La Pila del Pato es una de las fuentes mas singulares de Sevilla. No destaca precisamente por su originalidad, su belleza o su estilo, ya que al fin y al cabo es similar a muchas otras de las que se pueden encontrar a lo largo y ancho de la complicada geografía hispalense, sino por lo insólito de su ajetreada existencia.
Tanto es así que repasar la historia de esta fuente es repasar la propia historia de la ciudad, a la que ha estado ligada prácticamente desde sus orígenes.
Heredera de un simple surtidor de agua de la Isbilya almohade, nace como símbolo de la grandeza y riqueza del Puerto de Indias, espejo del Mundo conocido y por conocer.
Testigo de excepción en la forja de la personalidad hispalense, es una de las primeras víctimas de la piqueta implacable del siglo XIX para ser trasladada más tarde a la Alameda de Hércules, donde se integra en ese universo de toreros y cantaores que tras el desastre del 98 etiquetarían la Sevilla de los albores del siglo XX.
Las transformaciones urbanísticas la llevan al Prado de San Sebastián, donde recibirá a los viajeros que por tren o autobús arriban a una ciudad que con el sueño de la Exposición del 29 intenta despertar tras siglos adormilada, aunque finalmente quedaría relegada a simple punto de encuentro para los visitantes de la Feria de Abril.
Otras transformaciones urbanísticas, que en este caso podríamos encuandrar dentro de las abominaciones permitidas durante el tardofranquismo, la trasladan de nuevo: hay que hacerle hueco al mastodóntico edificio de los Juzgados, ejemplo del desprecio absoluto a la Sevilla que quisieron construir los Aníbal González o Talavera.
Un efímero hospedaje en las Mercedarias deja paso a su actual descanso en la Plaza de San Leandro, bajo las ramas del inmenso laurel de las Indias y al amparo de la portada que Juan de Oviedo labrara al convento que bautiza el lugar.
Las primeras referencias que tenemos de esta fuente nos remontan a la Edad Media, cuando encontramos una pila de agua adosada a la fachada de la Mezquita almohade que ocupaba el lugar donde hoy se levanta el Banco de España.
Junto a la Pila del Hierro, situada cerca del Sagrario de la Catedral y que recibía ese nombre porque en sus inmediaciones se vivió unos de los episodios bélicos mas sangrientos de la toma de Sevilla, de tal magnitud que varias décadas después aún era posible encontrar restos de armas abandonadas, eran las dos fuentes mas importantes de la ciudad.
Ambas recibían el agua de los Caños de Carmona a través de las conducciones que aún hoy son visibles en el lienzo de muralla que discurre paralelo al Callejón del Agua y que, según parece, se prolongaban bajo la actual calle Hernando Colón, entonces Alcaicería de la Seda.
Hay que destacar que por esa época las fuentes eran elementos meramente funcionales, ni servían de adorno ni de ornato público, o lo que es lo mismo, su uso se limitaba únicamente a dar de beber a los vecinos y proporcionar a los artesanos y gremios de la zona el líquido necesario para llevar a cabo sus labores, como limpiar el género que se vendía en las Pescaderías reales que se encontraban en el lugar que hoy ocupa el Ayuntamiento o humedecer las pieles utilizadas en la confección de calzado por los chapineros establecidos en la calle del mismo nombre.
A principios del siglo XV el rey Enrique II dignifica la pila, dotándola de 18 pajas de agua, lo cual la convertía en la de más caudal de toda la ciudad, pero parece ser que de poco le sirvió ya que en 1576 se encuentra tan deteriorada que el arquitecto de las obras de la Catedral, Asensio Maeda, al tratar su reforma decide demolerla y ubicar en su lugar una nueva, para lo cual recurre al escultor Diego Pesquera y a Bartolomé Morel, de cuya fundición de bronces ya se habló en la entrada de la Fábrica de Artillería.
La idea es aplaudida de inmediato, no en vano el escenario ha cambiado por completo: en el solar de la vieja mezquita han labrado sus casas los Genoveses, las Pescaderías Reales han cedido su sitio a las nuevas Casas Consistoriales, junto a la embocadura de la calle Sierpes se ha construido la Cárcel Real y, en definitiva, la Plaza de San Francisco se ha convertido en el centro de la ciudad que canaliza las relaciones con el Nuevo Mundo.
No había vuelta de hoja: reformar la vieja pila de agua era poco menos que un menosprecio dada la importancia que había adquirido este foro hispalense de nuevo cuño y por ello se decide crear una fuente exenta (la primera de este tipo construida en la ciudad) siendo decorada según los gustos de moda en el Renacimiento italiano y rematándose con una escultura en bronce de Mercurio Argifonte, dios del comercio, toda una declaración de principios teniendo en cuenta que Sevilla era en ese momento una de las principales capitales comerciales del mundo conocido, si no la que más.
Esta nueva fuente no se limitará ya a dar de beber a los habitantes de la collación y ayudar a los artesanos en sus labores, sino que pasa a convertirse en un nuevo referente monumental que complementará el principal centro de poder de la Nueva Roma primero para, a continuación, ser testigo de la progresiva decadencia y oscurecimiento que aletargará la ciudad con el devenir de los siglos.
Desfiles, procesiones, visitas reales, corridas de toros, autos de fe, motines, terremotos… La vida de la ciudad es presidida por este Mercurio Argifonte que con el agua de su surtidor intenta aliviar las penurias de una urbe en declive que entierra a la mitad de sus vecinos en 1649 tras la terrible epidemia de peste, que pierde toda esperanza de recuperación con el traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz y que sufre impotente el implacable saqueo de las tropas napoleónicas comandadas por el Mariscal Soult.
Así entramos en el siglo XIX, el de las transformaciones urbanísticas, el de los cambios e, irremediablemente, el de la piqueta. Como si de una pompa de jabón se tratara, todo estalla a su alrededor: caen las casas de los Genoveses, cae la Cárcel Real, cae el Convento de San Francisco, a punto está de caer el mismísimo Ayuntamiento, y cae, por supuesto, nuestra fuente, desmantelada en 1833 por el Asistente Arjona.
La estatua de Mercurio Argifonte es trasladada a los nuevos jardines que se están construyendo a las afueras de la Puerta de Jerez, las llamadas Delicias, donde permanecerá junto a una alberca hasta los años setenta del siglo XX, mientras la vieja fuente de Asensio Maeda es sustituida por otra de trazas mas sencillas que se rematará con un surtidor de bronce representando la figura de un pato.
Desde ese momento la Pila del Pato escribirá la historia en su propio nombre.
Cuantas veces no habré yo jugado en esa plaza junto a la fuente, una vez uno de mis hermanos me subieron al arbol grande que hay o había y despues no me querían y al igual que Dawidh cuando estaba en el Velazquez ese era el punto de reunión cuando no asistíamos a clase.
ResponderEliminarPor cierto muchas felicidades en tu nueva vida.
Besos
Cruce de caminos para quien ha sido velazqueña por un tiempo, y jugado en San Esteban desde siempre. De hecho hoy día es más frecuente en mis rutas, pues accedo generalmente a la Casa Hermandad tras pasar por la plaza para llegar a Juan de la encina.
ResponderEliminarSi en la próxima entrega eres capaz de recapitular cuantas veces han robado el pato lo petas, y of course, recuerda aquella oferta laboral, que lo mismo vuelve a faltar y lo mismo hay algún pato dispuesto, o puede que algún ganso….
Kiss
Yo la recuerdo de pequeño frente a la estación de autobuses, era un sitio en alto y bastante agradable.
ResponderEliminarCuando la pusieron en San Leandro era por mis años adolescentes y jugábamos en ella, en el derribo donde ahora están las viviendas e Instituto. Allí hubo un cine de verano y recuerdo la cantidad de restos humanos que había en aquel entorno y como los usábamos en nuestros juegos.
Buena tande de recuerdos me has evocado. Un abrazo
Perfecto Jarni, ahora me paso por tu blog.
ResponderEliminarJeje, Dawidh aunque como hoy se suele decir, queda "políticamente incorrecto"... alguna que otra ha caído, y eso que yo estudiaba en el Isbilya.
Muchas gracias sevillana, aquí estoy respondiéndote con el anillo en la mano, jeje.
Cruce de caminos imprescindible, Gata Roma, y como buen cruce es una delicia descansar escuchando el murmullo de la fuente, aunque la plaza hoy día está prácticamente ocupada por mendigos, una pena.
El recuento se hará, o al menos un esbozo, jejeje.
Supongo que te refieres al Hospital del Cardenal, no cogé ventaja. Interesante, sabía lo de los restos humanos (también se llamó de los heridos, y alguno tuvo que caer....) pero del Cine de Verano no tenía ni idea. Ya en la segunda parte trataré de esbozar algo mas el tema.
Saludos.
Tengo entendido que ha sucedido algo muy importante en tu vída.¡Felicidades!
ResponderEliminarMe permito adjuntarte un vídeo que subí esta primavera a youtube;
http://www.youtube.com/watch?v=wNEcNED4-Gc
¡Cómo desapareció de esa plaza la casa de Eduardo Miura!
Saludos.
Cuanta historia encierra La Pila del Pato y cuanta habrán visto sus ojos.
ResponderEliminarAy recuerdo la sevillana de El Pali, "...En la Pila del Pato tú me has citao..."
Y es que todo lo de Sevilla engancha.
Un abrazo
Quisiera con tu permiso poner mi granito de arena.
ResponderEliminarDonde actualmente se ubica el lugar del Instituto Velázquez, calle Carrión Mejias (Párroco de la Iglesia de San Andrés), fué antes que cine de verano, un orfanato, para después ser cine de verano lo que no recuerdo si el nombre de éste cine era Santa Catalina o San isidoro, cuando cerraron este cine, entonces construyeron las casas que hay frente del citado Instituto, casas que eran para los empleados del Ayuntamiento, que muchos de ellos eran los músicos de la Banda Municipal, y se abrió la calle Carrión Mejias y se construyó el Instituto Velázquez, que casi al lado del mismo aún existe un derribo, que fué el Cine de verano de Santa Catalina, que también tenia entrada por la calle Alhondiga, lugar donde estaba la taquilla.
Perdona Doria, la Casa de Eduardo Miura (el ganadero de reses bravas), estaba en la calle Jerónimo Hernández, que tenia un patio muy fresquito en esta época de verano, y todo él estaba adornado de cabezas de toro, que todos los chiquillos nos gustaba entrar, para mirar por detrás de la cancela las citadas cabezas. Cuando derribaron esa casa hicieron una casa de pisos, que aún continúa, lo que no recuerdo a que numero perteneceria la casa de Los Miuras (como se le conocia en el barrio).
A Sabor Añejo, la referencia que haces a las sevillana del Pali, verás que en la letra nombra a una freiduria que habia en la calle Lumbreras de pavias de bacalao, solo vendian estos pavias tanto es asi que incluso salió esta freiduria en varias peliculas y estaba ubicada en una accesoria que tenia el Corral de los Chicharos, que este hoy dia es un Hotel
Perdona mi intromisión, en tu blog, pero la verdad me haces revivir mis años de niñez y juventud.
Por último quisiera decir que en la calle Cardenal Cervantes, vivia un luthier, que era todo un genio dentro de su profesión cuyo apellido era Ortega.
Leyendo el comentario de Anónimo parecía que tenía olvidados algunos recuerdos, y ahora salen a la luz.
ResponderEliminarEl nombre del cine de verano era Santa Catalina al que fui durante las noches de muchos veranos y los pisos que construyeron frente al Instituto también lo he recordado ahora ya que el padre de una amiga de esa época era funcionario y vivían allí.
Muchas gracias Doria, por la felicitación, por el vídeo y por estar siempre ahí, se agradece mucho.
ResponderEliminarTambién a mi me sorprendió tanta historia, Sabor Añejo, de hecho pensaba hacer una entrada tipo "estampas" y al final la tuve incluso que dividir en dos partes.
Al contrario, es todo un placer anónimo, de hecho los comentarios son los que dan sentido al blog.
Conozco mas o menos la historia de la apertura de la calle Francisco Carrión Mejías y sabía que para su apertura se demolió el Hospital del Cardenal y un gran corral de vecinos, el Corral de la Almudena, del que solo queda el nombre del callejón que comunica con Alhóndiga (supongo que ese es el que mencionas).
De lo que no tenía ni idea era del Cine de Verano.
De la casa de Eduardo Miura apenas puedo aportar nada, salvo algo que recuerdo haber leído cuando la entrada de la Encarnación y era que el mercado "provisional" ocupaba parte de esta casa, junto a otro corral y una taberna, así que me cuadra que tuviera salida a la calle Jerónimo Hernández, de hecho se podría ubicar frontero al corral del Coliseo.
Respecto a los pavías de bacalao de la calle Lumbreras, ahí tengo información de primera mano: la de mi padre y mi propio abuelo, vecinos de la calle Duque de Montemar. De hecho cuenta mi padre una historia bastante graciosa de un chaval acogido por una familia que estoy esperando a darle forma para publicarla en breve.
A ver si encuentro información y fechas de ese cine Santa Catalina, sevillana, que supongo se montaría después de demoler el corral de la Almudena, sobre parte del solar, según los datos que estáis facilitando.
Saludos y como siempre mucha gracias.
Completo algo la información del Cine Santa Catalina, que por lo que he podido averiguar se asentaría sobre los restos del demolido Hospital del Cardenal, también Hogar San Fernando, posiblemente en la zona donde hoy están las pistas deportivas del Velázquez, teniendo efectivamente acceso desde la calle Alhóndiga, como hoy también la tendría.
ResponderEliminarEl corral de la Almudena quedaría más arriba, sin tener nada que ver con este antiguo Cine de Verano, donde según parece se celebraban bastantes combates de lucha libre.
Saludos.
Perdona de nuevo mi intromisión. Tengo entendido que en el antiguo Corral de los Chicharos, en la calle Lumbreras, el Ayuntamiento colocó una placa en la puerta de lo que hoy dia es un hotel, donde consta que alli nació Manolo Caracol, cuando en verdad nació en el Corral del Fraile, ubicado en la misma calle Lumbreras, al lado del que era el Corral de la Bomba, ya desaparecidos ambos, en dicho Corral de la Bomba vivieron mis padres de soltero, varios tios y primos mios. En este Corral de la Bomba, del que nadie hace mención vivian varios judios, los cuales practicaban la religión judaica, tanto es asi, que al anochecer de los viernes avisaban a cualquier vecino para que le encendiera la luz. Vivia también en este Corral dos tias de la artista Antoñita Moreno. Se le llamaba de La Bomba, porque existía una bomba para extraer el agua. En los meses de Mayo, adornaban el patio con colchas y mantones de Manila, para celebrar la Cruz de Mayo, por esta razón me encanta escuchar la Canción de Font de Anta "Cruz de Mayo Sevillana".
ResponderEliminarQuisiera también desde aqui, al decirme que tu padre y abuelo vivian cerca de la calle Duque de Montemar, da las gracias y de esto hace ya unos 45 años, a un taxista que vivia en esta calle y era conocido por "El Niño El Lolo", pues en una mañana de crudo invierno, dejé olvidada una cartera con cierta cantidad de dinero, y este señor se preocupó de encontrarme y devolverme la cartera y no aceptó nada a cambio, mil gracias de nuevo a este sr. taxista, como se diria hoy dia "chapó".
Muchas gracias Alberto, apenas tenía noticias de lo que comentas.
ResponderEliminarDel corral de los Chícharos sí tengo referencias (está dentro de lo que cabe bastante documentado), pero de los otros dos apenas tenía noticias. De hecho nunca habría dicho que el origen del de la Bomba era por esa máquina.
Por cierto, lo mismo mi padre era vecino de ese taxista, jeje, ya le preguntaré.
Saludos.
Buenass!! De nuevo enhorabuena por esa magnífica noticia si no te la he dado ya! No tiene uno la cabeza pa mucho en estos meses jeje
ResponderEliminarYo no voy a aportar nada de lo que estais contando, sólo decir que me ha encantado (como de costumbre) y que leer los comentarios ha sido como leer otra entrada más, aprendiendo cosas que uno no ha vivido, por la edad y por vivir en la periferia
Me gustó bastante esta entrada, he tratado de buscar algo nuevo y he añadido imágenes que creo que gustarán :D
ResponderEliminarhttp://esasevilla.blogspot.com/2010/12/la-pila-del-pato-y-la-fuente-de.html
Te lo dejo en las dos partes por si alguien sigue los comentarios y le interesa ;)
Un saludo!
http://esasevilla.blogspot.com/
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Hola anónimo que tal!, aunque he leido hoy tu articulo un poco tarde, te contesto porque yo he nacido en dicho Corral de la Bomba, en ese precioso y coqueto, simpatico y anhelado Corral, de la preciosa calle Lumbreras número 08 antiguo, yo me llamo Paco, y por favor identificarte, de quién era tus señores padres, tios y primos.Un fuerte abrazo, escribeme. Mis padres eran unos de los más antiguos vecinos de ese Corral de la Bomba, y mi abuela por supuesto mucho aun más, fijate que le hablo XIX, como dice el refrán nunca es tarde si la dicha es buena. contestame por favor. Paco.
ResponderEliminarEnhorabuena por este blog.Por aportar algo:En el libro "Sevilla Insólita",del profesor Morales Padrón(capítulo dedicado a los judios de Sevilla) ,se habla de estos judios de la calle Lumbreras,la familia Benassaya Benjira,cuyos padres eran de Tetuán y dedicados al calzado;una familia de 11 hijos,donde quedaban 3,uno de ellos una mujer mayor llamada Merima...Respecto a la fuente del Mercurio,en 1717 el maestro burgalés Juan Fdez. de Iglesias realizó la fuente barroca que sustituyó a la renacentista de Pesquera , y la estatua de Morel,que fueron destruidas por un motín popular,ante la tardanza del Ayuntamiento en arreglar los Caños de Carmona..Saludos
ResponderEliminarQué maravilla de Blog!! y que maravilla los comentarios que deja la gente!! Felicidades, es un gustazo leerles
ResponderEliminarNuestra querida “Pila del Pato”. Su primer emplazamiento fue en la plaza de San Francisco, en el año 1850, reemplazando a la "Fuente de Mercurio". En estas fotos puede mostrarse: http://goo.gl/JNjS8Z
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