e imaginativa entrada donde recoges perfectamente los deseos que tenemos los sevillanos de ver Sevilla nevada, me viene a la memoria las vacaciones que nos tomamos unos amigos para acudir a Sierra Nevada y que nuestros hijos conocieran la nieve y disfrutaran del paisaje nevado. Cuando llegamos a Prado Llano no había ni rastro de nieve pues esa madrugada había caído una lluvia torrencial que hacía imposible que cayera nieve además de llevarse toda la que había acumulada convirtiendo el paisaje en sierra pelada en lugar de Sierra Nevada, eso si los niños soñaron e imaginaron durante esos días como sería aquello nevado. Hoy algunos años más tarde mientras leo tu entrada recuerdo que coincide con el aniversario de la muerte de uno mis ídolos John Lennon y mientras leo me viene a la memoria su canción Imagine, para mi la imaginación es el sustento de los artistas y tu de imaginación estas sobrado (y de muchas otras cosas). Gracias
ResponderEliminarPor mi edad he conocido dos nevadas aqui en Sevilla capital, le primera era muy pequeñito, pero de la segunda ya era algo mayor, y exacto como dicen aqui era precioso ver como se decia en aquel entonces la "Alamea de Hércule nevá". y no digamos ya el Parque de Maria Luisa. y asi toda Sevilla. Fué un dia festivo, lo malo vino después pues muchas casas entraron en ruina según se decia por culpa de la nieve caida.
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