18 de septiembre de 2011

El Corral del Coliseo


A mitad de la
calle Alcázares, entre la estrechez y el silencio de Santa Ángela de la Cruz y la amplitud y algarabía de la Encarnación, se encuentra unos de los edificios con más historia de Sevilla: el Corral del Coliseo.


Tras una fachada sencilla, de corte dieciochesco, ennoblecida por el escudo de armas cincelado en piedra del marqués de Torrenueva, antiguo dueño del lugar, se oculta esta joya de la arquitectura popular sevillana, tan denostada y maltratada en su momento, hoy, con justicia, puesta en valor.


En esta entrada propongo un paseo a través del presente primero y del pasado después, de este edificio que seguramente traerá a la memoria de muchos recuerdos y vivencias de un tiempo que, para bien o para mal, ya nunca volverá.

Nada mas entrar a la larga y espaciosa galería que da acceso al edificio, solo interrumpida por los arcos de medio punto que soportan la estructura, un haz de luz dirige nuestra la atención hacia su tramo final, donde muere el sendero de losas de tarifa que conforma el suelo y se abre a nuestros sentidos el patio, corazón y sentido del corral.


La imagen que tenemos ante nosotros es, cuando menos, sugerente: una pila, un pozo, un inmenso naranjo, hileras de geranios y gitanillas agarradas a las barandas; tanto que uno puede dejar volar la imaginación y retroceder en el tiempo a la Sevilla costumbrista y pintoresca donde pusieron escenario a sus obras los hermanos Álvarez Quintero.

Cerrando el patio, cuatro paredes encaladas en las que se dibujan las puertas de los apartamentos de planta baja y de las que, ya en los dos pisos superiores, emergen estrechas galerías soportadas por forjados de madera y esbeltas pilastras pintadas en verde, todo ello rodeando el perímetro del espacio.


Cubierta de teja árabe, faroles empotrados en las paredes, persianas de esparto… todo parece cuidado al detalle, de hecho cualquiera podría pensar que estamos en el decorado olvidado de alguna película de hace cien años… o doscientos… o mil

Y es que, sin duda alguna, el Corral del Coliseo es un viaje al pasado que merece la pena vivir, aunque solo sea durante unos minutos.




Pero si interesante es el presente del Coliseo, de apasionante podríamos catalogar su pasado.

Y es que sería imposible sospechar que nos encontramos en el lugar que ocupara uno de los teatros o corrales de comedias mas importantes de la Sevilla del Siglo de Oro, junto al de Doña Elvira y el de la Montería.

Así, los primeros datos que tenemos del Coliseo se remontan al siglo XVII, cuando se demuele el corral de los Alcaldes para levantar un teatro donde representar comedias, lo que en Italia se venía llamando “colosseo”, voz dará nombre al lugar primero y mas tarde a la misma calle.


Se cuenta que ese Coliseo era el mejor en su estilo de toda Sevilla, quizás de España, teniendo todos los lujos y adelantos que podía proporcionar la época, pero su vida duró poco, ya que en 1620 ardía mientras se interpretaba la obra de ClaramonteEl gran rey de los desiertos San Onofre”.

Seis veces más se levantó el Coliseo, y otras tantas ardió. El infortunio parecía marcar el sino del edificio, hasta que en 1675 adquiere el solar, aún humeante desde el último incendio, doña Laura de Herrera, propietaria del teatro rival de la Montería.

La empresaria y sus herederos reedifican el corral, lo preparan, lo dotan de todas las comodidades y adelantos posibles…. pero encuentran un nuevo obstáculo.

Lo que no habían conseguido las llamas lo pudo un grupo de intelectuales sevillanos entre los que se encontraba don Miguel de Mañara, que con la creencia de que era del desagrado de Dios hacer representaciones escénicas en Sevilla logran interrumpir las funciones teatrales.

Sin embargo una vez mas el Coliseo supera las adversidades y al poco tiempo, una vez muerto Mañara, las funciones vuelven a las tablas. Sería la última.

El destino suele ser caprichoso, y el Coliseo parecía no ser de su agrado. Así en 1691 arde el corral de la Montería como funesto anticipo de lo que estaba por venir, ya que un año después, durante una representación teatral, corre entre el público una falsa alarma de incendio. Dados los antecedentes, los espectadores son presa del pánico y en la estampida para escapar del lugar son varios los muertos y múltiples los heridos.

No hubo mas oportunidades para el Corral de Comedias, gafado de forma superlativa, que es derribado entrando el siglo XVIII, levantándose el actual edificio en 1731 ya como casa de vecinos, uso que ha mantenido hasta nuestros días sin incendios importantes y con las reformas y rehabilitaciones pertinentes.



Para su tranquilidad, si después de haber leído la convulsa y chamuscada historia del Coliseo tiene algún temor a la hora de visitarlo, le comento que el edificio se encuentra Asegurado de Incendios. O al menos eso pone en la placa situada junto a la puerta.


Eso sí, viendo los antecedentes del edificio, no creo que salga barato ese seguro

12 comentarios:

  1. Yo lo conocí de niño, cuando era un corral de vecinos puro y duro. Allí vivía un compañero mío de colegio, no recuerdo el nombre, y por eso lo visité muchas veces.
    Después, antes de empezar el bachiller, ya se fueron me parece que a las casa bajas del polígono y la casa estuvo muchos años cerrada hasta la feliz reforma que tú ahoora nos enseñas.
    Preciosa, me encantaría vivir en un sitio así.
    Un abrazo

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  2. ¡Qué maravilla! Como dice Rafael, yo también estaría encantada de vivir en un sitio así. Tengo una amiga que tiene un apartamento en el Corral del Conde y alguna vez que he estado allí he sentido estar en el mejor de los sitios.

    ¡Y ese blanco encalado y ese verde tan auténtico!

    Gracias por enseñarme esta preciosidad.

    Un beso, campeón.

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  3. Curiosidades de Sevilla, amigo Sergio.La Ciudad más tradicional, popular y cercana, a muy pocos metros de esa Ciudad de cartón piedra, moderna por coj..., faraónica e impersonal que vamos a tardar años en pagar gracias al dúo MONTI-TORRI, y menos mal que para el 15M nos ha dado mucho juego.Un abrazo.

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  4. Trianatrinidad, el cartón piedra también sabe ser muy amable, este verano a las 6 de la tarde se estaba mejor a la sombra de la modernidad por coj... que en la Plaza Nueva. Eso sí, nada comparable a la pista de esquí que Zoido nos ha prometido en los Bermejales, allí si que se va a estar fresquito en Agosto.

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  5. Yo también fui de pequeño, recuerdo la impresión que me causó el lugar y luego volvi ya de grande y pude entender la riqueza de la cultura popular sevillana que condensa ese coliseo. Muy buenas las fotos y esas barandas no pudieron más que hacerme recordae a los pasamanos del Monasterio de Santa Paula.

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  6. Yo me crie y vivi ahy el limonero del pozo injertado con naranjo lo planto mi abuelo, el pilon lo restauro tambien el, y su patio aunque en aquella epoca mas atascado que limpio fue el campo de sueños de los niños que alli viviamos estadio de futbol, pmaestranza de ilusion donde toreabamos, pista donde parendimos a patinar y montar en bici y su pilon donde se calentaba el agua para el baño en un barreño de sinc o plastico, tambien en las madrugas de los jueves santo en la mañana tempranera se dejaba ver a sus puertas el paso de la Macarena con sus armaos cuantos recuerdos y añoranzas estaria escribiendo toda una vida.

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  7. mañana voy a alli, hemos alquilado un estudio. qué ganas tengo!!!!!

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  8. Se puede visitar? Es precioso :O

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  9. Es precioso, pero me puede decir alguien quien ha hecho las reformas, porque me gustaría hacer algunas reformas en casa.

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  10. El lugar ha degenerado al máximo. A diario algunos vecinos beben y fuman en el patio, formando juergas a la hora que sea, sin respetar de ninguna manera a los demás vecinos (ya sea 4 de la tarde o 4 de la mañana) y con tal estado de embriaguez que pierden las formas. Hay perros que dejan sus excrementos por todos lados aun estando prohibidos los animales. Y si te dejas algo fuera como un paraguas o unos zapatos mojados, te lo sustraen. La mayoría de viviendas son de alquiler, ni los mismos dueños soportan estar en el lugar. Hay un supuesto presidente de la comunidad que ni vive ahí ni parece preocuparse por el tema, por lo que la situación en el corral es de pura anarquía.

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  11. Yo vivo ahí, lo que dice Jose es cierto, pero por suerte ese vecino ya no vive ahí así que se está bastante más tranquilo, aunque siguen viviendo vecinos que se creen que el patio es un pipican y dejan a sus mascotas sueltas y después no se molestan en recoger los excrementos de sus animales.


    Los pisos bajos son muy pequeños pero tienen mucho encanto, al menos el mío, por eso decidí alquilar un estudio allí aunque ahora me arrepiento muchísimo de haberlo alquilado.

    Muy pocos vecinos son los que viven ahí, la mayoría de los pisos se alquilan por fines de semana a turistas y la verdad es que lo entiendo, esos pisos no están para vivir largas temporadas. Lo mejor que tiene vivir ahí es sin duda la localización y la tranquilidad ya que no se escuchan ruidos de la calle.

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  12. Llevo viviendo en el corral del coliseo casi un año. La verdad es que yo no he visto ninguna fiesta ni vecinos que hagan ruido. Mi sensacion es de calma total la mayor parte del tiempo y se vive muy tranquilo. El presidente de la comunidad si vive en el edificio y hay un mantenedor que conserva el edificio limpio y en buen estado. Hay algunos gatos que andan sueltos y a veces hacen sus necesidades en sitios no debidos, pero por lo demas se respira ambiente de tranquilidad. El naranjo del patio esta actualmente estallado en flor y llega el olor a todas partes. La verdad es que se vive muy tranquilo en un entorno privilegiado, en pleno centro de Sevilla, y a los que nos gusta eso es magnifico. Los apartamentos de abajo son pequeños y poco luminosos pero los de las plantas de arriba son mas espaciosos y con mas luz. Hay vecinos, como yo, que vivimos aqui permanentemente, pero también hay apartamentos de alquiler que suelen ser ocupados po turistas de edad media, que no suelen dar problemas y son bastante silenciosos. Yo, en mis 10 meses aqui, estoy muy tranquilo, descanso estupendamente, y a veces me siento transportado a otra epoca cuando me siento a tomar el aire en las galerias superiores. Un saludo.

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Comentarios: