6 de mayo de 2008

El Corral de las Herrerías: Emvisesa, siglo XVII

Que la vivienda es uno de los principales problemas de nuestra ciudad y del país en general no es necesario que lo diga yo aquí. El precio desorbitado del suelo, hipotecas eternas y a veces imposibles de afrontar, la especulación inmobiliaria, etc han conseguido que algo tan básico como tener un lugar donde habitar se haya convertido en los últimos años poco menos que en un artículo de lujo.

Curiosamente, este problema no es nuevo en Sevilla. Al contrario, a nuestros antepasados ya les tocó lidiar con este toro tan desagradable, ya que en la que quizás sea la etapa más floreciente de su historia, el siglo XVII, se dieron una serie de problemas relacionados con el tema que también pusieron en jaque a la sociedad y autoridades de la época.

El monopolio del comercio de las Indias había llevado a la ciudad a convertirse poco menos que en la capital económica del mundo entonces conocido, lo cual acarreó a su vez un crecimiento desorbitado en pocos años de la población y con ella un aumento en la demanda de viviendas, por lo que el problema del suelo, o más bien la carestía de éste, se disparó hasta cotas que nunca antes habían sido alcanzadas en la ciudad.

Entre que la mayoría de las fincas urbanas pertenecían a la Iglesia o a la nobleza y que la población, por miedo a las continuas riadas vivía en el interior del recinto amurallado, la posesión de un solar en propiedad era un lujo que estaba al alcance de muy pocos. A esto, hemos de sumar la circunstancia de que Sevilla era junto a Granada y Madrid la única ciudad de la época donde la vivienda o incluso el alquiler de ésta costaba dinero, ya que en el resto del país era costumbre que el dueño del caserío lo cediera su inquilino a condición de que lo mantuviese en buen estado (igualito que ahora…)

Una de las consecuencias de esta escasez de vivienda fue la proliferación de los corrales de vecinos.

El corral de vecinos era una evolución de la típica casa morisca (curral (singular), qurralat (plural)) adaptada para el uso de varias familias. Digo uso, que no disfrute, porque en esa época prácticamente solo se estaba en la vivienda para dormir y, cuando se podía, para comer. Por ello, las necesidades de espacio de los inquilinos tampoco es que fueran muy pretenciosas.

El esquema básico del corral era un patio (herencia directa del atrio romano y que tan buenos resultados había dado en nuestra tierra desde entonces) entorno al cual se disponían las viviendas, siendo los servicios de las mismas comunes a todos los vecinos. Este esquema ha subsistido a lo largo del tiempo y aún es posible verlo en los corralones que han llegado hasta nuestros días.

Aunque en el siglo XVI había muchos corrales famosos: Tromperos, Parra, Peral, Reina… que se esparcían por toda la geografía hispalense desde época musulmana, éstos eran insuficientes para albergar a toda la población que se agolpaba en el Puerto de Indias.

El comercio con América había hecho que la franja situada entre la Puerta de Triana y la Torre del Oro adquiriera bastante importancia. El problema es que era una zona baldía y desolada, con inundaciones frecuentes y catastróficas, donde incluso se había desarrollado un monte de residuos (Malbaratillo).

Ante la demanda de vivienda y la mala imagen que daba la que en ese momento era la principal fachada hispalense hacia el exterior, el gobierno se propuso matar dos pájaros de un tiro y se dedicó a urbanizar y adecentar la zona construyendo edificios públicos como la Aduana o la Casa de la Moneda y nuevos barrios extramuros, como los de Cestería, Carretería o Baratillo.

Junto al lienzo de muralla que unía el Postigo del Carbón con la Torre de la Plata, lienzo que partía de la actual torre de Abdelaziz y concluía en la Torre del Oro, se encontraba el solar de las antiguas Herrerías del Rey, finca propiedad del Alcázar, que pretendía arrendarlo sin lograr su objetivo al ser un lugar muy degradado, a pesar de la gran importancia que tenía, ya que por el mencionado Postigo del Carbón entraban las mercancías descargadas previamente en la “machina” de la Torre del Oro, una especie de grúa de la que han llegado múltiples referencias en los grabados de la época.

En 1609 el Alcázar consiguió al fin arrendar las Herrerías a don Roberto Marcelles, una especie de promotor de la época, que a cambio de la propiedad vitalicia del solar y una paja de agua (es decir, que llegara hasta el lugar agua corriente) se comprometió a realizar unas edificaciones en el sitio con el fin de adecentarlo, incluyendo el traslado del mencionado Postigo del Carbón hasta el lugar donde se encuentran sus restos actualmente.

Del diseño de estas edificaciones se encargó el Maestro Mayor de los Reales Alcázares, el italiano Vermondo Resta, que proyectó una serie de viviendas y locales a los que dotó de una fachada única, al uso de la época y con la que además se pretendía ejercer de barrera a las constantes avenidas del río.

Los almacenes y locales servirían de apoyo al flujo de mercancías hacia el interior de la ciudad, mientras que las viviendas serían destinadas a gente de condición humilde. De esta forma el 3 de Marzo de 1616 se firmaría el primer proyecto de viviendas sociales que se conserva en Sevilla, el antecedente de lo que actualmente son las VPO, actuando en este caso Roberto Marcelles de promotor del mismo modo que Emvisesa lo hace hoy en día.

El corral de las Herrerías es hoy día un inmenso aparcamiento en superficie que, al menos, ha respetado la forma del solar original, con lo que es muy fácil situarnos y ubicar las distintas zonas en que se dividió. Los almacenes y locales se situaban en la fachada del conjunto, a lo largo de la calle Santander entre los dos Postigos del Carbón, al antiguo y el nuevo edificado por el mismo Marcelles. Donde hoy se encuentra el acceso al aparcamiento se encontraba la entrada al edificio, donde las viviendas se disponían hacia el interior agrupadas entorno a dos patios principales, De medianeras ejercían la muralla y la Casa de la Moneda, abriéndose una calle para separar las viviendas de dicho recinto. Como altura se le dieron dos plantas, al igual que al resto de edificios de la zona.

El único vestigio del corral que ha llegado hasta nuestros días es una cenefa recuperada en una reciente restauración de dichas murallas. Esta cenefa está formada por tres hileras de ladrillos que servían para la decoración de los patios del corral. Poco más. El corral fue alterándose con el paso de los siglos y adaptándose a las necesidades de los nuevos tiempos; aún recuerdo que hace unos 15 años en la zona donde una vez estuvieron los almacenes (a lo largo de la calle Santander) existía un bloque de viviendas de unas 4 plantas que posiblemente era el resultado de una última modificación hasta el solar que tenemos hoy en día y donde, si se cumplen los pronósticos, se situará el futuro Teatro del Flamenco que quiere edificar la bailaora María Pagés.

13 comentarios:

  1. Du he escuchado Emvisesa y me ha dado un vuelco el corazón, todavía no quierohablar de esoporque estamos en pleno lio tremebundo,ya lo haré cuando todo estebien porque ahora me puedo sulfurar.
    Si que viene de antigua esto de Emvisesa y yo que creía que era una cosa nueva. La zona de la casa de la moneda me parece muy bonita y cuidada, que suerte lo que tengan allí casa. Bueno aquí en Sevilla casi en cualquier sitio.
    Le deseo a Maria Pages mucha suerte para el Teatro me parece una bailaora excepcional.
    Muy instructiva la entrada gracias

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  2. Me sigues "encandilando"(palabra sevillana, creo)con tus entradas, maravillosas, "curradas" como diría mi hijo, sobre todo muy interesantes e instructivas sobre nuestra Historia.Tengo muchos libros(leídos) de Historia de Sevilla, D. Jose Maria de Mena por supuesto,una biografia de Santiago Montoto, y una coleccion de la Universidad de Sevilla, que va mas o menos por siglos, pero lo tuyo...deberias registrarte el copyrigh, esa manera de contarlo, tiene mucho mérito.Me gusta todo, pero con el Siglo de Oro, pierdo pie.Sigue así, por favor.

