23 de noviembre de 2009

Un paseo por la Sevilla de los 60: La Ranilla

Traemos hoy una nueva estampa de la Sevilla de los años 60. Estampa con la que, en la medida de mis posibilidades, pretendo hacer un sencillo homenaje a la Barriada de los Pajaritos, que estos días cumple 50 años de existencia (aniversario tristemente empañado por los trágicos sucesos del bar Ruiseñor) y de paso recomendar una vez mas el maravilloso blog en el que nuestro callejonero favorito repasa el día a día del nuevo parque que se está edificando en los terrenos de la antigua cárcel de Ranilla.

La imagen procede del Fondo Barquín y está fechada aproximadamente en Agosto de 1959, siendo parte de un amplio fotomontaje en el que se reflejaba el avance de las obras de construcción de las barriadas de La Candelaria y Los Pajaritos. Obras que, como se puede ver, aparecen en primer plano.

Bajo las órdenes del arquitecto Fernando Barquín y Barón nacían estos barrios obreros en los terrenos de la antigua Huerta de Amate, que desde hacía algunos años era propiedad municipal.

Con esta actuación y otras similares (ya en su día vimos Pío XII, hermana en tiempo y objetivos) se intentaba poner fin al gran problema de la vivienda que asfixiaba la ciudad en los años 50.

Y es que el crecimiento demográfico de una Sevilla que a duras penas se restregaba sus heridas de guerra unido al deterioro y consiguiente inhabitabilidad del vetusto caserío del centro histórico y, sobre todo, a una fortísima corriente inmigratoria desde pueblos y ciudades limítrofes, habían creado un serio problema para la ciudad, que se calcula tenía a finales de los cincuenta 32 núcleos suburbiales con cerca de 70.000 habitantes.

Ante la penosa situación económica en que se encontraba el país y la propia ciudad, que para colmo aún arrastraba deudas de la Exposición del 29, el Ayuntamiento compra las fincas y huertas periféricas en las que permite asentarse a familias sin techo y edificar en la medida de sus posibilidades a la espera de una futura urbanización de esos terrenos o su definitivo traslado a alguna de las barriadas de nuevo cuño que se estaban edificando.

Se daba por tanto una especie de chabolismo planificado y consentido por el propio Consistorio, que al menos trataba de solventar el problema en la medida de sus posibilidades. O de limpiar su conciencia, que cada cual escoja.

Un ejemplo de todo lo que estamos hablando lo teníamos precisamente en la zona que nos ocupa, sobre lo que hoy son las barriadas de Los Pajaritos y La Candelaria, donde se asentaban las chabolas del llamado poblado de Villalatas.

Camiones, recuas de mulos, presos de la RanillaVillalatas desaparecía y en su lugar se abrían las zanjas que contendrían las zapatas de los nuevos bloques de pisos. El hormigón brilla por su ausencia, muros de carga para 3, 4 y hasta 5 plantas de altura. Así ha ido la cosa: viviendas humildes para gente humilde. Hoy Los Pajaritos aguarda a la espera de su rehabilitación integral dado el lamentable estado en que se encuentra su estructura, y el que escribe puede dar fe de ello. El mismo camino han seguido otros barrios de la época como Regiones Devastadas. Lo que es innegable es que su función originaria la cumplieron con creces, hoy la pelota está en otro tejado y ya veremos cómo se responde.

Pero bueno, demos paso a la auténtica estrella de la imagen: el acueducto que la atraviesa diagonalmente, los Caños de Carmona.

No nos llevemos a engaño, lo que vemos en la foto es lo que por ese entonces quedaba de los mismos. Precisamente donde les perdemos la pista, en lo que hoy es el cruce de las calles Leonardo de Figueroa y Padre Pedro Ayala, era donde se cortaban. Ciudad adentro lo único que quedaba era lo mismo que hoy, es decir, los dos tramos de Luis Montoto. El resto simplemente estorbaba.

Y en sentido contrario, siguiendo lo que sería la Avenida de Andalucía, mas de lo mismo, acabándose en la Hacienda de la Negrilla. Aunque en este caso el motivo de su desaparición era bien distinto, ya que fueron utilizados como material de construcción en las chabolas y viviendas de las que se habló anteriormente. Cuando menos curioso.

Con esto quiero decir que, a pesar de lo que vemos en la fotografía, no vayamos a pensar que en los cincuenta los sevillanos bebían de la misma agua que Almotamid. Este tramo, felizmente, aún estaba indultado, aunque por poco tiempo.

Quizás uno de los motivos de ese indulto se debía a que en ese punto alcanzaba uno de los hitos mas espectaculares de todo su recorrido al salvar el obstáculo que atraviesa la imagen de lado a lado, que no es otro que el Tamarguillo, llamado por estos lares Ranilla, mediante una triple arcada con la que se sorteaba la depresión natural que conformaba el cauce del arroyo, para discurrir hacia la Puerta de Carmona por lo que hoy sería la calle Leonardo de Figueroa.

A la derecha, paralelo a los Caños y también para salvar el Tamarguillo, se situaba el famoso Puente de Ranilla, junto al de Marqués de Pickman y el de la Juncal (en el Matadero) uno de los tres únicos puntos por los que podían los sevillanos atravesar el arroyo.

Hito importante en la Sevilla de la época, no sólo prolongaba la calle Oriente hacia la carretera de Alcalá sino que en sus inmediaciones, en una zona que se encontraba a la derecha de la imagen, se unían al Tamarguillo las aguas del Tagarete, desviado desde hacía algunos años en la Fuente del Arzobispo (cerca de Calonge).

Tampoco se ve la Huerta de Ranilla ni su famosa Venta, que como ya hemos podido adivinar da nombre a casi todo lo que aparece y sobre la que se asienta en la actualidad el Polígono Carretera Amarilla. Por el contrario, sí que se adivinan tras árboles y arroyo los cultivos, aún en funcionamiento, de otra de las huertas históricas de esta zona extramuros de los extramuros hispalenses, la del Huracán, sobre la que hoy estaría el Centro Comercial Los Arcos.

Siguiendo con el barrido de la foto, tenemos al otro lado de los Caños la antigua Prisión Provincial, llamada, como no podía ser de otra forma, Cárcel de Ranilla. Edificada en tiempos de la República (año 1933) para reemplazar a la obsoleta Cárcel del Pópulo (actual Mercado de Entradores), las casualidades de la vida quisieron que prácticamente la estrenaran los presos republicanos.

En la actualidad es un inmenso solar en el que, como se dijo antes, se está construyendo un parque así como otros equipamientos de los que hasta ahora carecía la zona, como un centro cívico o una jefatura de policía. Y, por supuesto, es el objetivo de uno de los blogs de nuestro amigo Antonio.

Otro ilustre veterano que aún se mantiene en pie pero que dentro de poco pasará a mejor vida (punto limpio en esto de la edificación) es, como no, la Fábrica de la Cruzcampo, cuyas oficinas y naves asoman a la derecha de los Caños.

Y al fondo el progreso. El barrio de Nervión crece al compás de la calle Luis Montoto, entonces Oriente y antes Industria, que avanza posiciones flanqueada por grandes bloques de pisos, como el Grupo de Viviendas del Marqués de Urquijo, que destaca en altura donde se cruza la actual Avenida de la Cruz del Campo y que, junto a edificios de similar talla y tipo, había encajonado al Templete que daba nombre a la zona, difícilmente apreciable tras un ventorrillo ya desaparecido.

Los nuevos tiempos, las nuevas necesidades, la nueva Sevilla: un rodillo que inexorablemente se llevaría por delante, en unos casos para bien, en otros por desgracia, todo lo que tenemos en el primer plano de la imagen. Huertas, arroyo, acueducto, campos… El tiempo no pasa el balde y cobra peaje.

15 comentarios:

  1. Fantástico paseo por el pasado. Sin duda haré un reconocimiento 'in situ' de todo lo que comentas... precioso homenaje al barrio obrero de Los Pajaritos, a un barrio que renace como es el viejo Nervión... y gracias por citar el Diario de un derribo.

    Un abrazo.

    Antonio

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  2. Como siempre, minucioso y detallado relato. Has traido a la memoria el año 61, inundación desbordamiento del Tamarguillo, recuerdo una noche en la bariada Madre de Dios, ya terminada y aún sin habitar, donde estuvimos repartiendo mantas de esas de borra, las que usaba el ejercito entonces y tambien los camiones de mudanzas, y bolsas con comidas a los dammificados habitantes de muchas de las zonas que tan magistralmente has ido describiendo.
    Saludos.

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  3. Fotos que son trocitos de la historia de Sevilla, como trocito es lo que queda de ese acueducto.

    ¡Ah! Y ahora si que hay aparcamiento por la zona, no como ahora...


    Un saludaso.

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  4. Las gracias te las doy yo a ti, Antonio, por ser como eres.

    Esa riada aún sigue muy presente en la memoria de los vecinos mas viejos del barrio, Doria. Esa y otras posteriores, una de ellas hace pocos años. He trabajado en la zona y la primera premisa que establecen a la hora de hacerse (o intentar hacerse) una casa es que se eleve lo máximo posible sobre el nivel del suelo. Por lo visto la red de alcantarillado de la zona es aún bastante deficiente y obsoleta, con los problemas que acarrea ésto...

    ¿Aparcar en Sevilla? Eso sí que es un sueño, y no la Expo... Un abrazo Moe.

    Saludos.

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  5. Si hay algo que me gusta y valoro de tu blog es que para ti Sevilla no se acaba en la Ronda Histórica ni en un barrio concreto. Difícil es que alguien hable de la Ranilla, de Pío XII y de tantos otros sitios poco turísticos como tú lo haces. Sigue así.

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  6. ¡Cuánto aprendo contigo Sergio! Gracias.

    Sabía que el primer comentario sería de Antonio, jeje, seguro quele has robado parte del corazón con esta entrada;)

    Un beso.

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  7. Pocos desnudan Sevilla como tu,amar una ciudad es conocer su historia,rescatar recuerdos y defender el futuro.

    Es un viaje a través del tiempo de la memoria colectiva que no debería perderse,me gusta felicitarte siempre por tus trabajos,reales,documentados y plenos de pasión por el entrono que te rodea.

    Un cordial saludo y un abrazo.

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  8. Sin comentarios.
    Ahora paso bastante tiempo esa zona al tener mi oficina en el edificio que está situado donde estaba la venta Ranilla.
    Me alegra saber que soy "vecino" de Antonio y por lo tanto también sufridor de la obra que se está haciendo.
    Felicidades como siempre por tu inmejorable entrada.
    Un abrazo

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  9. Muchas gracias por tus palabras, anónimo.

    Je, yo también supuse que le haría ilusión, zapateiro.

    Es un verdadero honor que pienses eso al leer estas líneas, América, y por supuesto un placer leerte.

    Aunque sea de paso, pero también suelo pasar bastante por allí, no cogé ventaja, aunque el año que viene la cosa va a estar complicada, o eso parece.

    Por cierto, cuando hagan el túnel subterráneo bajo la Avda. de Andalucía, ¿quedará algún esto de los Caños o del Pontón?

    Saludos.

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  10. Totalmente de acuerdo con el Anónimo, y bueno, con el resto claro…

    De haber sabido todo esto lo habría recordado en los paseos del 27, ahora de momento me he quitado de eso, pero… podría volver…

    Durante un tiempo, por un tema que sería largo de explicar, frecuenté la zona y una casa concreta… No sé si el tiempo, los vecinos o la vida fue más injusta con esta zona que con otras como Pío XII, pero era lamentable el estado de aquella zona, como imagino que lo sigue siendo hoy día.

    Kiss

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  11. Eso es un paseo y no el de laa Delicias... Capitán, te digo lo mismo que a los demás amigos: que os echaba a todos de menos... Un abrazo

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  12. Felicidades Sergio, magnifica aportación sobre la historia de esta ciudad.
    Si me lo permitis siento curiosidad sobre una ubicación relacionada con este tema.
    Fuí vecino durante algun tiempo de los Pajaritos (Bda. de Nazaret), en el cruce de ronda del Tamarguillo con la antigua calle Oriente, junto a la venta Ranilla a su izquierda y justo en la esquina del cruce habia ubicada una "especie" de mesa de grandes dimensiones.
    Un dia jugando y mirando por debajo, observé que dicha "mesa" no era tal, sino que estaba compuesta de tres grandes lapidas de algun material de piedra o marmol con sus inscripciones.
    Aunque han transcurrido 50 años todavia me acuerdo de la impresión.
    Podrian facilitarme información de porque estaba esa "mesa" en ese lugar.
    Muchas gracias y felicitaciones por el blog.

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  13. Me ha encantado esta entrada.. Yo, natural del barrio de San Bernardo, corretee alguna vez por esos andurriales... Aun recordamos algunos el tamaña de los mosquitos cuando el tamarguillo no esta aún soterrado...
    Enhorabuena por el blog.

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  14. interesante el contenido

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  15. YO RECUERDO TAMBIEN LA VENTA RANILLA MI ABUELO VENDIA PAPA Y ROSCO CON UN CANASTO Y TAMBIEN JUGABA POR ALLI CON MI PRIMA TENJO VASTANTES RECUERDOS BONITO

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Comentarios: