La semana pasada el grupo Inditex daba un paso mas en esa colonización del centro comercial de la ciudad que parece estar llevando a cabo. Una nueva tienda de ropa en la calle Rioja se une a los Mango, Zara y compañía que acaparan los edificios comerciales de la que en su momento se vino a llamar Milla de Oro sevillana, aunque entre crisis, obras y peatonalización lo mismo ahora se ha devaluado hasta la plata o el bronce, cualquiera sabe.
Si en nuestros días se siguiera utilizando el mismo criterio que en la Edad Media de dar a la calle el nombre del gremio que habitaba en ella, la zona Sierpes-Tetuán podría llamarse perfectamente barrio de Amancio Ortega o mejor de “Los vendedores de Inditex”, que el hombre parece que no es muy amigo de la popularidad. Con la millonada que debe tener yo tampoco lo sería, la verdad…
Serán los efectos del síndrome post-vacacional, la morriña del salitre chipionero o el verano que parece este año empeñado en quedarse perennemente, pero este apunte de actualidad económica hispalense, que al fin y al cabo me da absolutamente igual, ha vuelto a transportarme al, desgraciadamente, cada vez mas lejano mes de Agosto.
Y es que ya digo, aunque no sea mi intención, estos días cualquier excusa me hace retornar a esas eternas tardes de vagancia y ocio en la playa de Regla, con el faro a mis espaldas y un azul infinito en el horizonte. Casi nada, y eso que uno es de secano…
Mi amigo Jota, motero de Villamartín y chipionero de adopción los meses estivales (mas aún este año de paro forzoso), no es precisamente la versión gaditana de Fidias Fog, aunque hay que reconocer que en eso de pasear allende las fronteras haya hecho sus pinitos.
Entre baño y cerveza (por mi parte, Jota es abstemio practicante), me comentaba que los centros históricos de las ciudades europeas cada vez son mas parecidos entre sí, ya que como en todas se están estableciendo las mismas firmas y empresas que, además, plasman en los edificios donde se asientan su imagen corporativa, se está produciendo una especie de homogeneización de las grandes urbes modernas.
Es decir, que mientras por un lado desaparecen los establecimientos autóctonos y tradicionales que formaban parte de la imagen característica de la ciudad, por otro se instalan nuevos comercios que incorporan elementos comunes con otras capitales. Así uno puede pasear por el centro de Barcelona, de París o de Bruselas y encontrarse una esquina similar a la que aquí hacen Velázquez con Rioja.
Era ésta una de las cosas que le habían llamado la atención en su último viaje a Londres, donde por poner un ejemplo puedes comer, beber y vestirte exactamente igual que si estuvieras en la calle Sierpes. Para que luego los guiris se crean que aquí vamos vestidos de torero por las calles...
Afortunadamente en esa globalización hay de todo, como en botica, y no podía faltar la nota castiza: y es que en plena Neal’s Yard, junto a la casa donde vivieron los Monty Phyton, hay nada mas y nada menos que un azulejo con el escudo de Rota junto a un paisaje de la localidad costera.
El por qué de este homenaje no me lo pregunten; quizás los caballeros de la mesa cuadrada tenían en un lugar preferente de su dieta la urta a la roteña. “No idea”.
Idéntica sensación, o eso creo, deben llevarse los nativos de Guayaquil y otras latitudes ecuatoriales cuando pasean por la calle Alemanes.
Y es que a Sevilla, supongo que haciendo honor a su antigua condición de Puerto de Indias, no le bastaba con tener los mismos Bershka (o como diablos se escriba), McDonald’s y Telepizzas que Dublín, sino que además ha tenido que importar características propias de las ciudades amazónicas. O esa es la explicación que yo le doy a la terraza del EME.
Porque el hecho de que a los mismos pies de la Giralda (fantástico blog por cierto), en el corazón de la zona turística y monumental, en ese espacio protegido por la UNESCO que tanto dio que hablar hace algunas semanas con la Torre Pelli, encontremos un micro-ecosistema de arbustos, macetones e incluso un olivo es, cuando menos, digno de estudio.
Desde mi punto de vista este pequeño vergel (recordemos, en unos de los entornos mas protegidos y cuidados de la ciudad) que separa los veladores del mundanal ruido que se extiende mas allá de los macetones, chirría por todos lados.
En repetidas ocasiones he mostrado mi simpatía por la peatonalización del Centro Histórico y de todo lo peatonalizablemente peatonalizable (el que lo peatonalice buen peatonalizador será) ya que, siempre según mi opinión, restringiendo el tráfico al centro histórico la ciudad gana bastante, aunque por supuesto también existan contras.
Pero claro, que en plena calle Alemanes, junto a la Avenida de la Constitución, estandarte de esta Sevilla peatonalizada y presuntamente moderna, se acote un trozo de calle a favor de un comercio, no le encuentro respuesta. Porque si bien entre veladores y plantas se pueda pasar, ésto no deja de ser un obstáculo para el viandante. Todo ello aderezado con una obra, una cabina de teléfonos y los coches aparcados que, prácticamente, aíslan la terracita.
No tiene sentido ganarle terreno a los coches para cederlo a los peatones (incluso a costa de reducir la accesibilidad de los mismos al centro, uno de los principales contras que le veo al invento) mientras a pocos metros se permite acotar y limitar el tránsito en una zona que, por cierto, sigue estando abierta al tráfico.
Y mas teniendo en cuenta que en esa misma calle, precisamente, hay bares que también tienen veladores de toda la vida sin que hayan supuesto nunca un obstáculo para los transeúntes ni hayan desentonado en ningún momento con el entorno.
Todo ello por no hablar del dineral que se está invirtiendo en pieles sensibles y demás proyectos encaminados a homogeneizar el mobiliario urbano y adecentar el casco histórico mientras se permite en la calle Alemanes la creación de esta miniselva tropical mas cercana a las ruinas de Machu Pichu y la Riviera Maya que al gótico tardío de la catedral.
Sergio nos vemos luego en el amazonia, que me estoy terminando de colocar la peineta y el mantoncilo :D
ResponderEliminarGracias por el trato cariñoso recibido en esta entrada de tu blog.
ResponderEliminarCualquiera que te lea dirá que te has pasado medio verano a la bartola en Chipiona y tus vacaciones han sido bastante breves. No quiero ya comentar las tardes playeras interminables en horarios de 7 a 9 jeje... almenos puedo da fe de que un día te bañaste casi 3 veces.
Un abrazote!!!
Que poco dura lo bueno amigo Sergio. Lo del Hotel M tiene bastante guasa. Mira que la rehabilitación del inmueble me parece delo mas interesante sobre todo la celosía del patio, pero le han dado un caracter rollo "lounge", como si estuviera en Barcelona. Chill-out a todas horas, esas luces de colores bastantes desagradables, y por no habalr del negraco de 2x2 de la puerta, que es hasta imagen del recinto.
ResponderEliminarUn paso mas hacia la despersonalización totaldel centro (no solo Inditex es el responsable).
Un saludo
En fin mi capitán! que esto es Sevilla y ya sabes....
ResponderEliminarEl amigo Edward se ha adelantado a mi respuesta. Lo del EME es algo inexplicable. Como bien dice Edward, la rehabilitación de los edificios (creo que es un conjunto de varios edificios) no tiene ningún pero (salvo que hay escalones que se han pasado algún decreto por alguna parte de la anatomia), pero lo de la ocupación casi bárbara de la calle me parece vergonzoso. Iba a tachar el rollito eso que tienen montado como de Chill out pero al ser un quiero y no puedo lo tacharía mas de Chipill out, como bien lo haría una miga en común. Creo que mas de un frutero se habrá echado las manos a la cabez al ver con que premisibidad dejan ese tinglado en la calle cuando a él le han dicho mas de mil veces que los cajones de frutas deben estar dentro de la tienda (por no tener permiso para ocupar la calle)... en fin, esto es Sevilla y ya se sabe...
P.D.: del resturante del EME ni hablo que la cartera se m'asusta!
Muchas cosas me sugiere esta interesante entrada amigo Du Guesclin.
ResponderEliminarY yo me pregunto: ¿para quién se están recuperando los centros históricos? ¿para las grandes firmas? ¿para los hoteles de diseño? ¿dónde queda lo patrimonial? y cuando hablo de patrimonio no me refiero exclusivamente a los edificios emblemáticos, sino al acervo de cada ciudad que representan sus propios ciudadanos. Esos del "Amazonas" suenan demasiado a privatización del espacio público, a que para el disfrute del centro hay que sortear veladores a troche y moche, sin olvidar los siete ojos con los que hay que andar para no verse bajo las ruedas de una bicicleta o la nueva moda de los contenedores individuales que no se recogen por el día y quedan esparcidos por nuestras calles más representativas.
Por ejemplo, entre el tranvía, los veladores y las bicis la Avenida pseudopeatonalizada se ha convertido en un lugar de paso y no de recreo en sí mismo, en un sitio incómodo, algo hostil, encima, la falta de sombra lo termina convirtiendo en un territorio para héroes en los largos meses en los que el Dios Ra se apodera de ella.
Muchas cosas que analizar en esto de las peatonalizaciones, donde el peatón, el que baila al son de esta música, muchas veces se encoge de hombros sin saber por qué se utiliza su nombre en vano, cuando por desgracia, sigue siendo el último de la fila.
Un saludo.
Perfecto zapateiro, eso sí, para entrar allí se necesita un manual de instrucciones...
ResponderEliminarDe nada pellejerito. Cortas no, cortísimas... pero oye, especifica: me bañé tres veces en la playa, que uno es muy limpio, oiga.
Totalmente de acuerdo, Edward. Aunque ha tardado lo suyo, la rehabilitación está bastante decente; pero claro, lo de montar ese tipo de historia en ese entorno chirría por todos lados. Empezando porque, personalmente, me parece un poco hortera.
Lo de la frutería es genial, hombre casado. Y totalmente cierto. Se ve que un frutero de Pino Montano es menos respetuoso con el entorno colocando sus cajas en la puerta de su local que los del EME creando el microecosistema en la Catedral. Tremendo...
Desde mi punto de vista eso es una privatización total y absoluta, Sevalber. Ese trozo de calle pertenece al bar en cuestión, que es el que hace y deshace a su antojo. Otro ejemplo lo tenemos en el Horno San Buenaventura que hace esquina con García de Vinuesa donde, sin ningún tipo de contemplaciones, han acotado literalmente los veladores con una valla. Entre tranvía, veladores, valla, etc... posiblemente en la acutalidad haya menos espacio para el peatón que cuando enfrente estaba la parada del autobús. Como bien dices, una pseudopeatonalización en toda regla. Y bueno, miedo me da la Alfalfa, con la pizzería nueva que van a abrir. Si se gana terreno al coche para cederlo a los bares simplemente se está haciendo un cambio de dueño. Es el mismo perro pero con distinto collar.
Saludos.
Muy bueno Du, lo del EME. ¿Qué me dices de las carpas "endosadas" del nada más y nada menos Gran Hotel ALFONSO XIII?. Y ... ¿el "micloclima" del Laredo- venido a menos de Robles el gran patrón de la hostelería sevillana?
ResponderEliminarBienvenido, saludos
Hola querido general.
ResponderEliminarMe quedo con las preguntas y la reflexión de Sevalber.
-¿Para quién se están recuperando los centros históricos? ¿para las grandes firmas?-
Son ellas quienes financias esta obras,en una inversión mixta que requiere cierto privilegios en fin buen post que logra aglutinar la oponían de quienes conocen de cerca la ciudad....Un abrazo.
Saludos Du Guesclin, soy la primera persona que te escribió en el blog, hacía mucho tiempo que no lo hacía.
ResponderEliminarEs interesante el tema que tratas desde varios puntos de vista, y estoy de acuerdo con lo que dices de la privatización del suelo. Tanto lo de EME como lo de San Buenaventura o el patético Laredo.
Sirva el destrozado bar/cafetería para enlazar el tema de Londres. Hoy mismo he llegado de aquella magnífica ciudad. Es cierto que la globalización afecta a todos por igual, hay en la capital del Reino Británico Zaras, To Shops, MacDonalds, etc...pero menuda conservación de pubs que tienen, muchos del siglo XVII como nuestro Rinconcillo. Aqui no somos capaces ni de mantener un tipo de negocio asi (bar). También mantienen gran cantidad de negocios clásicos como librerías, camiserías, pastelerías que en nuestra bendita ciudad acaban cerrando. Cierto es que la especulación se ha cebado con Londres, pero también cierto es que han mantenido muchas cosas de su patrimonio, aunque con problemas idénticos a los de Sevilla (un ejemplo: http://www.terra.com.mx/articulo.aspx?articuloId=209452)
Por cierto y para terminar....que vergüenza da pensar en nuestro Parque de Maria Luisa y es una ciudad cada vez más paupérrima en zonas verdes y su conservación y después ver los parques que hay en Londres,ay.
Un saludo a todos.
Los empresarios de hostelería y principalmente los de cafeterias y bares son unos privilegiados por y para nuestro ayuntamiento.
ResponderEliminarRobles, Modesto, Faustino, Baco, etc., alguien debería dar alguna explicación.
Saludos
Al menos en Laredo se mantuvo la cordura y hubo que reformarlo al estado original, Doria... Lo de los microclimas serán cómodos y útiles, pero no termino de verlos...
ResponderEliminarEvidentemente tampoco se trata de ser dramáticos, América, pero es totalmente cierto que la entrega prácticamente sin condiciones de los centros históricos a las grandes empresas es una realidad. Mas o menos pasa lo mismo que con lo que queda de la Expo'92, otro regalo a cada empresa que quiere instalarse allí, con demolición incluida si fuera preciso...
Muy buenas anónimo, qué lejos quedan ya esos inicios y ese comentario, jejeje. Me alegro mucho que vuelvas a escribir en el blog.
Respecto a lo que comentas, por ejemplo en el libro "Comercios sevillanos que hacen historia", de Angel Pérez Guerra (escrito creo que a finales de los 80) de los 20 comercios representativos antiguos que nombra no quedan en la actualidad ni la mitad: Marciano, Zulategui, 0.95... Claro está que los comercios tampoco van a ser eternos, ni sus dependientes... pero quizás se trate de una estética, una personalidad que se pierde y a la que no se echa cuenta. Y que, al menos eso pienso yo, vulgariza la ciudad. Es inevitable y necesario la llegada de las grandes marcas, pero o bien adaptándose a unas premisas o bien favoreciendo a los comercios que ya las satisfagan.
Desde luego hay distinto rasero en muchos casos, no cogé ventaja. Ya digo, tampoco hay que demonizar pero el agravio comparativo entre comercios es evidente.
Saludos.