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  3. Si es que eso de que todo está inventado es más verdad que qué...

    ¿Ves como mereces premios? con tus entradas aprendemos cosas de nuestra ciudad cada día.

    Gracias por la lección de hoy, maestro.

    Un saludo.

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  4. Historia bien narrada, documentada y rigurosa. Conforme leía se me iban abriendo frentes, recuerdos y conocimientos que al comentarlos ahora pueden abrir otras lineas de información que seguro conoces y en las que guataría nos ilustraras.
    Es un solar en donde aparqué antes muy a menudo.
    El edificios de la Previsión, quiero recordadr que antes fué Garage, pero ¿qué fue antes de garage?
    Los locales de la calle Santander a los que haces referencias ¿eran los de Riegos Chavez?
    Por otro lado y al hilo de Envisesa, es muy curiosa la historia del Real Patronato de Casa Baratas, del Bar Citroen y del Virrey Gregorio Cabeza.
    Ya por último, conozco a Maria Pagés de niña, su madre tuvo hasta hace poco una ortopedia, la unica entonces en Nervión, en la calle Eduardo Dato, y venía a Aroal casi todos los dias. Nadie, por sus hechuras , podría imaginar que sería una de las bailarinas punteras de Europa, es una vida de esfuerzo.
    Será un verdadero placer leerte sobre alguno de los frentes que abro,
    Doria

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  5. De verdad, que maravilla de entrada... la originalidad, la documentación... me ha encantado... Y el problema de la vivienda, eso no nos lo vamos a quitar nunca de encima, por muchos Hijos de don Quijote que reclamen.
    Kisses

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  6. Es un placer leerte.

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  7. Enorme entrada querido Du Guesclin,yo creo que el problema que hay es que no puede costar una vivienda de VPO mas de 15 o 16 illones de pesetas,pero que va estan por encima de los 23 llegando incluso hasta 30 millones.
    Voto por un alquiler para toda la vida de unos 100 euros al mes con subida de IPC cada año.

    Lo que una persona con mujer e hijos no puede pagar al mes mas de 200 euros.

    Señores que la hipoteca no nos joda más(con tu permiso DU GUESCLIN) ALQUILERES BARATOS Y PUNTO.

    En fin la Canina seguirá cavilado ...........

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  8. Me alegra que os haya gustado la entrada y, como siempre, muchisimas gracias por vuestros comentarios.

    Luz de Gas, el entorno de la Casa de la Moneda es precioso, como bien dices. Yo tuve la suerte de estar haciendo prácticas en un estudio situado allí y era maravilloso (aunque fuera durante todo un verano...).

    Mer, muchísimas gracias por el comentario. Por cierto, d. José maría de Mena estaba el domingo firmando en la Feria del Libro. Recuerdo que hace años tuve la suerte de hablar con él en la Estación de Autobuses de Chipiona y me llevé la impresión de que era poco menos que una enciclopedia viviente, un gran tipo.

    Gracias a ti por entrar como siempre, Zapateiro. Esta noche te enlazo con tu nueva dirección (me tienes que explicar las ventajas de wordpress...)

    Amigo Doria, aunque estaba realizando otras entradas de temas distintos tocaré estas que apuntas ya que me parecen muy interesantes. De momento, así a bote pronto, te comento que la nómina de corrales en la zona no se limitó solo al de las Herrerías, sino que contemporáneo estaba el de Segovia, que lindaba con éste y la casa de la Moneda. De todas formas, es difícil saber que había a lo largo del tiempo en la zona porque se transformó mucho a lo largo del tiempo, sobre todo después de que se rompiera definitivamente la coracha y se abriera el actual paseo de las Delicias, antigua Alameda Nueva. Como dato curioso, hoy día en la Calle Santander se pueden ver restos de las puertas de los dos almacenes de los extremos del corral y de hecho el número 1 de dicha calle es la evolución de uno de éstos, el actual mesón Torre de la Plata. Es curioso, pero en la medianera con el solar del Corral hay un arco sellado que demuestra que todo el conjunto tenía una misma estructura, sólo que se segregó.
    Respecto a lo del Patronato... jeje, recuerdo que mi abuelo me contó que recogió en la casa junto al Bar Citroën las llaves de su piso de protección... Será un placer hablar del tema en un futuro.

    Gata Roma, tienes razón, ese problema será eterno, como parece que se van a poner las hipotecas... Y eso que la solución a priori es bastante sencilla....

    Glauca, igualmente es un placer saber que lees el blog.

    Amigo Caliz, totalmente de acuerdo. Lo de los alquileres es de chiste, actualmente salen casi igual que una hipoteca, y lo de las ayudas... que por tener mas de 30 años no puedas optar a las subvenciones es increíble, cuando se supone que alguien que llega a esa edad y no tiene vivienda es porque tiene mas problemas para lograrla. Ya digo, de chiste...

    Saludos.

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  9. Amigo Du Guesclin, mi más sincera felicitación. Como bien sabes, la Historia de Sevilla me puede, y servidor me ha removido viejas lecturas.

    Últimamente estoy bastante liado, pero me gustaría buscar un recorte de periódico que guardé, hace unos meses, en el que venía una información sobre un edificio de Vermondo Resta que iban a demoler junto a la Casa de la Moneda. Estoy seguro que tiene relación con tu texto querido amigo. Lamento no recordar fielmente la noticia. Si la encuentro te lo digo.

    Chapeau ante tu entrada!!

    Un fuerte abrazo.

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  10. Un despiste: donde dije y servidor me ha removido viejas lecturas, quise decir y vuesa merced me ha removido viejas lecturas.

    Perdón por el error. Al final va a ser cierto que las oposiciones son perjudiciales...

    Un nuevo abrazo.

    P.D. Permíteme la pregunta, si no es mucha indiscrección amigo: ¿Historiador?

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  11. Gracias como siempre por tus comentarios, amigo Aguador.

    El entorno de la Casa de la Moneda afortunada o desgraciadamente no se ha alterado mucho desde el siglo de Oro. Afortunadamente porque nos ha permitido que lleguen a la actualidad edificios como la Torre de la Plata, los lienzos de muralla o la misma Casa de la Moneda. Y desgraciadamente porque el estado en que han llegado da en muchos casos pena.

    Es curioso y en esto se ve como se hacen aquí las cosas, el tema de la Casa de la Moneda; se rehabilitaron las viviendas y almacenes, pero no la fachada principal, que no se ha tocado hasta nuestros días. Se a ciencia cierta (como dije, estuve trabajando allí)que se estaba esperando la ruina porque no salía rentabe restaurarla. Es así de trsite, pero cierto.

    Respecto a tu pregunta, para nada indiscreción, al contrario. No soy historiador, aunque sea la ésta una de mis grandes pasiones; soy arquitecto, aunque como te digo, me encanta la historia y se que tarde o temprano terminaré estudiando esa carrera, aunque no puedo poner fecha porque con esto de hipotecas y crisis la cosa está muy mal, jeje.

    Saludos.

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  12. Parece que no interesa mucho la restauración de esa fachada. Muy triste...

    En cuanto a tu vocación de Historiador y tu deseo de matricularte en dicha carrera, avísame, pues un servidor lo tiene pendiente y no le importaría emprender una nueva travesía.

    Un abrazo amigo.

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  13. Tomo nota, amigo Aguador; espero que ese día no tarde mucho, de hecho espero que sea en dos-tres años, así que de momento tenemos tiempo para ir mentalizándonos de ser los "puretillas" de la clase.

    Saludos.

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Comentarios: