30 de octubre de 2009

Una estatua para la duquesa

Esta ciudad se parece cada vez mas a un tablero de Risk, el juego de estrategia en el que varios contendientes intentaban conquistar el mundo poniendo soldaditos de colores en los países y regiones de sus adversarios.

Da la sensación de que aquí cada uno quiere situar su fichita donde pueda y a toda costa, ya sea en forma de calle, de estatua, de carril bici o de lo que se invente. Y así nos va.

Lo último, la futura colocación de un monumento a la Duquesa de Alba, parece ser, en los Jardines del Cristina, después de intentos fallidos por ubicarlo en la plaza de San Andrés y en el Paseo de Colón, lugar este último desestimado afortunadamente, porque a este paso iban a tener que censar las estatuas.

En una ciudad bipolar y dualista era de suponer que una decisión como la de hacerle un monumento a la que para algunos es la duquesa del pueblo y para otros la dueña de su pueblo iba a traer cola. Sensaciones dispares en esta, nuestra Sevilla, que siempre está a medio camino de todo y sumida en polémicas epidérmicas que de poco o nada le sirven a la hora de solucionar sus verdaderos problemas.

Si todo esto se agrava con que los que toman o pretenden tomar decisiones cada vez se están volviendo mas extremistas, hasta el punto de parecer que solo les interesa echar pulsos dialécticos con los que demostrar quién tiene el poder y quién es el que verdaderamente manda, mal andamos...

Personalmente me importa un pimiento que se le haga una estatua a la Duquesa de Alba. Mas aún en este momento, que tardo cerca de media hora en aparcar desde que están haciendo obras en la calle Doctor Delgado Roig. Ese es mi problema, o uno de mis problemas. Lo mismo le pasa a la gran mayoría de los sevillanos.

Pero bueno, como me gusta opinar y siempre suelo entrar al trapo en este tipo de asuntos, simplemente pediría que no la colocaran ni el Cristina, ni en el Paseo de Colón ni en otro lugar del centro de la ciudad, que ya está bastante monopolizado por estatuas de toreros, pintores, militares y folklóricos, dándose en algunos casos estampas esperpénticas como la versión castiza de la florentina Piazza della Signoria que nos han montado en la Alameda con esa especie de podio olímpico en que han colocado a Chicuelo, Manolo Caracol y la Niña de los Peines.

Ya que dicen de doña Cayetana que es una mujer del pueblo, ¿por qué no mandan su estatua a Torreblanca o a Villegas, barrios que carecen de monumentos?

Aunque claro, puestos a dar golpes de efecto, el emplazamiento idóneo para esta estatua de la Duquesa de Alba sería sin dudarlo la futura calle Pilar Bardem, todavía General Merry. Sería una reconciliación de las dos Sevillas en toda regla, izquierda y derecha en una sola avenida y a escasos metros de Alcampo. Impagable.

Y si pudieran inaugurarlas ambas a la vez ya sería el colmo. Por mi parte tardaría lo mismo en aparcar, pero con ver luego la carita de mas de uno me conformo. En fin, mientras no falte el sentido del humor….

26 de octubre de 2009

Benialofar

Después de estas dos semanas largas de paréntesis en mi actividad blogueril (de paso aprovecho para pedir disculpas por ello) retornamos con el objetivo centrado en uno de los hallazgos arqueológicos mas importantes que se han realizado en Sevilla en los últimos años: el arrabal de Benialofar, llamado también de Benhalofar.

Precisamente hace ahora un año desde que se descubriera este olvidado barrio del siglo XV en el transcurso de las obras de excavación del viejo inmueble de La Florida, la manzana en forma de cuña que delimitan la calle del mismo nombre y las avenidas de Luis Montoto y Menéndez Pelayo.

Restos de sillares de piedra, callejas serpenteantes, adarves estrechísimos… Benialofar salía de nuevo a la luz después de siglos enterrado bajo una montaña de escombros primero y una cimentación desde finales del siglo XIX.

De Benialofar se tenían múltiples referencias bibliográficas, no en vano era uno de los tres arrabales con los que contaba la Sevilla almohade junto a los de la Macarena y Triana, aunque apenas quedaba huella alguna de su existencia.

A orillas del Tagarete, ocupaba lo que durante siglos vino a llamarse “afueras de la Puerta de Carmona”, una zona extramuros que posiblemente se librara en muchas ocasiones de las crecidas del arroyo, por algo éste tenía en el vecino Prado de Santa Justa su campo de avenidas.

Estaba dividido en dos partes gracias al binomio que constituían los Caños de Carmona y la Calzada de la Cruz del Campo (actual Luis Montoto), lindando por un lado con el antiguo convento de San Agustín, luego presidio y hoy simplemente edificio en ruinas, mientras que en el otro sus límites son mas difusos, de ahí la importancia del descubrimiento.

Según narran las crónicas y evidencian los hallazgos arqueológicos, no es que fuera un barrio muy pudiente. Al contrario, seguramente sus habitantes serían gente humilde dedicada a labores agrícolas y ganaderas en las huertas cercanas, algo similar a lo que hacían los vecinos de la Macarena.

Las principales noticias que se tienen de Benialofar nos llegan, curiosamente, de la época en que empieza el tramo final de su existencia, cuando las tropas de Fernando III de Castilla llegan a las puertas de Isbilya. En sus inmediaciones, concretamente en un olivar cercano a la Buhaira, instalaba su campamento el infante don Alfonso, hijo del monarca y a la postre sustituto, quedando el indefenso arrabal a merced de sus caballeros.

De hecho poco antes de la rendición de la ciudad fue arrasado e incendiado en una cabalgada encabezada por el infante don Enrique y el maestre de Calatrava, que no contentos con su hazaña destrozaron lo que quedaba del palacio de la Buhaira, antigua huerta de recreo de los señores de Isbilya. Por seguir con los paralelismos, a la Macarena le llegaba su turno a los pocos días.

Conquistada Sevilla y camino del destierro gran parte de la población musulmana, es de suponer que Benialofar se repoblaría muy lentamente, quizás demasiado. Tanto que cuando la vida se ha restablecido en las calles y collaciones de la ciudad, ésta no vuelve a mirar hacia las huertas y haciendas que la rodean, sino que se vuelca hacia el río y las inmensas posibilidades económicas que ofrece; de esta forma arrabales como Triana, el Arenal o los Humeros ganan peso específico en detrimento de un Benialofar que languidece y apenas puede rterminar de estregarse de sus heridas de guerra. Todo esto no hace mas que afianzarse tras el descubrimiento de América y la designación de Sevilla como Puerto de Indias.

El antiguo barrio almohade es completamente abandonado a su suerte y se vuelve una zona insalubre y desagradable fundamentalmente gracias a la cercanía del Tagarete, al que vertían sus desperdicios buena parte de las huertas y posteriormente las fábricas (la de Salitre y luego el Perneo desaguaban a escasos metros) de la zona Este del extrarradio sevillano, además de algunas de las alcantarillas y husillos procedentes de la propia ciudad.

Para colmo de males entre sus ahora desiertas calles y ruinosas casas empiezan los vecinos de los alrededores a verter basuras, desechos y todo tipo de escombros, algunas veces incluso cadáveres de animales. Benialofar pasa a convertirse en un muladar, uno de los muchos que existían en la Sevilla del Siglo de Oro, aunque no llegara a los extremos del que se encontraba en el Baratillo y menos aún al de la Puerta Real, una verdadera montaña de basura donde se refugiaban los vecinos en tiempo de riadas y donde, aprovechando la altura que alcanzó, se colocó incluso un molino de viento.

Mas discretito era por tanto este muladar de nueva planta, aunque igualmente insalubre. Recogiendo los desechos de los vecinos de la Puerta Osario y la de Carmona permanece hasta el siglo XVIII, época en que por fin es allanado cuando las luces hacían acto de presencia en una ciudad ahora oscurecida y decadente, situándose en su lugar una huerta, que es como sale representado en el plano de Olavide, fechado en 1771.

Durante un siglo estaría esta huerta, que seguramente no haría falta abonar, dando sus frutos. Concretamente hasta 1873, año en que se construye el bloque de viviendas que ha llegado hasta nuestros días y que ahora ha sido enteramente vaciado para construir sobre su solar una promoción de viviendas y áticos de lujo.

Es imposible resistirse a establecer paralelismos con otro hallazgo arqueológico de similar importancia al que se le ha dado (al menos a mi juicio) distinto trato: el solar de la Encarnación.

Los casos son similares: uno ha permitido conocer una parte casi intacta de la estructura urbana de la Híspalis romana mientras el otro saca a la luz los restos de un arrabal de la Isbilya almohade del que apenas se tenían huellas mas allá de la historiografía. Ambos a orillas de antiguos cauces ya desaparecidos, con una población de clase media-baja, ligados a actividades comerciales.

Si esta entrada no tuviera otra intención que la de realizar un pequeño homenaje a este olvidado arrabal al que le queda de vida el tiempo que tarde el Euribor en levantarse, podríamos sacar muchas conclusiones. Y es que mientras uno de ellos, el que estaba en suelo público, va a conservarse casi intacto (o eso se pretendía), siendo esa conservación precisamente uno de los puntos fuertes del concurso que se hizo para decidir el edificio que iría en su solar; del otro, en suelo privado, no creo que quede ni el recuerdo. Siendo mal pensados podríamos incluso barruntar que la conservación o no de un yacimiento arqueológico depende de la propiedad del solar. Y si somos peor pensados todavía tenemos hasta que callarnos…

Pero ya digo, en esta ocasión mi intención no es protestar ni reivindicar nada, al contrario, solo pretendo tener un recuerdo hacia este barrio almohade antes de que quede enterrado bajo una losa de hormigón. En el mejor de los casos, porque el edificio de NovaFlorida creo que lleva tres plantas de sótano, así que seguramente su final estará en la escombrera de la carretera de Utrera. Porque en otras cosas no, pero en reciclaje no hay quién nos gane...

8 de octubre de 2009

Las Palomas de Mari Cangrejo

Nueve, ocho, siete, seis… Hay que apretar el paso, que esto se pone en rojo… Cinco, cuatro, tres, dos, uno… Vamos de mal en peor: si ya estábamos estresados de por sí, ahora mete prisa hasta el muñequito del semáforo.
No importa, nada ni nadie me va a estropear el día, hoy estoy positivo y mirándolo por el lado bueno he agotado mis 15 segundos deportivos de la semana esprintando el cruce de la Resolana por la Barqueta. Y para colmo he quemado todo lo quemable: grasas, triglicéridos, colesteroles, azúcares, bífidus activos, pasivos, cansados… ahora puedo tomarme una cerveza sin remordimientos. ¡Qué digo una cerveza, las que hagan falta, me lo he ganado!
Una tenue brisa amontona las hojas de los árboles contra la pared. Parece que el Otoño ha entrado con ganas, y falta que hacía, el veranillo de San Miguel se estaba gustando demasiado…
Hojas, tetrabricks vacíos, bolsas de plástico, periódicos… el viento barre, pero no recoge. Grave problema, y mas en esta bendita ciudad donde a veces tienes que utilizar un GPS para encontrar una papelera.
La basura se amontona en la puerta del antiguo kebab, sellada con una pared de ladrillo. Como la de al lado. Y la de al lado. Y las ventanas, Y los balcones. Todo hace indicar que este edificio ha pasado su Rubicón particular. La suerte está echada.
Es curioso, pero desde niño siempre me han atraído los perdedores, los derrotados. Quizás sea una consecuencia de mi problemática tendencia hacia la nostalgia, esa que me hace ser un discípulo del mismísimo Diógenes y almacenar todo aquello que pasa por mis manos, sea útil o no. O simplemente morbo. O ambas cosas. La cuestión es que cada vez que tengo delante un edificio con el acta de defunción firmada suelo pararme un rato a observarlo, a buscar detalles en los que no haya reparado nunca, a recordar anécdotas (si las hubiere), en definitiva, a rendirle una especie de homenaje, deferencia o lo que sea, aunque no tenga nada especial en particular (como es el caso) y aunque considere que muchas veces no estoy haciendo otra cosa que el imbécil (como también es el caso). Qué vamos a hacerle, soy así…
Bordeo por la calle Vibarragel. También están selladas puertas y ventanas. Ya no hay duda, la manzana estará en pie el tiempo que dure la crisis. Si no se cae antes, que las leyes de Newton son muy puñeteras y no entienden de coyunturas económicas ni de recesiones mundiales. Sólo hacía falta eso.
Atravieso la calle Calatrava. Esta vez no doy opción al semaforito de la Barqueta, que ya he tenido mi ración de footing
Tener manías estúpidas se puede convertir en un problema cuando piensas que la gente sabe que tienes esa manía y que eres estúpido. La sensación se agudiza aún mas cuando se planta a tu lado un autobús mientras retratas un edificio apuntalado. Que sí, que puede ser que alguien se de cuenta, que alguien se extrañe al ver a un tipo tomando fotos a una pared desconchada… pero tradicionalmente la gente tiene otras cosas en qué pensar. Claro que esto lo digo ahora, en frío, soy sincero: por mas que me mentalice siempre suelo pasar un mal rato.
Afortunadamente todo vuelve rápido a la normalidad. El autobús baja camino de la Alameda y de nuevo puedo recrearme con tranquilidad. Todo para mi.
También en esta parte se repite el mismo panorama: puertas selladas, puntales, cristales rotos. Y soledad, una placentera y asfixiante soledad. Tan sólo unas palomas ronean por la azotea abandonada. Posiblemente sean las últimas habitantes del edificio, sus últimos inquilinos. Posiblemente ni lo sepan.
No puedo evitar que se me escape una sonrisa. Ya digo, soy un nostálgico empedernido y no tardan mucho en aflorar los recuerdos: las colas de la Expo, los botellones en los bajos de Torneo, los bocatas camino de Isla Mágica… y Mari Cangrejo, la brujita de la Barqueta, esa que según mi abuelo se dedicaba a amargar las noches de los vecinos de San Gil y de San Lorenzo hasta que despuntaban los primeros rayos del sol.
Ya no puedo evitarlo, es imposible dejar de retroceder en el tiempo: vuelvo a la mecedora de mimbre, a unas paredes empapeladas, a un televisor en blanco y negro, a la maceta con el jazmín y la gitanilla. Vuelvo a los corrillos de vecinos en los zaguanes de esos eternos atardeceres estivales. A escuchar historias oliendo a dama de noche y pese al ruido monótono de los grillos.
Esas historias… Qué lejos quedan esas historias…. Esas historias de una Sevilla en la que las tradiciones las transmitían las abuelas, no los Erasmus. Esas historias de una Sevilla de duendes y fantasmas, que no de fantasmones. Esas historias de una Sevilla en la que había piratas en la Isla de los Humeros, no en las páginas de los periódicos.
Una paloma se detiene en el alféizar de una ventana desvencijada. Está nerviosa, otea el horizonte y se marcha hacia alguna parte. Mari-Cangrejo se fue hace tiempo. Meses, años, quizás se fue cuando demolieron la torre de la Almenilla y rellenaron de escombros el Patín de las Damas para que pasaran las vías del tren. Cuando a San Juan de Acre lo arrasaron hasta sus entrañas para construir naves y garajes. Quizás lleve más de un siglo sin asustar a nadie. Quizás sea ella misma la que esté asustada….


PS. Ya falta menos para que coloquen el cartel de la obra en la vieja fachada: Pisos de lujo, 3, 4, 5 dormitorios, garaje, trastero, ático. Vistas espectaculares y a un paso del centro. Oferta irrechazable, lo paga sin darse cuenta. Quién sabe, lo mismo vuelve Mari Cangrejo; si no le dan la hipoteca seguro que hace falta un portero o alguien que vigile las zonas comunes. Con montar un buen currículum lo tiene todo hecho, a antigüedad no le gana nadie. Y si no admiten a brujas ni espectros que se busque un trastero vacío, así no declara Hacienda, que el año que viene suben el IVA.
Ya lo advertí: hoy nada ni nadie me va a estropear el día.

4 de octubre de 2009

7.000 millones de razones para decir NO a Madrid 2020

Lo que ha pasado con Madrid 2016 cada vez me recuerda mas al Puente del Cristo de la Expiración, rebautizado popularmente como “de los leperos” por hacerse antes de que el río pasara por debajo. En la capital del reino, como el que no quiere la cosa, se han permitido el lujo (lujazo por el precio) de construir un proyecto olímpico al 77% sin ser aún sede olímpica. Y así les ha ido. Paradojas de la vida, mientras aquí se consiguió pasar el río bajo el puente en Madrid las olimpiadas se han ido, curiosamente, a Río.

Comparaciones aparte, conforme pasan las horas y aparecen nuevos datos sobre esta aventura olímpica tengo cada vez mas claro que estamos ante una nueva modalidad de la castiza y españolísima cultura del pelotazo, única forma que parece capaz de mover algo este bendito país: pelotazos urbanísticos, pelotazos financieros y ahora pelotazos olímpicos… Los primeros son controlables, nosotros hacemos y deshacemos las reglas del juego. El olímpico depende de otros “factores externos” en forma de votaciones, pero eso llega al final. Mientras tanto tenemos vía libre para hacer lo que nos salga en gana, es nuestro problema. O nuestro problemón.

Y entonces pasa lo que pasa… mientras Río ha ganado con un proyecto prácticamente virtual y las otras dos ciudades en discordia, Chicago y Tokio, tienen 4 años para mejorar e incluso, si fuera necesario, cambiar por completo su propuesta ya que apenas han edificado nada; nosotros no tenemos mas remedio que comernos el 77% de las instalaciones de una candidatura que el COI ha considerado no apta para albergar unos JJOO, leyes no escritas y demás supuestos aparte, lo cual se traduce en una inversión de mas de 600 millones de euros y una deuda que asciende a casi 7.000 millones. ¿Y ahora qué?

Ya lo dije en otra entrada, esa deuda no es enteramente achacable al sueño olímpico, pero sí en buena parte, ya que se ha tenido que adaptar la ciudad a las exigencias del COI en cuanto a infraestructuras y plazas hoteleras para pasar el primer corte de votaciones. Precisamente ese fue el talón de Aquiles de las candidaturas que presentó Sevilla en su momento.

Pero no desviemos el tema. Esos 7000 millones de euros, datos del Banco de España, son la deuda contraída por la ciudad de Madrid en los últimos 15 años. Es decir, sólo es una parte de la inversión real realizada, que posiblemente será mucho mayor.

Únicamente el precio final de las tres grandes infraestructuras olímpicas realizadas supera los 530 millones de euros: 184,9 millones ha costado la Caja Mágica, 162 el Centro Acuático y 185 remodelar La Peineta. Casi 90 mil millones de las antiguas pesetas (531,9 millones de euros) en 3 edificios.

Para que nos hagamos una idea Andalucía recibirá este año 4.180 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado, de los cuales 663,3 se destinarán a Sevilla. Que cada cual saque sus propias conclusiones.

Y ya que estamos metidos en el tema, sigamos con las comparaciones, aunque sean odiosas (o eso dicen).

A la pregunta de cual es el dinero despilfarrado mas estúpidamente en Sevilla los últimos 20 años seguramente la gran mayoría de los encuestados no tendrían ninguna duda: el Estadio de la Cartuja. El coste total de esta inmensa sala de conciertos (que yo sepa no tiene ninguna otra utilidad conocida por ahora) ascendió a 120 millones de euros. Cualquiera de los 3 edificios mencionados anteriormente lo supera con creces. Y van a tener la misma utilidad.

Continuemos: el gasto final de la línea 1 del Metro, sobrecostes incluidos, ascendió a 658 millones de euros, casi la misma cantidad invertida en la apuesta olímpica y precio que nos habría permitido hacer 10 líneas comparando con lo que adeuda Madrid. Y eso que el Metro nos ha salido caro...

Esa misma deuda de 7000 millones de euros nos permitiría construir 5 rondas de circunvalación como la SE-40, cuyo gasto estimado asciende a 1300 millones, incluyendo los 4 túneles bajo el río que unirán Coria con Dos Hermanas, que probablemente se quedarán en alguno menos (ya tenemos experiencia con el Quinto Centenario y el Alamillo).

Si a estas dos grandes infraestructuras unimos otros proyectos como la regeneración del muelle de las Delicias (131 millones de euros), el Metrocentro (60,5 millones), Metropol Parasol (55 millones), ampliación de Fibes, otra obra imprescindible en la ciudad cara al futuro y con otros tantos años de retraso (66 millones) y Biblioteca del Prado (22,5 millones) no alcanzamos ni siquiera un tercio de la deuda actual de Madrid. Repito, de la deuda.

He obviado la Torre Pelli ya que se supone será financiada con capital privado; de todas formas su coste estimado roza los 300 millones de euros, aunque teniendo en cuenta como funcionan aquí las cosas al final seguro que habrá un pellizquito de más.

Y tampoco menciono otras obras igualmente necesarias pero que son minucias comparadas con “los dineros” de los que estamos hablando: carriles bici, peatonalizaciones o restauración de monumentos (el presupuesto de Santa Catalina es de 3,76 millones de euros, mas de 42 “cajas mágicas).

El problema es apostar 600 millones a unos Juegos Olímpicos y permitir que una ciudad se endeude sin tener una forma segura y efectiva de recuperarse, o lo que es lo mismo, sin ser aún sede de esos Juegos. Esta situación solo tiene dos salidas: retirarse de esta carrera olímpica, asumir los errores y tratar de que no crezca este endeudamiento, tragándonos en el buen sentido de la palabra todo lo que se ha construido. O seguir apostando por Madrid 2020, 24, 28 y así hasta que el COI se aburra.

Esto último no es del todo descabellado a la vista de la inversión realizada, salvo por un pequeño detalle: España tiene 51 provincias más…

Por mi parte lo tengo claro: que la corazonada no se convierta en cabezonada, porque la broma puede salirnos muy cara. Más aún…

2 de octubre de 2009

Madrid 2016 (por favor...)

Quedan menos de 24 horas para que los 97 miembros del COI designen la ciudad que albergará los Juegos Olímpicos de 2016. El momento decisivo ha llegado para Madrid y para toda España en general.

El Rey, Zapatero, Rajoy, Odriozola (que una vez más ha metido la pata), Aguirre y Gallardón (tanto monta...), Raúl el del Madrid, Arancha Sánchez Vicario… la ilustre delegación española ya vela armas en Copenhague con la esperanza de traerse las Olimpíadas del edificio de la Ópera de la capital danesa.

Uno de los mayores atractivos, si no el que más, de la candidatura madrileña es el avanzado estado en que se encuentran las instalaciones que albergarán los Juegos, acabadas en un 77% aproximadamente. A priori una ventaja si tenemos en cuenta los tiempos que corren (crisis, recesión, etc) y que en las últimas Olimpiadas (Atenas y Pekín) prácticamente se han finalizado las obras sobre la bocina.

Una gran baza, de acuerdo. Pero, ¿no se han precipitado?

Madrid ha hecho los deberes antes de que empiece el curso: prácticamente han construido una ciudad olímpica sin ser aún sede olímpica. Suena estúpido, pero es la realidad. Están vendiendo la piel de un oso que lo mismo está ahora tomando el sol en las playas de Río o correteando por esas calles de Chicago que tanto recordaba el gran Pepe Begines.

El planteamiento inicial no es que estuviera mal del todo: cuando llegó la delegación del COI a inspeccionar la candidatura pudo ver sobre el terreno instalaciones como la Caja Mágica o el estadio de La Peineta mientras en Tokio no tuvo mas remedio que conformarse con fotomontajes o como mucho darse una vuelta por campos de jaramagos, si es que hay jaramagos en Japón. Somos astutos, muy astutos…

Pero claro, ¿y si Madrid no sale elegida?¿cuál ha sido el precio de la broma? Y para rematar, ¿cuánto y hasta cuando nos queda por pagarla?

Para empezar, como refleja esta gráfica procedente del blog wonkapistas, entre 1994 y 2009, es decir, estos últimos 15 años, en los que se incluye la carrera olímpica, el Ayuntamiento de Madrid ha contraído una deuda de 6.945 millones de euros, mayor cantidad que la suma de las deudas de las demás capitales españolas juntas, que asciende a 6.885 millones.

Los datos, como se aclara en el blog, están extraídos de la sección estadística del Banco de España, es decir, son bastante fiables.

Llama también la atención el hecho de que en estos 15 años dicha deuda haya pasado de rondar los mil millones de euros a casi 7 mil. Las demás capitales se mantienen e incluso en el caso de Barcelona, rebajan su endeudamiento. Madrid, como se puede ver, lo dispara. Bien es cierto que tampoco puede achacarse la totalidad de esta roncha económica a los JJOO, pero buena parte sí. Aunque también es cierto que con "esos dineros" hago yo unas Olimpiadas en los Bermejales.

Pero bueno, seamos benévolos y echemos la vista a un lado: aceptemos la carta blanca que parece haber sido otorgada a la capital del reino y aceptemos también que gracias a ello en este momento cuenta con estadio olímpico, villa olímpica, instalaciones olímpicas y demás aderezos olímpicos que le dan una cabeza de ventaja sobre las otras candidatas.

Aceptemos todo lo aceptablemente aceptable pero, ¿no resulta precipitada toda esta inversión olímpica antes de ser designada la sede? Es como si tus padres te compran con 5 años un traje para cuando te vayas a casar…

Recuerdo que de niño el bueno de Paco Gamero casi se excitaba al hablar del Estadio Chapín de Jerez. Que si era modernísimo, una joya, una preciosidad. Hoy día Chapín es un estadio de fútbol corriente y moliente. Que no se enfade nadie, Forza Xerez.

Estamos en 2009. Casi 2010. Las olimpiadas, de ganar Madrid, serían en 2016. Para entonces habrán pasado 6 años, intervalo de tiempo en que un edificio, por muy vanguardista que sea, se puede quedar obsoleto y anticuado. Y mas una instalación deportiva, uno de los campos en lo que mas avanza la técnica, la arquitectura y las modas. Sobre todo eso, las modas.

Se me viene ahora a la cabeza otro ejemplo futbolero: el campo de la Real Sociedad, Anoeta, que era la releche cuando se inauguró y ahora parece que no lo quieren ni para jugar a la petanca.

A lo que voy; partiendo de la base de que unos JJOO son una de las formas mas eficaces y eficientes de promocionar una ciudad y un país hacia el exterior, si bien ahora la marca Madrid 2016 vende una imagen sólida, una imagen de seguridad, de fortaleza… ¿qué pasaría si dentro de 6 años la Caja Mágica no es mas que un pabellón del montón comparado con lo que puedan ofrecer otras ciudades? ¿Nos resignamos y quedamos como unos cutres a los ojos de todo el mundo mundial o hacemos la Caja Mágica versión 2.0?

Lagarto, lagarto… Esperemos que lo invertido en la candidatura olímpica no haya que reinvertirlo cuando la ciudad sea sede oficial. Porque sería un cachondeo… más aún….

Todo esto suponiendo (y confiando) que a las 7 de la tarde la Reina Margarita le de la enhorabuena a su homónimo don Juan Carlos, porque como haya que esperar hasta 2020 lo llevamos claro…

Eso ya seria el desastre: para empezar, habría que gastar mas dinero en nuevas instalaciones e infraestructuras, ya que lo construido, ese 77%, supuestamente sería insuficiente (de lo contrario Madrid sería la elegida) y hasta desechable. Otros miles de milloncitos mas.

Y para continuar se tendrían que mantener las instalaciones salvables de esta candidatura, lo cual cuesta otro ojo de la cara. U dos. Porque si aquí nos quejamos del abandono del Estadio de la Cartuja no quiero imaginarme lo que debe ser una Villa Olímpica al completo. Y mantenerla durante 10 años

En fin, que hoy gane Madrid porque así, realmente, ganamos todos. y de paso dejamos de perder todos. Porque, visto lo visto, parece ser que se lo han jugado a una carta, supongo que buena parte de las esperanzas de condonar esa deuda se basará en los ingresos que generen los Juegos, y como salga mal la cosa (repito, ojalá no) podemos tener un problema: alguien tendrá que pagar esos7.000 millones (o parte)... y el año que viene nos suben el IVA...

Son los problemas que tiene vender la piel del oso antes de cazarlo


PS1. A todo ésto, que nadie se equivoque: me encanta Madrid, tengo muchos amigos en Madrid y siempre que puedo, como hace escasamente tres meses, me doy una escapadita. Simplemente no me ha gustado esta manera de hacer las cosas.

PS2. Y volviendo a la gráfica… mis mas sinceras felicitaciones, al fin podemos estar contentos por ser los últimos en algo.