31 de agosto de 2008

Arqueología personal

Muchas veces los armarios y roperos de las casas suelen ser yacimientos arqueológicos familiares en los que se encuentran vestigios supervivientes de épocas ya pasadas y de las limpiezas profundas que suelen marcar los cambios de ciclo en la vida de los moradores de la vivienda.

Por ello, encontrar en las entrañas del altillo de mi habitación una vieja bolsa verde de Mercamabel no podía significar otra cosa que, cuando menos, retroceder en el tiempo un buen puñado de años, los años que (a juzgar la antigüedad de esa cadena de supermercados) llevaría la bolsa cerrada (quién sabe por qué motivo se cerró), y lo mas importante, los años que tiene el contenido que se encuentra en su interior…

Quizás sería un destacamento del Séptimo de Caballería versión clicks de Playmobil, o podría tratarse de los últimos restos que quedan de mi vieja tropa de He-Man y sus Masters del Universo, o lo mismo eran unas cartillas de Rubio extraviadas después de cualquier verano. Fuera lo que fuese, el paseo nostálgico por los primeros años noventa estaba garantizado, ya que la antigüedad de la bolsa de plástico así lo hacía presagiar.

Es curioso, pero la cronología de un barrio o de una calle se puede establecer recordando los distintos supermercados que han pasado por ella; los San Eloy, Mercamabel o Supercanguro de antaño han sido hoy día sustituidos por los Mercadona o El Jamón. Memoria urbana en estado puro.

Lo que se se encontraba dentro de la bolsa, como suponía, no defraudó para nada. Ante mi tenía varios equipos de chapas, forrados de tela, con sus escudos, sus nombres y toda la parafernalia que dictaban los cánones, garbanzo-balón incluido. Una reliquia.

Durante unos minutos el tiempo se detuvo mientras buceaba entre los distintos equipos, los jugadores, los recuerdos… el Sevilla de Toni Polster, Ramón o don Francisco López Alfaro, el Betis de los Pumpido, Yáñez y Poli Rincón, las grandes gestas de la Quinta del Buitre, los inicios de Cruyyf en el banquillo del Barcelona; retazos de la historia reciente del fútbol reducidos a tapones de Cruzcampo forrados por trozos de tela.

Crear un equipo de chapas era todo un ritual, además de una auténtica labor de artesanía; desde la búsqueda de los tapones mas planos y perfectos hasta reunir al menos once estampas del equipo que se quería fabricar en las que recortar los nombres y los escudos pertinentes, todo ello pasando por los trapos para forrar las chapas o los rotuladores con los que colorear las equitaciones. Un completo ejercicio de paciencia y creatividad que hoy, desgraciadamente, se ha perdido.

Esta época, el final del verano y por tanto inicio de la Liga de Fútbol, era precisamente uno de los puntos álgidos de la temporada de chapas, que duraba hasta mediado el Otoño, cuando hacía demasiado frío para estar sentado en el suelo disputando los partidos y campeonatos que se celebraban entre la chavalería.

Y no sólo estaban los equipos de fútbol: de las chapas también salían vueltas ciclistas y, cuando ya estaban inservibles, los topes de las cuerdas de los trompos; y es que los distintos juegos y diversiones se solapaban entre ellos: los citados trompos o peonzas con sus púas carniceras y las ollas donde expiaban sus pecados los mas torpones, las bolas con el nicli, nacle, chonacle, el teje, la lima, el elástico… juegos con personalidad propia, reglas propias, canciones propias, en definitiva, vida propia.

Es curioso, pero por el precio de las estampitas (que yo dejé a 2 duros y ya me parecía caro, así que no quiero ni saber a cuanto están a día de hoy), de un trompo (no mas de 5 duros) o de unas cuantas de canicas, en fin, con un muy bajo presupuesto, pocos medios y mucha imaginación, conseguíamos que los tres meses de vacaciones se nos hicieran cortos.

Sin duda, eran otros tiempos en que una generación de niños ejercía de bisagra entre dos épocas bastante diferenciadas, conjugando juegos y tradiciones heredadas del pasado con nuevas diversiones basadas en los últimos avances tecnológicos que poco a poco se abrían paso en forma de consolas de videojuegos u ordenadores de pantallas monocromo; la misma generación que mas adelante, según la época y la campaña de marketing del momento, fue llamada sucesivamente de los JASP (primer anuncio que nos etiquetó mediados los 90), luego Generación X y ahora mileuristas.

Esos niños que apurábamos el bocata de nocilla mientras Adela Cantalapiedra y su traductora de sordomudos daban el Avance Informativo para estar merendados y no perder ni un solo detalle de Barrio Sésamo; esos mismos que teníamos a Ángel Nieto de enemigo público número uno, ya que no entendíamos como la disputa de un Gran Premio de motos podía suspender el capítulo dominical de Willy Fog; los mismos que cargábamos la cinta en el Spectrum o el Amiga 500 para dejarnos los ojos matando marcianos en pantallas verde fosforito; los mismos que el Día de Reyes lo pasábamos lloviera o hiciera frío en la calle con nuestras nuevas adquisiciones desde primera hora de la mañana: todo regalo era susceptible de ser bajado a la calle ese día, desde los juguetes hasta la ropa (recuerdo el año en que las calles sevillanas se llenaron en pleno mes de Enero de niños vestidos con la horrible equipación amarilla del portero ruso Dassaev (supongo que la asistencia a clase el día después disminuiría considerablemente por mor de los resfriados que pillarían los pobres chavales…)).

En la actualidad los días 6 de Enero lo que menos se ve en la calle, desgraciadamente, son niños; y no es precisamente porque no se hagan regalos, ya que los contenedores están repletos de cajas de cartón que lo atestiguan. Simplemente, los tiempos han cambiado.

Empezando por las mismas calles de la ciudad, ahora convertidas en grises terraplenes de cemento y asfalto. Sin albero en el que hacer el hoyo donde colar las bolas, la rueda donde bailar el trompo o el rectángulo donde clavar la lima, poco o nada se puede hacer.

Como ejemplo me basta asomarme a la plaza de mi barrio, hasta hace pocos años un parque de albero con columpios, toboganes y otros juegos que hoy día se ha convertido en una calle ancha con cuatro bancos colocados de forma estúpida y sin sentido; curioso que se haya trasladado todo este antiguo mobiliario infantil a plazas céntricas de la ciudad, como la Alfalfa, mientras ha desaparecido de los barrios, donde se supone que hay mas niños. Lo de siempre…

Pero si tratamos este tema, es inevitable hacer mención especial a los principales responsables de que se haya firmado del acta de defunción de los juegos tradicionales, por supuesto los videojuegos en sus múltiples modalidades (consolas, ordenadores, etc).

Si bien en sus inicios era posible compatibilizar el Emilio Butragueño o el Capitán Sevilla con las partidas de chapas, el avance continuo en tecnologías y medios, el realismo conseguido en los juegos, el continuo bombardeo de la publicidad, unido a una nueva sociedad cada vez mas individualista y encerrada en sí misma (sobre todo a tempranas edades); consiguió primero comer terreno y finalmente ganar la partida a los juegos tradicionales, hasta casi erradicarlos en la actualidad.

Si Carlos Marx decía que "la religión es el opio del pueblo", en nuestros tiempos, con televisión, consolas, internet y demás inventos, se podría decir que la población es politoxicómana. Más aún si hablamos de la gente joven. Y es que hoy nadie va a convencer a un niño a que reúna 22 tapones de botella, los forre de tela, los pinte y se tire al suelo para jugar un campeonato de chapas pudiendo bajarse el Pro-Evolution del emule y jugar un campeonato del mundo en un LCD de 32 pulgadas….

Es así de triste y de cruel, pero bueno, siempre nos quedarán las bolsas extraviadas del Mercamabel para recordarnos que hubo otros tiempos, otros juegos y, por qué no decirlo, otros niños.

18 comentarios:

  1. Bueno, aquí estamos de vuelta de nuevo; quince días en los que salvo algún que otro viaje "relámpago" a Sevilla apenas si he podido conectarme a internet (la Virgen de Regla no ha estado por la labor este año...).

    Gracias a todos por visitar el blog durante estos días y por estos comentarios que me habeis dejado, a lo largo de la semana os visitaré y me pondré al día lo mas rápidamente posible.

    De momento dejo esta entrada escrita la semana pasada mientras ya digo, al menos durante unos días, vuelvo a ubicarme dentro de mi vida cotidiana, que no es difícil (15 días no son nada, pero bueno, algo es algo...)

    Saludos y gracias, como siempre.

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  2. Creo que nosotros erámos más felices con menos cosas.
    ¿Te acuerdas del diabolo y ver quién lo bailaba mejor y mas tiempo sin caérsele?.
    Como bien dices los niños de ahora no juegan con otros crios de su edad, se encierran en casa y se enchufan al ordenador o a los juegos, ¡ que pena!
    Por cierto he tenido que hacer un blog nuevo pues el mio no me dejaba realizar entradas, el enlace nuevo es muy parecido, aquí te lo dejo.

    http://detodounpoco-sevillana.blogspot.com/

    Me alegro de verte de nuevo por aquí. Saludos

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  3. Que bonito es eso de rebuscar en nuesro recuerdo miarma...


    Juguetes no conservo muchos debido a las múltiples limpiezas que se suelen realizar en mi casa, pero a veces me pongo a ojear los recortes, itinerarios y revistas cofrades de hace años y se me pasan las horas como minutos, ahora, que después cualquiera me aguanta estornudando...

    ¡Un saludasso!

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  4. Bienvenido,....Y no te cuento el armario de una mujer!....que sabor a nostalgia,cierto hasta hace poco nos pasabamos las cosas los unos a los otros,ahora parece todo desechable,...

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  5. Pues ha sido precioso leerte. He recordado momentos del pasado que sin duda se componían de jugar a las chapas, al espectrum, las canincas, y al futbol en las plazas que hoy por desgracia, como indicas, están repletas de bancos estúpidos sacados de IKEA "en otro muchos casos".

    Ántes exitía mucho más ingenio, ahora sólo tienes que encender una Tv y plantarte delante durante horas y horas, sin hablar con nadie, sin relacionarte... y qué me dicen del Mesenger, rincón cercano donde se fomenta la comunicación absurda y sobre todo la incultura, pues no existe niño que escriba bien una palabra en dicho espacio. Otros tiempos, bien lo has dicho, en algunas cosas mejores pero en otras...

    Me alegro de tu vuelta. Un abrazo.

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  6. Hola du guesclin, me ha gustado mucho esta entrada. Yo no niego que juegue al ordenador pero siempre he estado jugando con los playmobils, montando mis escenarios y creando como un pueblo, todavia conservo todos los playmobils en mi habitación, el barco pirata, el fuerte, el castillo y tambian cosas mas modernas que han ido apareciendo, hasta los cliks se modernizan.
    Tambien me gusta mucho salir a la calle y en un parque tumbado en el cesped jugar a alguna partidilla de cartas. Vamos que no soy mucho de consolas, de ordenador si me entretengo mas pero bueno.

    Saludos y haber si otro dia encuentras otro yacimiento arqueologico interesante por los roperos, armarios, etc..

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  7. No tienes razón ni ná Du Guesclin.Hoy dia los chavales están todo el día con la play y el internet.No disfrutan de la calle para nada.

    En mi infancia estabamos todo el día jugando al futbol o al baloncesto.Mas pequeño estaba liao con el excalectric (todavía lo conservo),los clips(bomberos,medievales,los del zoo,etc)el tente era lo que mas me gustaba entre ellos los barcos y los transformer.

    Juegos de calle cómo la lata,la lima,las canicas,el trincarro,el veo veo,el coger,el escondite,al tenis en la pared de cualquier bloque,etc,etc,etc.

    La vuelta ciclista de chapas con mi Fabio Parra, hay que ver lo que haciamos con una chapa y un trozo de tiza.

    Los dias de Reyes eran especiales todo los niños se bajaban a la calle para enseñar lo que le habían hechado bici-cross bh,equipaciones de fútbol,coches teledirigidos,etc,etc,etc.Hoy día no se ve a nadie en la calle.

    El otro día encontré una bolsa de plástico de Vilima y de el Continente.

    Buen texto de una niñez pérdida ...

    Un abrazo canino.

    La Canina seguirá cavilando .....

    P.D: Estate al loro porque a lo mejor ponen a la venta el sábado el nuevo disco de Queen ....

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  8. General, vengo yo con la cabeza llena de ideas desordenadas y ahora… Una amiga, de mi misma quinta, tiene un hermano pequeño, de unos 8 años. El crío tiene de todo y más, porque si, porque ahora por lo visto se hace así. El 4 de Enero, la criaturita dice que quiere la PSP, después de que ya le tenía encargadas a los Reyes Magos la Play 3 y me parece que una Nintendo tipo game-boy. Pues nada, ahí está el tío, una mañana de reyes con tres videoconsolas… Y aunque esto ya es muy extremo no es muy raro en estos días, y ya desde un punto de vista educativo, psicocognitivo, o como los psicodemagogos de la materia lo quieran llamar; eso no es bueno.
    Pero ya digo, tengo muchas ideas por mi cabeza, recuerdo la ilusión de completar mi album de La bella y la bestia, y algún disfraz la mañana de reyes, porque antes que republicana, era princesa, jajaja Por eso, suelo relamerme cual felina ante un cuento, una caja, una bolsa o algún trozo del pasado que a veces, superviviente de limpiezas, aparece por algún lado…
    Kisses y me alegro de su descanso y su vuelta.

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  9. Muchas gracias sevillana; ya está cambiado el nuevo enlace, que esperemos sea definitivo.

    Me acabas de recordar, Moe, que tengo (o debería tener, porque la capacidad de mi madre de deportar todo tipo de cosas al cubo de la basura es increíble) los periódicos de al menos tres Semanas Santa de principios de los 90. Mañana me daré un nuevo paseo por el altillo...

    Y a veces ni eso, América... Hay ocasiones en que las cosas se tiran incluso sin estrenar (vamos, sin posibilidad a que sean siquiera desechadas...)

    Pues si, amigo Híspalis, lo del Mesenger es de traca... es mas, le tengo mucha manía al programita. De hecho, cuando empecé con internet lo tuve un tiempo por la novedad, pero poco a poco te vas metiendo en el tema y la verdad, le he cogido bastante aversión...

    Es verdad Alejandro, hasta los cliks se modernizan... jeje. De hecho, siempre que paso por Puente y Pellón suelo mirar en los escaparates de algunas tiendas donde venden la últimas novedades... Aunque a decir verdad, siempre suelen derivar de lo mismo: barco pirata y Fuerte Randall (creo que era así). Esperemos que afloren nuevos restos de mi arqueología personal, aunque ya digo, mi madre suele ser infalible. De hecho, es un milagro que se le hayan escapado estas chapas...

    Qué te voy a decir, Cáliz... Eso si, yo tiraba mas hacia Lucho Herrera y Greg Lemond, unos figuras hasta en tapones de Cruzcampo. Por cierto, ¿una bolsa de Vilima? Ya ni me acordaba de esa tienda (de la que sólo quedan tu bolsa y un edificio feísimo)

    Totalmente de acuerdo Mercedes, no creo que sea bueno, ni mucho menos. Es un tema delicado, pero veremos a ver con que nos salen dentro de unos años estos niños de las superconsolas... Me alegro también del fin de tu periplo transalpino.... Eso quiere decir que en breve habrá degustación de crustáceos (¿quedamos en que eran crustáceos?) a 4 lerus, jejeje (no creas que me he olvidado...)

    Saludos.

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  10. No sé, yo dije lo de insectos, y además, las gambas en italiano son las piernas así que a cuatro leros animalillos del género piernas, creo que si, es eso, jajaja
    Perdona, si es que no estoy…
    kisses

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  11. Amigo Du Guesclin, te podría decir que me has montado en el DeLorean y me has hecho retroceder a mi infancia. Pese a que nos diferencian algunos años, compruebo con satisfacción que he podido disfrutar de los mismos juegos y juguetes que tú, lo que demuestra que tenemos más detalles en común, si cabe.

    Vayamos por partes, pus tu texto me ha emocionado y, pese a todo, hay algunos aspectos que no conozco.

    No conocí el Mercamabel, pero por otro lado, me he encontrado en mi casa bolsas del desaparecido Else, que sí recuerdo, Ecovol, o Superleo, todo un referente como mercado innovador en mi barrio.

    De los tesoros que podrías haber encontrado en su interior, coincido contigo en los Playmobil, a los queyo también llamaba "clicks", y de los que tenía el Barco Pirata. Que o cierto me encantaba. También me ha fascinado los Masters del Universo. Me encantaban. LLegué a tener un He-Man, un Skeletor y un tío malo con capa, cuyo nombre no recuerdo. Eso sí, jamás pude hacerme con Battlecat. Me hubiera encantado.

    Y por supuesto, yo también tuve un equipo de chapas. Aunque debo reconocerte que no me lo curraba tanto como tú. Yo sencillamente recortaba un trozo de papel y le ponía un número y el nombre, que luego colocaba en el fondo de la chapa, haciéndolo encajar ¡qué recuerdos!

    A la lia jugué, pero muy poco. Eso sí... vibré con los trompos. Gané más de uno en la olla y me reventarn también alguno que otro. Me compraba unos pequeñitos que había de punta redonda y se la cambiaba por punta carnicera. He jugado al teje, al escondite, a liebre y a poli-ladrón. Tenía una riñonera llena de bolas que ganaba jugando a otro juego diferete al tuyo: boli-cuarta. Bendita inanca. Hoy los niños no saben lo que es ser niños.

    Este año impartí clases particulares a chiquillos de primaria. Recuerdo que uno de ellos se salía de la norma. Tenía una Nintendo DS, pero no la usaba. Prefería reunir un ejército de Playmobil, bajarse un balón a la calle, jugar al escondite o dibujar dando rienda suelta a su imaginación. Cuando hablé con sus padres les felicité, aunque ellos me dijeron que su niño prefería jugar con muñecos, que la videoconsola lo aburría.

    Hay tiempo, mucho tiempo, para ser mayor. Los niños tienen que ser niños y jugar como tales. Perder la infancia precipitadamente y, lo peor, por iniciativa propia, es triste.

    Una grandísima entrada amigo Du. Perdona la extensión de mi comentario.

    Un fuerte abrazo.

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  12. Me ha encantado tu vista atrás. Debemos ser de la misma quinta, la del mundial 82 o, al menos, rondando, porque prácticamente todo lo que nombras podría haber salido de mi boca, igualmente.

    Yo nunca quise juguetes, mi madre siempre dice que la mejor cualidad que tuve de niña fue mi imaginación. Poco me hacía falta para llevarme horas jugando y metiéndome en simpares personajes (tengo hasta unas fotos que me hicieron a hurtadillas en la que estaba oficiando una misa; vamos haciendo de cura, jajajaja, y otro día haciendo de monja, osú,osú, ¡no ha cambiao ni ná la cosa!).

    Eran otros tiempos y, efectivamente, éramos otros niños. Aunque el consuelo que me queda es que nosotros, al menos, intentaremos mantener viva, en parte, la costumbre de jugar en la calle. A mi, afortunadamente, me queda aún debajo de casa bastante albero al que llevar a mis sobrinos.

    Un placer volver a leerte.

    Un beso.

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  13. Vaya plan que tenemos....¿estas de mudanza o de limpieza? De vez en cuando saco bolsas a escondidas, porque como mis hijos las vean, no me dejan. Tengo el Barco Pirata en una bolsa de basura...pero me interceptaron. Barbies, ropas, cacharritos varios,disfraces,monopatin, Action Man con sus ropas y coches y accesorios y algunas barbies desnudas hartas de bañera con el pelo estropeado que el niño recuperaba para animar a sus soldados. . . jajaja, para no olvidar tampoco los Power Rangers con capas de papel higiénico o de retales. Y de mis juguetes ni hablo, porque ya son prehistóricos, y no pasarian los controles CE de ahora.
    Nos vemos en las gambas, pero hay que armarse de paciencia para la cola de pedir, que se ya ha corrido la voz.....
    Besos

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  14. >Que barbaridad...como pasa el tiempo y casi sin darnos cuenta.
    Un saludo

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  15. Efectivamente, Du Guesclin, loa tiempos han cambiado en todo y por consiguiente, en la vida de los niños.
    Me ha encantado tu entrada, pensamos como tú muchos, o muchas.
    Yo también conservo algunas cosas de mi infancia tan distinta en juegos (bueno, y en todo). Entre estas cosas está mi trompo que nosotras llamábamos peonza. Nuestros juegos y los vuestros (niños-niñas), eran distintos, pero ambos compartidos en la calle, jardines...Uno de mis preferidos era "La Rayuela". Si quieres, visita la entrada de mi blog con este título, fecha 11 de mayo 2007.
    Espero que ahora sean con las game-boy y todas esas cosas, tan felices como fuimos entonces...

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  16. Jeje, no hay problema Gata. No solo se te perdona, sino que incluso se te envidia... después de un viaje a Roma...

    Pues si Ramsés, y es todo un honor. Por cierto, el BattleCat siempre fue también mi asignatura pendiente, aunque al menos pude conseguir uno con barbas que movía el brazo en plan Ninja... Como bien dices, los niños tienen que ser niños, aunque una cosa tan simple parece que hoy en día es difícil de conseguir.

    Soy un poco anterior zapateiro, pero vamos, como dice Ramsés, prácticamente nuestros juegos se solapaban. No había nuevas versiones del teje o del escondite todos los años como hoy día con los videojuegos.

    Mas o menos Mer, de todas formas la mudanza aún queda lejos, desgraciadamente. Respecto a lo de las gambas, estoy seguro que por mucha cola que haya y por mucho tiempo que tengamos que esperar, se va a hacer cortísimo.

    Pues si Juanlu, de un día para otro lo que hoy es imprescindible, mañana está perdido en el trastero o en el peor de los casos, en bolsas de basura...

    Voy para allá Ramona. Respecto a lo último que dices, me parece que es difícil, pero bueno, esto es lo que hay...

    Saludos.

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  17. Loq ue es la edad, yo que recuerdo cuando Cruyyff (así no se escribe seguro) jugaba en el Barca, que miedo

    BEsos

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  18. A mi también me encanta rebuscar entre las cosas que guardo en mi buhardilla. Siempre sale algún detalle, un recuerdo de la infancia...

    Fabulosa entrada General.

    PD: Cuando quieras nos echamos un partidito que también guardo mi equipo por ahí jeje.

    Saludos!!

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