No me gustan los toros. Ni voy de progre, ni de cultureta, ni soy un apátrida ni la Juana de Arco de los animales; ni siquiera pretendo que nadie cambie de opinión tras leer estas líneas. Es lo que pienso y punto.
No me gustan los toros, aunque tampoco me gusta ver como cada vez se restringen más las libertades a mi alrededor. Siempre he considerado que prohibir es un acto de cobardía, sin ir más lejos esta ley se ha aprobado en Cataluña, donde era fácil sacarla adelante. En el Sur nadie ha levantado la voz; si acaso todo lo contrario.
No me gustan los toros, aunque respeto el festejo como tradición. Otra cosa es que esté de acuerdo con ella. También lo era tirar una cabra de un campanario, lo cual pudo ser muy respetable en su momento, hoy no: las tradiciones no deben caer en el olvido, pero no por ello hay que seguirlas, si acaso adaptarlas.
No me gustan los toros, aunque formen parte de nuestra historia. Y si es cierto que no podríamos entender nuestro pasado sin estos festejos, tampoco podríamos hacerlo sin muchas otras cosas que ya han desaparecido.
No me gustan los toros, menos cuando dicen que es mi fiesta nacional. Y mucho menos aún cuando hay gente que trata de meterla con calzador entre los valores y señas de identidad de mi país. Hoy día muchos opinan igual que yo y, en este Estado que de momento puede considerarse plural, poner etiquetas tan alegremente está de más.
No me gustan los toros y no lo considero arte. No me emociona el sufrimiento, y menos cuando es obligado. El dolor, la sangre, el miedo, como mucho, sólo pueden despertarme un sentimiento de lástima… y eso para mi no es arte.
No me gustan los toros, y menos que algunos se escuden en los escritores que han tenido en la tauromaquia su fuente de inspiración para defenderla. Los mismos que hoy desentierran versos de Lorca y frases de Valle-Inclán olvidan deliberadamente las críticas que los Quevedo, Lope, Larra o Unamuno vertieron sobre unos festejos que siempre consideraron fuera de lugar y crueles.
No me gustan los toros y no entra en mi cabeza ese argumento de que la continuidad de la raza dependa de que sigan celebrándose corridas. En la Edad Media también se toreaban cerdos, y no es que se hayan extinguido precisamente porque dejara de hacerse.
No me gustan los toros y menos que intenten manipularme bajo el podrido manto de la política. Aquí cada uno se ha subido al carro que mas le ha convenido, y si unos han dado palos para mendigar votos, otros los han encajado para no perderlos. Estar en contra de los toros no es de izquierdas ni de derechas ni nacionalista ni independentista, como tampoco lo es estar a favor. Sólo que, como suele suceder, nuestra clase política es tan mediocre que no tiene otra forma de ganar adeptos. O, como mucho, de mantenerlos.
Y ya termino repitiendo una vez más, por si no ha quedado claro, que no me gustan los toros.
A mí me gustan. Me gustan en la dehesa, libres dentro de la manada, en el campo, salvajes. ¿has visto la mirada del toro en el campo? Merece la pena. Eso de que si no los matan en la plaza esta raza desaparece es una chorrada como la copa de una encina. El toreo es lo que no me gusta, por eso no veo corridas, ni en la tele ni en el coso, ni participo en lo que dicen es mi fiesta nacional. Pero que conste que me gustan los toros.
ResponderEliminarAl igual que El Naranjito no me gustan los toros ni todo lo que conlleva la Fiesta Nacional.
ResponderEliminarYa en otro blog creo haber sido la única o casi que he comentado mi punto de vista sobre las corridas y aunque respeto profundamente la opinión de todos también quiero que respeten la mia y seguiré diciendo que no me gusta todo lo que le hacen a un pobre animal para el disfrute de los demás. Al igual tampoco estoy de acuerdo con los festejos que se celebran a lo largo del territorio español cuando maltratan a un toro (ejemplo el toro de fuego o embolao) o a cualquier otro animal.
Besos
A mí sí me gustan, querido amigo. Pero no vengo aquí a discutir ni discrepar. No siempre íbamos a estar de acuerdo, eso sería muy aburrido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Permiteme mi General
ResponderEliminardarle desde tu blog las gracias a Dawidh Pires por su apoyo incondicional.
Saludos
A mi si me gustan los toros. En la plaza y con tomate.
ResponderEliminarEso no quiere decir que no respete tu punto de vista, eso es a lo que creo dicen DEMOCRACIA, el respeto mutuo de todos aun con diversidad en los puntos de vista y opinión.
Lo que no me gustán son las "caenas" Igual era mejor legislar sobre otros temas más importantes y urgentes de arreglar.
Con todo mis respetos, un abrazo
Compañero DG, te suscribo de pe a pa. Debería estar prohibido prohibir sin educar.
ResponderEliminarUn abrazo ;)