Después de un tiempo en barrena, la Sevilla de los Faraones vuelve a escena. Una vez más, seguramente “como siempre”, la ciudad confía su suerte a un megaproyecto, a una inversión ambiciosa y colosal que para unos solucionará todos los problemas habidos y por haber mientras otros rastrean buscando puntos donde haga aguas.
Y es que la historia hispalense da vueltas sobre sí misma, como en un bucle, encontrándose con los mismos obstáculos y ofreciendo las mismas soluciones. Así nos va.
Si hace pocos años se sacaba el tambor para marcar el ritmo de obras a la gloria eterna de Ayuntamiento, Universidad o Cajasol, hoy es el turno de Ikea.
Para variar se tiende un puente de plata a este maná bendecido por el Faraón y sus salvapatrias de turno, los que llevarán la prosperidad al reino. Antes vinieron de Alemania con sus maderas, de Irán con su hormigón arboricida o de Argentina con su torre de acero y vidrio; ahora redimirá nuestros pecados una tienda de muebles suecos desmontados, con sus tornillos, sus llaves allen y sus nombres impronunciables.
A favor los argumentos de siempre, en contra también; los defensores son los que antes cargaban a diestro contra el siniestro, ahora los papeles se han invertido; solo hay un cambio de siglas, de nombres, de colores, pero en el fondo todo sigue igual.
Por no ser originales, hasta las justificaciones son las mismas: cientos, miles de puestos de trabajo, directos e indirectos, revitalizar una economía moribunda, aumentar la riqueza, prosperidad… todo a cambio de un PGOU a la medida, de saltarse unas normas a la torera de forma legal y elegante, con los chapuceos y alfombras necesarias para ocultar la basura que haga falta.
Porque es curioso, y triste, que para abrir una sucursal de Ikea (que la empresa cerrará cuando le venga en gana), levantar una torre a la medida que Cajasol estime necesario o encajar una macroescultura en la Encarnación (porque si nadie pone interés parece que Metropol va a quedarse en eso) se modifique el planeamiento sin más, todo por el bien de la ciudad y del ciudadano.
Pero ahora que ese mismo ciudadano pruebe a ampliar el cuartillo de su azotea en Valdezorras a menos de tres metros de la fachada, o a colocar unas placas solares sobre un castillete en el barrio de los Carteros, o a poner más veladores de la cuenta en una terraza de Alcosa, o a sacar cajas de naranjas a la puerta de una frutería de Bellavista; que pruebe y después cuente el tiempo que tarda en llegar la carta certificada de la Gerencia de Urbanismo, donde se cambia el PGOU.
Todo parece flexible cuando hay que moverse en la gran escala, en el macrourbanismo, cuando se habla en el lenguaje de los Faraones; pero solo hay trabas e impedimentos al poner los pies en la tierra, en la realidad cotidiana, en ese lugar donde la gente vive o trata de vivir lo mejor que puede. Ahí todo es tajante, inquebrantable, sin fisuras. Y a base de multas.
Moraleja: el salvapatrias propone, el Faraón dispone y a usted, ciudadano de a pie, ni se le ocurra colarse…
Llevas toda pero toda la razón.
ResponderEliminarBienvenido a la república independiente de tu casa.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo compañero.
ResponderEliminarPor cierto, ¿cuál es el diseño del centro de IKEA? ¿no es "vanguardista"? ¡vaya! no debe ser gran cosa... lo digo porque ya me extraña que no hayan salido los "hooligans de la modernidad" a defenderlo contra viento y marea como ha ocurrido con las oficinas de lujo de la torre, la biblioteca de Dña.Zapatos destroza jardines o las setillas a precio de oro. Craso error de IKEA...
Prueben, prueben... a modificar aunque sea dos tristes ventanitas que no dan ni a la calle. Será usted "entretenido" una temporadita por Dña. Gerencia...
Saludos ;)
Una vez más da gusto reencontrarme con esta blog donde las ideas están tan claritas.
ResponderEliminarMe gusta la moraleja.
Un fuerte abrazo, querido amigo.
Un momento, un momento: ¿para la torre de Cajasol o el Metropol se varió el PGOU? Yo diría que no.
ResponderEliminarOtra cosa es que lo hicieran para la biblioteca de Hadid (un poco de respeto para una arquitecta reconocida; a ver si ahora va a ser que somos todos expertos en arquitectura). Pero eso ya ha dado sus frutos en los juzgados, y la cosa se ha prohibido.
Fernando Hugo, por supuesto que se cambió el PGOU para hacer Metropol y la Torre Pelli.
ResponderEliminarLas ordenanzas de la zona de la Encarnación, Casco Histórico, no permitirían nunca realizar un edificio de esas características; y respecto a la Torre Pelli, como mínimo, se tendría que cambiar para permitir esa altura.
Que los rascacielos en Sevilla se llevan intentando edificar desde los años 20, no es un invento de Cajasol ni de César Pelli; pero nunca antes se modificó el PGOU para hacerlo.
Es más, estoy prácticamente seguro que para la Biblioteca de Zaha Hadid fue de esa terna el edificio para el que menos se modificó, ya que por lo que tengo entendido solo se cambió el uso.
Saludos y como siempre, gracias a todos.
Una preguntilla.
ResponderEliminar¿Se sabe si la mencionada tienda de muebles se situara en el centro comercial que esta cerca del aeropuerto?
Para ser mas exactos el centro comercial se situa al final de la avenida Emilio Lemos y junto a la explanada del mercadillo del parque Alcosa.
Si lo situan alli nos destrozaran el parque que tanto esfuerzo nos ha costado a los vecinos. Ya sea por la tienda o porque pasen el trazado de la SE-35 por el centro del parque para facilitar el acceso a la misma.
El parque en cuestion es el parque Tamarguillo, os animo a conocerlo para comprobar su valor ecologico.
http://www.elforodelparque.blogspot.com/
Con poner parque Tamarguillo en el buscador de Google ya encontrais la pagina y podreis disfrutar de unas bonitas fotos.
Que pena que una empresa que tanto presume de proteger el medioambiente tenga intencion de pisotearnos de esta forma.
Un saludo y gracias por la entrada.
Sonia.
@Fernando Hugo: ¿eres familia de Dña. Zapatos? :P
ResponderEliminarSonia, te invito a leer esta información recientemente publicada por Ecologistas en Acción, el dichoso centro de IKEA aceleraría la construcción del tramo de la SE-35 con la consiguiente afección del Parque Tamarguillo:
Recalificación de los terrenos para IKEA
Saludos.