14 de enero de 2010

Una de Vándalos Silingos

Definitivamente estamos en manos de la moda. O de las modas en general. Somos “fashion victims” en cada una de las facetas de nuestra vida, porque modas hay para todos los gustos, no sólo para vestir: las hay para hablar, para escribir, para comer…. hasta para protestar y reivindicar nuestros derechos, o los que pensamos que son nuestros derechos.

Hace 15 años, por ejemplo, media España le cogió gustillo a quedarse con el culo al aire emulando la famosa escena de la película Full Monty. Cualquier excusa era válida para disfrazarse y desdisfrazarse sobre un escenario, más aún si esa excusa tenía como objetivo alguna queja o reclamación.

Pero los tiempos cambian, y las modas con ellos. Lo que ya no sabría decir es quién cambia a quién, si va antes el huevo o la gallina. Mas de una década después resulta que el despelote no está bien visto, ya sea porque nos hemos vuelto mas puritanos o simplemente no hay ganas de que nos vea el personal haciendo el ganso en Youtube o en el muro de Facebook.

Ahora se lleva lo cafre, lo bruto. El que se desnuda para reivindicar sale como mucho en las páginas secundarias de Interviú, pero el que la lía parda se asegura unos segundos en los informativos de Pedro Piqueras o una entrevista en Andalucía Directo.

Dejar que se desfogue ese vándalo que todos llevamos dentro parece ser la mejor solución para que, como mínimo, se nos escuche y se nos tome en serio. Cosa que, por otro lado, tampoco nos debe resultar muy difícil ya que todos tenemos un puntito vandálico, no en vano fueron antepasados nuestros; la misma Andalucía se llama así precisamente por la estancia de estos señores en los albores del siglo V, cuando acabaron con cientos de años de dominio romano.

Una manifestación de “yo internosvandálicos se produjo, por ejemplo, el pasado mes de Diciembre cuando la huelga de taxistas. Diez años atrás lo mismo habrían conducido desnudos o se habrían bajado los pantalones delante del Ayuntamiento, pero como la moda pide cafrerío, nada mejor que colapsar la ciudad durante horas. Ni las huestes del rey Gunderico, que así se llamaba nuestro antepasado de origen bárbaro, podrían haber organizado un caos mayor cuando arribaron a una arruinada Híspalis allá por el 426.

Más claro aún lo tenemos en la protesta de activistas antipeleteros el pasado día 9 en el Corte Inglés. Mientras en el resto del mundo los del PETA, los antitaurinos y demás asociaciones pro-derechos de animales se despelotan a las primeras de cambio, aquí se manifiestan con visones despellejados, que viene a ser algo así como condenar una guerra importando cadáveres.

Vándalos Silingos, que así se llamaban los que se asentaron en nuestra tierra, los hay también en los medios de comunicación. El pasado martes, sin ir mas lejos, un señor proponía en una televisión local con total y absoluta seriedad que cada vez que hiciera acto de presencia algún miembro del Ayuntamiento se le obsequiara con una cacerolada.

Claro está que cada cual utiliza los medios de los que dispone adaptados a su tiempo, y si cuando el ya referido Gunderico profanó la basílica de San Vicente Mártir, que se encontraba donde hoy el Patio de Banderas, fue la Justicia Divina la encargada de vengar la afrenta y acabar con la vida del caudillo, en nuestra era moderna, mas pacífica y menos espiritual, la misión de ahuyentar los caudillos municipales es encomendada a una cacerola. Evidentemente la intención es lo que cuenta.

Pero donde está alcanzando un grado superior de especialización nuestro vándalo interno es, sin duda alguna, en el terreno inmobiliario, concretamente en el de la okupación (con c dependiendo del caso).

Este campo, tradicionalmente reservado a los dos polos opuestos de nuestra sociedad, es decir, a gente con pocos recursos y a niños bien que agotan de esta forma los últimos cartuchos de rebeldía que les quedan antes de hacerse cargo de la oficina de papá y su descapotable de turno, ha sido asimilado con naturalidad y sin complejos como método de presión ante la desidia municipal, que tradicionalmente no suele hacer acto de presencia hasta que a Santa Bárbara no le da por aparecer.

Así es okupada (con k) para realizar actividades sociales la vieja Fábrica de Vidrios de la Trinidad tras años de protestas vecinales por su abandono y futura semi-demolición, okupación (con k) que tuvo uno de sus puntos álgidos este fin de año con su fiesta correspondiente, igual que en otro local cercano a la Puerta Osario, también okupado (con k) para dar la bienvenida a 2010.

Y hace pocos días estuvieron a punto de ser ocupadas (ahora con c y con llamamiento incluido) las Naves del Barranco, esta vez por parte de los vecinos que demandaban un centro de atención diurna para los ancianos del barrio.

Es aquí donde me surgen las dudas, porque quizás okupar sea propio de vándalos silingos, y ocupar también, aunque en este caso sólo sean vándalos a secas, pero claro, ¿a qué tribu pertenecen los que dejan que las cosas se caigan o simplemente las abandonan? ¿fenicios? ¿romanos? ¿visigodos?

Supongo que ni ellos mismo lo saben. O lo saben demasiado bien….

6 comentarios:

  1. Yo no sé si te leo con otros ojos o, sencillamente, es que cada día escribes mejor.

    Ya sabes que la protesta y la ironía son necesarias en mi día a día y tú lo haces de maravilla.

    Nunca dejes de cabrearte con sentido del humor. Me encanta.

    Por cierto, yo creo que los últimos que mencionas deben ser visigodos :D

    Un beso.

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  2. Para llevar una K hay que tener pelo largo y estar un poco hippy, con lo hippy que me estoy volviendo yo en los últimos días, pero sin pelo.

    Me encanta lo que están haciendo en la nave, que el tiempo es oro, tanto esperar y esperar.

    Un abrazo General

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  3. Joer, ahora la gente se a pasado al lado de la o(k/c)upación? Si no lo leo no lo creo, jeje.
    Un saludo.

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  4. Pues sí Zapateiro, hay que tomarse las cosas con sentido del humor, prefiero dibujar en mi cara una sonrisa antes que un sofocón, aunque a veces cueste...

    Pues nada Luz de Gas, una peluca y la amortizas okupando y en Carnavales, jeje.

    Ya ves Jaar.

    Saludos.

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  5. Pues los que dejan que las cosas se caigan pertenecen a los ..... ..... y eso es lo que puedo decir al respecto. Hacía mucho que no pasaba por aquí. Ya sabes que dispongo de poco tiempo. Un besito y enhorabuena por tu sobrinito. Que chico es tio.

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  6. Vale, primero mis felicitaciones por el artículo tan bien encauzado, escrito y fundamentado.

    Creo, Estimado Amigo, que se cumple como nunca la vieja frase "todo cambia para que nada cambie". Apenas aflojamos un poquitín los cintos del corsé civilizador, el Hombre vuelve a ser el de siempre, otro vándalo, uno más en la historia.

    Muy placentero leerte, como siempre!

    Mi Abrazo!

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Comentarios: