17 de noviembre de 2008

La Avenida de la Constitución, 3ª Parte - El escaparate de Sevilla

Los últimos dos siglos de la Avenida de la Constitución se podrían resumir perfectamente como la historia de una “eterna” y continua transformación. Bien sea por resolver necesidades reales de la ciudad, bien por modernizar su vía mas representativa o incluso por satisfacer la propia vanidad de los sucesivos inquilinos de la Plaza de San Francisco, en cada mandato parece que se escribiera un mismo guión que siempre termina con la adaptación la calle a su voluntad; como si todos los equipos de gobierno tratasen de dejar su sello de identidad característico, crear su “propia avenida” y, por qué no, perpetuarse en ella.

Ensanches, demoliciones, peatonalización: la Avenida ha sido una especie de “pasarela de moda” donde en poco mas de 150 años se han puesto en práctica las más modernas soluciones urbanísticas del momento y donde se ha utilizado (o intentado utilizar) lo último en medios de transporte: tranvía, coches, autobuses, metro…. incluso hubo un proyecto de transporte público mediante cinta transportadora….

Es la continua búsqueda de esa Gran Vía hispalense; el intento de desenterrar dos mil años después ese Cardo (o Decumano, cuestión de gustos) de la vieja urbe romana; el cordón umbilical de la ciudad histórica con la Sevilla moderna donde sus sucesivos gobiernos parece que siempre intentan dejar la huella de su paso no sólo mediante actuaciones urbanísticas que usan sus adoquines como escaparate, sino incluso rotulándola para que siempre quede constancia del momento político que se estaba viviendo: desde la Avenida de Reina Mercedes de la época alfonsina, pasando por Primo de Rivera en honor del dictador (1927), Avenida de la Libertad durante la República, José Antonio y Queipo de Llano durante el franquismo hasta su actual nombre ya en época democrática: Avenida de la Constitución.

Para explicar la tremenda evolución y transformación sufrida por la Avenida desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días no tenemos mas remedio que sustituir ese paseo virtual descriptivo que dimos en la anterior entrada a lo largo de las 5 calles que había que atravesar para llegar desde la Plaza de San Francisco hasta la Puerta de Jerez por un triste y nostálgico avance cronológico a través de las continuas demoliciones que ha sufrido la zona. Y es que, aunque sea duro, la actual Avenida no se entiende sin sus derribos.

Pero vayamos por partes; si para el resto de la ciudad las transformaciones urbanas suelen empezar con la invasión napoleónica y la “mudanza” del Mariscal Soult al Palacio Arzobispal, en nuestra zona la piqueta empieza a funcionar desde mucho antes. De hecho cuando se produce la llegada de los franceses hacía cerca de 50 años que había sido demolido el entorno del Almirantazgo.

En palabras de don Santiago Montoto, junto a las obras del barrio de la Laguna (actual zona de Molviedro) son la demolición del arquillo de San Miguel, de la Torre del mismo nombre y su vecina torre del Aceite las principales intervenciones urbanísticas en la Sevilla del siglo XVIII. De esta forma, para cuando el asistente Pablo de Olavide elabora su plano de la ciudad en 1771 no queda ni rastro de esta antigua entrada almohade en la ciudad.

Aunque los franceses hicieron de las suyas (ya se refirió en la anterior entrada que usaron el Colegio de Santo Tomás como cuadra), tampoco se puede decir que su presencia fuera tan decisiva como en otros lugares de la ciudad como la Plaza de la Encarnación o la actual Plaza Nueva (antiguo Convento Casa-Grande de San Francisco).

Es evidente que el Mariscal tenía claro que podía sacar mas dinero robando cuadros del Hospital de la Caridad que desvalijando la librería de Santa María de Jesús….

No sufre por tanto esta zona alteraciones importantes hasta que en Octubre de 1864 se desmonta la Puerta de Jerez. Desaparecían para siempre las dos puertas que antaño habían confinado este rico entorno de palacios árabes y residencias reales. La “moda” al uso de la época, la demolición de las viejas murallas y cercos de las viejas ciudades en busca de una nueva funcionalidad y expansión extramuros, pasaba factura una vez mas a la Avenida y a toda Sevilla.

La historia de esta demolición, que en principio fue un traslado sin destino fijo al recién estrenado Cementerio de San Fernando (la puerta se desmontó y se pretendía ubicar en el nuevo camposanto de la ciudad, pero al final se desviaron sus materiales para hacer otros apaños (da miedo pensarlo, pero la historia es cíclica, o si no recuerden la cubierta de la Davis….)); es calcada a la ya narrada de la Puerta Osario: muy dañada tras la guerra carlista, se encarga su reconstrucción y embellecimiento al arquitecto Balbino Marrón que, 17 años después, también firma su derribo definitivo.

Sin puertas ni murallas que llevarse por delante, la piqueta se centra ahora en las 5 calles que conformaban lo que hoy es la Avenida. Y es que los 3 primeros decenios del siglo pasado son prolíficos en el arte del derribo en todo este sector al estar el gobierno local espoleado por las urgencias urbanísticas de la Exposición Iberoamericana de 1929.

En 1911 se amplía la calle de los Genoveses hasta enrasarla con la calle de las Gradas. Alcanza de esta forma la amplitud que hoy día conocemos y de paso, se construyen dos de los edificios mas bellos y representativos de la zona que conforman este “umbral” de la Avenida: el Banco de España y el edificio de la Adriática.

El umbral norte de la Avenida:
Banco de España y edificio de La Adriática

El primero se levanta sobre el solar que antiguamente ocupó la Casa de los Genoveses y fue construido entre 1918 y 1928. En la misma época, entre 1914 y 1922 se construía la sede de la compañía de Seguros La Adriática, que sin duda es una de los construcciones mas bellas y curiosas de la ciudad, tanto por su mezcla de estilos arquitectónicos como por su particular esquina cilíndrica. Y, por supuesto, por los dulces de Filella, faltaría mas….

Se estaba acabando el Banco de España cuando empieza en 1927 el derribo de otro de los edificios que habían sido hasta entonces emblema de la zona: el Colegio de Santo Tomás.

Bien es cierto que el edificio ya no albergaba el antiguo Colegio desde hacía bastantes años, perteneciendo al Ramo de la Guerra desde el siglo XIX (había sido cambiado al Arzobispado por el exconvento de la Trinidad), siendo sucesivamente fábrica de fusiles y Capitanía General, hasta su cesión definitiva al Ayuntamiento, que procedió a su demolición.

Se lograba la ansiada continuidad desde el Ayuntamiento a costa de este edificio y de las casas aledañas, construyéndose la Sede Central de Correos, que se encargaría de alinear la Avenida de novísimo cuño con la antigua calle Gradas y de traer a Sevilla algunos destellos del Art Decó, estilo arquitectónico estrella en la Europa de la época.

La antigua calle de la Lonja se englobaba dentro de la nueva Avenida y en su lugar se creaba un bello jardín a base de arriates alrededor de una fuente central que afortunadamente aún podemos disfrutar frente al Archivo de Indias, aunque suela pasar bastante desapercibido.

Espacio por donde discurriría la antigua calle de la Lonja

De esta forma se conseguía por fin abrir esa Gran Vía que tanto demandaba la Sevilla de la Exposición Iberoamericana, ya que el otro escollo que taponaba la salida en línea recta hacia la Puerta de Jerez, el Colegio-Universidad de Santa María de Jesús, había sido demolido en los primeros años 20, sobreviviendo únicamente tal y como se comentó en la anterior entrada la pequeña capilla.

La calle que se abrió dividiendo en dos partes la manzana que ocupaba la antigua Universidad (y que curiosamente aparece en el plano de Poley y Poley de 1910 rotulada como “en construcción”, se llamó durante unos años Avenida de la Reina Mercedes, dato curioso ya que en la actualidad una de las zonas universitarias mas importantes de la ciudad tiene el mismo nombre.

Esta demolición trajo consigo la construcción de una de las grandes joyas del regionalismo sevillano, el Teatro Coliseo, antiguo Teatro de Reina Mercedes. Impresionante edificio obra de los hermanos José y Aurelio Gómez Millán, fue realizado a finales de los años 20, aunque hoy día se puede decir perfectamente que solo se conserva su fachada, ya que el interior, lamentablemente, fue destruido. El mismo edificio se salvó a duras penas de desaparecer en los años 70.

El antiguo Teatro Coliseo

Ya en el tramo final de esta nueva Avenida, en la Puerta de Jerez, dos grandes palacios hacían su función de “umbral” meridional de la nueva vía sevillana, escoltando la fuente que esculpiera en 1929 Manuel Delgado Brackenburi representando una nereida elevada por 11 niños, los conocidos “meones”.

Estos palacios son el de Yanduri, construido en 1904 y que tiene la peculiaridad de ser uno de los escasos ejemplos del racionalismo francés en la arquitectura sevillana; y la Casa-Palacio de los Guardiola, obra regionalista de finales del siglo XIX.

Se conformaba prácticamente la Avenida que hoy día conocemos, y destaco prácticamente porque en los cerca de 80 años que han pasado desde que se abriera definitivamente la nueva Gran Vía sevillana no son pocos los cambios que se han producido en la misma.

Así, siguiendo el punto de vista edilicio, en los 50 Vicente Traver construía junto al Banco de España la sede del Banco Central mientras que en 1967 caía definitivamente uno de los pocos vestigios del pasado medieval de la zona, el Colegio de San Miguel, que se encontraba en un estado pésimo de conservación (era prácticamente un corral de vecinos) y donde, ya en los primeros años 70, se levantó la espléndida Plaza del Cabildo, uno de los rincones mas bellos de la ciudad.

La Plaza del Cabildo

Llegamos de esta forma a nuestros días con una calle amplia (en algunos tramos llega a tener mas anchura que la mayoría de las plazas de la ciudad) y cómoda que hace realidad las viejas aspiraciones hispalenses de tener esa Gran Vía que comunicara el corazón de la ciudad con la zona de la Puerta de Jerez.

Desde un análisis personal, dos son los grandes problemas que en mi opinión tiene la Avenida; el primero de ellos es su propia historia enfocada desde el punto de vista de la condición que ha adquirido a lo largo de los siglos de ser el escaparate sevillano donde se ponen en práctica las últimas tendencias y “modas” urbanas; de esta forma, si en la Edad Media fueron los palacios musulmanes y mas tarde los edificios destinados a apoyar el comercio con América y a la enseñanza, hoy, en la época de la conciencia medioambiental y ecológica, tenemos una calle peatonal en la que conviven otros medios de transporte como las bicicletas o un tranvía eléctrico, el Metrocentro.

Parada del Metrocentro frente a la sede de Correos

Pero claro, esto tiene un problema y es que nunca se termina de alcanzar una imagen y forma definitiva, una estabilidad: de los dos carros que podían pasar bajo el Arquillo de San Miguel al Metrocentro hemos visto en 250 años tranvías tracción animal, de vapor, coches, autobuses, un proyecto de metro subterráneo e incluso otro mediante cintas transportadoras: nunca termina de enraizarse un sistema que se compenetre definitivamente con la misma Avenida ; porque si hay algo claro es que los poco mas de un mil metros de Metrocentro que tenemos hoy día son absolutamente prescindibles.

Afortunadamente la época de la piqueta ha quedado (al menos oficialmente) atrás y a priori es impensable abrir nuevos ejes que comuniquen la Plaza Nueva con otras zonas céntricas como la Encarnación o el Duque. De esta forma la única dirección que puede tomar el Metrocentro es bordeando el Casco Histórico, de la misma forma que sucede, por ejemplo, en Bilbao, donde funciona perfectamente este sistema que, por otro lado, no considero tan descabellado para esta zona.

Y es que siendo infinitamente mejor que autobuses y coches, un suburbano enterrado me presenta una serie de reparos sobre todo relacionados con temas técnicos; a tenor de lo sucedido en República Argentina con el túnel de la Línea 1 o por ejemplo hace unos años en el Carmelo de Barcelona (y estamos hablando de edificios modernos con cimentación y estructura conocidas) lo mismo no es aconsejable pasar un túnel a los pies de la Catedral por una zona que, recordemos, fue hace siglos un brazo del río. Eso sí, hablo sin conocimiento de causa y sólo son suposiciones.

La realidad es que detrás de todo esto hay una inversión importante y sólo un proyecto de buenas intenciones para ampliar la cobertura del Metrocentro, el cual me temo que a no ser que su trayecto se alargue y gane peso específico en la ciudad, tendrá poco futuro porque, ¿quién no dice que dentro de 20 años lo “último” sea volver a poner paradas de autobuses en las gradas de la Catedral?

El segundo aspecto que destacaría es el peso de la propia historia de la Avenida y su entorno frente a todos estos cambios y transformaciones.

Aunque desgraciadamente no siempre ha sido así, en la actualidad junto a monumentos como la Catedral, el Archivo de Indias o el mismo Coliseo no se puede poner cualquier cosa, o eso se supone. Catenarias, vagones con publicidad, veladores, incluso los dichosos y por desgracia tradicionales excrementos de caballos no son mas que parches que desvirtúan la monumentalidad y belleza del entorno, ninguneando en muchas ocasiones la historia del mismo.

Quizás en este aspecto sea demasiado drástico, ya que si por mi fuera incluso quitaría los árboles (no los talaría, como se hizo con los naranjos previa peatonalización) ya que muchas veces impiden que un lugar o edificio pueda verse en su totalidad. El ejemplo lo tenemos en el inmenso platanero (único superviviente por cierto de la vieja Plaza de Santo Tomás) que no permite que pueda ser apreciada en su totalidad la fachada del Coliseo. Pero claro, también es verdad que estamos en Sevilla y, en pleno mes de Agosto, una sombra tampoco viene mal.

Termino así esta serie de entradas sobre la Avenida de la Constitución. A pesar de todos los lugares y edificios que se han perdido a lo largo de estos siglos, de los problemas que se presentan en la actualidad y, mas importante aún, de los que quedan pendientes por resolver para un futuro a corto-medio plazo, al menos siempre nos quedará la tranquilidad de que ya sea andando, en autobús, en tranvía o en avión, cuando estemos mas o menos a mitad de camino entre la Puerta de Jerez y la Plaza de San Francisco tendremos a nuestro lado uno de los mayores símbolos de la Sevilla Eterna. Que no es poco…

15 comentarios:

  1. Antes que nada, disculpas por tener el blog "abandonado" esta última semana, pero he estado bastante liado...

    Y bueno, respecto a la entrada, agradecer a mi buen amigo Pepe Aguilar estas maravillosas fotografíass de la Avenida. Y a su cámara, por supuesto.

    Saludos.

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  2. Increible, me ha parecido fantástica la didáctica del Blopg en general y la forma de tratar en este caso la avenida más polemica y visitada de la ciudad. Gracias a ti y repito a tu didactica me puedo formar mi propia opinión de esta inmensa obra.

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  3. Es sin lugar a dudas el centro turístico de la ciudad, uno de los más transitados y donde se aglutinan más monumentos.

    Está bien que cada generación vaya aportanto su granito para mejorarla y adecuarla a los tiempos, siempre con un cuidado extremo.

    Lo de la cinta transportadora tendría que haber estado curioso, como la playa que algún partido prometió si ganaba las elecciones, estarían seguros que no iban a ganar.

    Me gustaría que algún día desarrolaras un poco más algo sobre el Teatro Coliseo, siempre me ha despertado mucho interes ese edificio.

    Un abrazo General.

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  4. Vayamos por partes, mi querido General:

    - Vuelvo a cambiar mi rol de las últimas semanas, pasando de ser un mero lector pasivo, debido a la escasez de tiempo, a comentar directamente sobre este remate de tres magníficas entregas sobre la Avenida de la Constitución y su Historia, por las cuales te felicito ya.
    - El fragmento que corresponde a la Historia de los últimos años de la Avenida es extraordinario, y sólo me queda darte la enhorabuena por la forma de enfocarlo, pues llevasrazón en todas y cada una de tus palabras.
    - Estoy de acuerdo en la utilización de la Avenida como escaparate, de una forma u otra, al exterior de la ciudad. Es como si quisieran tomarla como referencia de la modernización o vanguardia de la urbe, cometiendo un tremendo error de identidad para con ella misma. Siempre he sido un fiel defensor de la peatonalización, sigo siéndolo y lo seré siempre, pero no comulgo en demasía cn el Metrocentro.
    - Si la Línea 1 de Metro pasa por la Puerta de Jerez dirección al Prado... ¿se ha hecho una línea de tranvía tan sólo desde la Puerta de Jerez a la Plaza de San Francisco?, y aunque llegue al Prado, creo que es innecesario el gasto que ha supuesto para el escaso recorrido. Bajo mi humilde punto de vista, creo que se debería haber continuado dicha línea hacia Viapol, Nervión e incluso el Cerro del Águila, pues entonces sí estaríamos hablando de un proyecto válido y que soluciona algo.
    - La Línea de Metro bajo la Avenida no la veo. Al igual que tú, sólo me manejo con hipótesis y suposiciones del resultado negativo que tendría... pero estoy de acuerdo contigo.

    Sin más, felicitarte y darte la enhorabuena de todo corazón por estas tres entregas de Historia y el increíble trabajo salomónico de investigación y documentación que has llevado a cabo, pues ha sido magnífico. Y felicitar también al autor de las fotografías.

    Eres grande mi General.

    Un fortísimo abrazo.

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  5. Bueno, al fin he terminado de leer la entrada, aunque a trozos, ya sabes mi opinión sobre la segunda parte (necesidad de un mapa, toma de apuntes...), esta ultima parte no me ha parecido tan densa.
    Un gran punto a favor es la nueva colaboración de José Aguilar, Pepe para los amigos, ya que las fotos tienen un punto de mayor calidad y arte, jeje, que para eso tiene esa cámara. Espero que siga colaborando.
    Por otro lado, no considero que esté mal lo del tranvía, coincido contigo en lo corto del viaje pero por algo hay que empezar. Más se gastó en un estadio ¿olímpico? que no sirve para prácticamente nada. Y en lo que se refiere al metro, ¿por qué no puede pasar por el casco histórico? Existen técnicas que sí lo permiten, ya fuera río o lo que sea (en Nueva York pasa por el Hudson y en Madrid por el Manzanares). De hecho en Barcelona, Madrid y muchas otras ciudades el metro es subterráneo por el casco histórico y no pasa absolutamente nada, sólo hay que ponerse a ello.

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  6. Hola!....En cuanto al tema de estar liado,todos en algún momento lo estamos,así que entendemos la circunstancia!,pero vale la pena,estupenda entrada,que nos brinda una verdadera panorámica,no sabia que fuera tan polémica aunque ya lo venias avanzando en anteriores entregas, interesante la participación de tus lectores,de manera que para saber del tema el conjunto es estupendo.Las fotografías están preciosas,toda una joya para acompañar un buen post.De los mejores!

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  7. ¿Alguien dijo Filella?
    Ahora en serio, General, que maravilla. Esta entrada me ha encantado, es Sevillanadas en estado puro, tiene de todo, piquetas, Mariscal Soult, crítica constructiva… ¿no te parece gracioso que un arquitecto haga crítica “constructiva”? Estoy fatal de lo mío, ya lo sé…
    Coincido con que el Metrocentro es un “si pero no”, pero como ya han dicho, hay que empezar de alguna manera. Y como no has estado en Roma te comento algo; ¿sabes como cruza el metro el río Tévere en la ciudad eterna? Pues por un puente de hierro que pasa entre todos los puentes arquitectónicos. Imagino que es así porque no es lo mas estético, pero si lo mas rápido, mas fiable y lo mas barato. Cuando lo vi pensé como resultaría eso en nuestra querida Híspalis, rápidamente acudieron a mi mente recuadros que se alargaban hasta el rectángulo en el insulto, oposición política lamiéndose los dientes, y algún alternativo vendiendo la idea… Pero al final Roma no deja de ser menos bella por eso, y andan construyendo entre ruinas y más ruinas, su segunda línea. Aquí decimos que nos preocupa la estética, y defendemos el entorno de la encarnación como si los soportales de la calle Imagen fueran del tiempo de Trajano…
    En fin, que me estoy desviando.. y casi me dan ganas de acabar rezando para que algún día seas Concejal de Urbanismo… definitivamente no ando bien..
    Kisses miles y felicidades General

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  8. Desde que saliste en los papeles de la ciudad, estás cogiendo nivel,jejeje.
    Cada vez más bien explicado, mas documentado, y ¡con fotógrafo propio!
    Además, como no se que decir de nuevo, me uno a los comentarios anteriores.
    Besos

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  9. No quiero pensar lo bonito que sería ver la avenida original porque tal como es ahora me parece preciosa...,sería una maravilla.

    Esperemos que a los responsables de lo público les entre en la cabeza algúnd día, leyéndote por ejemplo, que la conservación y mejora del patrimonio es algo esencial para la vida y el desarrollo de la ciudad.

    Magnífica saga;)

    Un saludo.

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  10. Buenas tardes "Du". Te escribo poseido por el jet lag, así que no eches mucha cuenta a mi palabras. Veo que has terminado la serie Avda. de la Constitución. Nada mas que tenga ocasión la analizaré a fondo para hacer una de mis críticas destructiva. Decirte que la casa blana sigue donde estaba, (eso si... un poco mas oscura), y que hay un solar muy apetitoso en el Downtown para hacer alguna cosilla interesante. Me despido deseando hablar contigo. Un abrazo amigo.

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  11. Lo que estoy aprendiendo contigo, no te lo puedes ni imaginar, me quedo con la boca abierta ante tantos datos y me imagino que para crear una de tus entradas te llevarás dias y dias.
    Ya me gustaría a mi expresar como tu lo haces todo lo que nos cuentas.
    Muchos besitos

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  12. Como es acostumbrado por su parte, entrada colosal. Como bien dice Gata, Sevillanadas en estado puro. Vamos, con todos sus avíos. La historia de la Avenida es bastante movidita a tenor de tu investigación. Y estoy de acuerdo contigo. Todo el que pasa por el despacho de la Plaza de San Francisco parece que quiera dejar constancia de su paso para la posteridad. Y muchas veces sin tener en cuenta la coherencia arquitectónica (hay que ser vanguardista ante todo) ni el gasto (es muy fácil disparar con pólvora ajena) ni la opinión de la Ciudad.
    Sobre lo de Filella, también en la calle San Jacinto (y por partida doble si no estoy equivocado) podemos caer en sus tentaciones.
    De nuevo, enhorabuena y gracias por hacernos disfrutar.

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  13. Desde luego es una avenida cargada de historia. Lo que daría yo por vivir paso a paso todo lo que ha vivido ella.

    Como siempre, una riqueza de documento el que nos traes.

    Un abrazo

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  14. Muchas gracias anónimo, es una satisfacción que estas entradas de la Avenida hayan contribuido a formar esa opinión.

    Amigo Luz de Gas, desgraciadamente el Teatro Coliseo por dentro ha sido totalmente esquilmado... Respecto a lo que comentas de las cintas transportadoras... jeje, gracioso seguro, además ahí si que no habría problemas con la ampliación....

    Siempre es un placer su presencia, querido Aguaó; totalmente de acuerdo con el tema de la ampliación del Metrocentro (el cual, en sí, no me parece mala idea como ya he referido), no solo es necesaria, sino que no tendría sentido si no se hiciese. Ahora, me parecería mas adecuado hacer una línea circular alrededor del Casco Histórico, ya que se matan dos pájaros de un tiro ya que eliminamos dos líneas de autobuses y damos sentido a tamaña inversión.

    Pues si Jaar, la colaboración de Pepe ha sido de chapeau (al fin le sacamos una utilidad al artista, jeje). Lo que comentas del Metro por el casco histórico, desde mi punto de vista, me produce serias dudas a la hora de pasar junto a la Catedral: no se sabe la cimentación que tiene a ciencia exacta, el terreno es malo (antiguo lecho del río), es un templo con mas de 500 años (es decir, con una estructura y técnicas cosntructivas obsoletas que, posiblemente, sufrirían mucho unas continuas vibraciones y movimientos a pocos metros) y estamos hablando de un túnel que posiblemente se iría a una profundidad enorme, muy difícil de acceder desde la superficie. Pero ya digo, es mi opinión.

    Muchas gracias América, la verdad es que es una suerte que mi amigo Pepe se gastara una pasta en la cámara de fotos, jejeje.

    Pues tienes toda la razón Gata pero estamos en el tema de siempre; no solo el tema Metro, es que en Florencia hay coches de caballos pero no hay excrementos ni orines en las calles. Y no les encontré motor ni manivela, son caballos de verdad, ¿por qué aquí siempre estamos con las mismas cosas?... Por cierto, lo de concejal como que no lo veo, jeje.

    Jeje, Mer, fotógrafo propio.... no des ideas que me cobra la próxima vez....

    Zapateiro, es el tributo del progreso. Se perdieron edificios y lugares que hoy día serían joyas, pero también se ganaron otros lugares y espacios. Que cada cual valore....

    Es todo un honor su presencia en este humilde blog, Hombre Casado, aunque en otros lugares (creéme) se está convirtiendo en una necesidad. Por cierto, yo llevaba al Mariscal Soult y a dos o tres prendas de los que han pasado por aquí a tu Gran Manzana y en menos de un mes teníamos abiertos 500 expedientes....
    Aclaración para los que no entiendan ni papa: Es mi compañero de trabajo, que está de viaje de novios en New York City

    Bueno sevillana, a decir verdad esta me ha llevado semanas, porque vaya tela (sobre todo con la segunda parte....) Pero bueno, tan solo con que deambuleis por estos lares todo se compensa, de verdad.

    Mas que movida, amigo Nicodemo, creo que es un reflejo del "eterno" dilema de esta ciudad: piquetas, derribos, críticas, decisiones a golpe de bastón de mando.... No se conservan datos, pero estoy casi seguro que hace 800 años cuando decidieron hacer la Giralda mas de media ciudad se puso en contra. Es que al fin y al cabo, somos así....

    Muchas veces me planteo lo mismo Verdial; debió ser tremendo, aunque solo fuera la segunda mitad del siglo XIX, presenciar tantos cambios y transformaciones en la ciudad....

    Saludos.

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  15. Estupendo reportaje.
    Antes y después. Imágenes de un mismo lugar tras el paso del tiempo: http://goo.gl/0k5V1. Saludos.

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